Mi princesa, mi dueña

Para la dueña de mi corazón:

Dulce como un caramelo, bella como la flor más bonita de este planeta, hoy te dedico esta carta que jamás leerás. Un día de abril note como un sentimiento que había dado por extinto volvía a renacer, volvía a sentir una llama en mi corazón. No sabría como explicar como me sentía en aquel momento, alegría, sorpresa, no lo sé. Lo único que sé es que he vuelto ha sentirme lleno, noto como mi alma se llena de luz y de esperanza, pero ¿debería hacerme ilusiones? Son muchas las desilusiones que he afrontando a lo largo de esta vida, ¿acaso el tuyo será otro? Pero he de tener esperanza a pesar de que puede ser todo lo contrario.

Prometo cumplir tus sueños, tus metas, tus fantasías, con el único fin de verte feliz y poder ver tu hermosa sonrisa cada mañana la despertar junto a ti. Confía en mi y coge mi mano, cerremos los ojos para poder viajar entre los sueños en una noche estrellada. Estrellas que se apagan cuando pasas cerca de ellas. Viajemos alrededor del mundo, y dejemos huella.

Y ahora sentado en la cima de una colina, bajo un manto de estrellas, toco mi guitarra pensando en ti, dedicándote la canción más hermosa. Anoto cada acorde, cada letra dedicada hacia ti. Cierro los ojos y noto como estas a mi lado mirándome con esos ojos que me cautivaron desde el principio.