Memorias y Pasado…Opuesto

Memorias y Pasado…Opuesto

Luna Lu

13/07/2019

Capitulo 1

Abrí los ojos, una tenue luz se colaba por la ventana. Me quede observándola durante unos momentos, y entonces desapareció por un instante aquel sentimiento de que mi vida era un asco, y en realidad ¿que era lo que yo estaba haciendo con mi vida? No lo sé, y la verdad tampoco sé que hacer para cambiar eso.

–Tal vez no haya nada reservado para mi allá afuera–

… ¿estás segura de eso…?

De un salto me pare de la cama, intentando encontrar de donde había provenido esa voz, pero no había nadie, había escuchado claramente, pero nadie más estaba ahí más que yo. Me asome por la ventana y nada, revise que estuviera cerrada y así era…

Mientras desayunaba no estaba segura de llevarme o no un paraguas, era de esos días en los que las nubes mostraban que la amenaza de lluvia era bastante alta, así como lo era también el que el viento las alejara, y después de unas horas el cielo estuviera despejado. Al final decidí no llevarme uno, ya que cinco minutos antes de salir unos cuantos rayos de sol se asomaron, así que concluí que las nubes se alejarían después de un rato.

Avanzaba hacia el metro, y tomando en cuenta que mi forma de caminar normalmente era rápida, en este día estaba avanzando bastante lento, e iba pensando si en este nuevo ciclo las materias serian un poco más pesadas que de costumbre, ya que desde el ciclo pasado algunas materias me habían costado más trabajo de lo normal, pero tal vez no eran las materias, sino yo misma, siempre buscando un pretexto para dejar de sentirme culpable por haber perdido el interés de hacer casi cualquier cosa.

Cuando entre en la escuela hubo algo que capto mi atención de inmediato, sin siquiera saber bien el por qué; vi la figura de un hombre parado justo en el tercer nivel del edificio B, no era completamente visible, estaba casi de espaldas, solo tenía la cara un poco girada hacia donde yo venía entrando; me quede congelada en el momento en que me percate de él, y cuando estaba a punto de verle completamente el rostro

-Hace cuanto que no nos veíamos –dijo mi amiga poniéndose en frente de mí, distrayéndome de lo que originalmente estaba viendo.

–Pero se me hace muy mal que no estemos en la misma clase de Termo, a ver si te toca con el profe que es buena onda– solo pude sonreírle y volví a mirar hacia arriba, pero ya no estaba.

-Estas bien? –dijo girando la cabeza a donde estaba mirando yo hace un momento–No me digas que paso Voldemort?, ¿todavía no lo superas? Creo que ya deberías de olvidarte de él, tu misma te diste cuenta de que ya tiene novia ¿no?

-No lo vi a él-le respondí un poco ida todavía- Me toca clase con Dan, ¿quieres venir? A lo mejor ya llego.

De camino al salón mi amiga Reina me platicaba como se la había pasado en sus vacaciones, ella es morena, de cabello negro y grueso, liso un poco rebelde, no era alta, media a lo mucho 1.65, y tenía una complexión normal. Siempre alegre, riéndose de casi cualquier cosa, desde que la conocí supe que ella se convertiría en una gran amiga mía, las dos éramos bastante parlanchinas y risueñas, a veces bastante.

Cuando llegamos al salón Dan ya estaba ahí, como siempre tenía sus audífonos puestos, y en cuanto nos vio se levantó y comenzó a menear la cabeza como bailando y sonriente llego a nosotros y nos saludó de beso a cada uno de nosotros y después se quitó los audífonos, una sonrisa picarona se extendió por su rostro y nos dijo:

-Tengo que contarles algo que me paso en estas vacaciones- mientras estaba con ellos, la mayoría de mis problemas desaparecían. Recordé que el estar en la escuela me hacía olvidar un poco mis deprimentes sentimientos. Pero de repente fuimos interrumpidos por el profesor que entro al salón, mi amiga se fue y Dan y yo nos acomodamos en lugares consecutivos, casi al final de la segunda fila del lado de la entrada.

Mi amigo Dan es alto, delgado, moreno claro con cabello castaño ondulado, ojos cafés, una nariz algo pronunciada y cara triangular invertida. Teníamos unas cuantas cosas en común, y tal vez existía una sola cosa que le envidiaba, el que su relación con su novio cada día fuera mejor, ya que yo no era muy buena manteniendo relaciones, e incluso ya sería un año que había roto con mi ex y apenas lo había superado unas semanas atrás, cuando ni siquiera duramos más de cuatro meses.

-Que tienes?, Te ves rara desde que te vi hoy, ¿paso algo en vacaciones? – Dan es el típico amigo que puede leerte con solo verte, ya que es bastante perceptivo y casi siempre sabe lo que te pasa incluso antes que tú mismo.

-O no quieres hablar ahorita de eso? – me dijo con un rostro que no iba a aceptar un «no» por respuesta.

-La verdad es que tengo unos problemas familiares- «mentirosa» dije en mis adentros–Solo se giró haciendo una mueca de duda.

El estar cerca de él me hace sentir libre, no me juzga, siempre está listo para escuchar y aconsejarme cuando más lo necesito, en los dos años que llevaba yo aquí en la Ciudad, Dan se había convertido en mi mejor amigo. Además, siempre me contagia esa alegría y energía que el parece tener, casi como un don.

Al termino de las clases, nos reunimos con nuestro grupo de amigos, los cuales en total sumamos unos ocho en total; nos pusimos al día unos con otros, resultando eso en una conversación algo confusa, pero por difícil que se piense, era demasiado divertido, y el hecho de que todos estuviéramos felices de vernos después del descanso vacacional, lo hacía aún más divertido. Como siempre al último nos dividimos y cada quien tomo una ruta diferente de camino a casa, salvo mis amigas Reina y Aurora, pero solo nos acompañamos en una parte del recorrido, a Aurora la despedimos enseguida en el metro, ya que ella va dirección contraria, respecto a nosotras, Reina y yo, nos vamos juntas hasta el transbordo a otra línea del metro, pero igual ella se va en el metro contrario al mío, casi siempre es costumbre quedarnos a charlar unos minutos antes de abordar.

Mientras hablábamos del primer día de clases y lo aburrido que era a ella se le cayo su cartera y cuando se agacho yo distraje un momento mi mirada, y en ese instante llego el metro de ella, pero eso no fue lo que me sorprendió, sino la misma figura de aquel chico que había visto en la escuela reflejado en la ventana del metro, me gire para verlo, ya que se encontraba justo detrás de nosotras, pero había desaparecido, o tal vez solo lo había imaginado, pero estaba cien por ciento segura de que lo había visto…

-Bueno me voy, ya quiero llegar a mi casa- pero yo seguía distraída -Oye, no me ignores, ¿Qué pasa, viste un fantasma o qué? –

-No, es que desde esta mañana me han estado pasando cosas algo raras – me miro con un rostro lleno de curiosidad – olvídalo, quizás es mi imaginación, nos vemos mañana. Te vas con cuidado.

-De acuerdo, pero no te vas a salvar de contarme esos misterios – me dijo cuando ya estaba arriba del vagón del metro y despidiéndose con su mano, de una forma algo exagerada

-Tal vez demasiada imaginación –

De nuevo esa voz, pero a diferencia de la mañana, me quede inmóvil, no me gire ni me moví un milímetro, deje de respirar, y no porque no tuviera curiosidad, si no por que la había escuchado justo detrás de mi oído, y su tono burlón y sarcástico hizo que un escalofrió me recorriera la columna vertebral. Pero cuando me decidí a girarme y enfrentarla no había nadie detrás mío, eso me consterno aun mas, e inmediatamente volví a respirar, pero de forma agitada, un poco extrema por que un señor que estaba a mi lado me pregunto si estaba bien.

Camine hacia las bancas que estaban en el inicio de la estación, me quede sentada ahí intentando razonar lo que había pasado hace unos momentos, de pronto me pare por reflejo al ver llegar el metro, pero cuando iba a subir sentí nuevamente aquel escalofrió, como un acto inconsciente mire por el reflejo del vidrio en la puerta del metro, pero no había nadie, y aun estando justo en frente de las puertas del metro, no subí al vagón…di dos pasos hacia atrás y volví a sentarme, intentando calmarme e intentar controlar mi respiración agitada, decidí cerrar mis ojos y respirar hondo, cuando sentí a alguien sentado a lado mío, y para no asustar a esa persona decidí alejarme un poco. Después de unos minutos logré tranquilizarme y en cuanto paso nuevamente el metro subí, con un aspecto bastante horrible, ya que no cabía duda que estaba mas pálida que un fantasma.

Cuando llegue a mi casa sentía el estomago revuelto y con ganas de vomitar, pero no dije nada para no preocupar a mi mamá, así que hice un esfuerzo sobrehumano para poder cenar la cantidad normal a la de diario, al terminar me fui a mi cuarto a recostarme un poco y tratar de repasar todo lo que me había pasado, pero entre mas lo pensaba menos sentido le encontraba a todo, es decir, las personas que escuchan voces es porque sufren un trastorno mental oestán bajo la influencia de narcóticos, pero nunca antes me había pasado algo así. Al final no supe en que momento me quede dormida, sino que me despertaron varios toques de mi mama en la puerta de mi cuarto, diciéndome que ya pasaban de las nueve de la mañana y debía levantarme a comer algo.

Durante el desayuno me pregunto sobre como había estado el inicio de cuatri, pero no había nada nuevo que contarle, ya que los primeros días solo eran para que los profesores se presentaran a sus alumnos y el largo de sus carreras y el como o por que ahora están ahí en la Universidad. En mis adentros sabia que no era lo mas relevante, pero ¿que se supone que le iba a decir?

-Pues a decir verdad madre, el día de ayer pasaron varias cosas, en la mañana al despertarme escuche una voz en mi habitación, que de igual forma la volví a escuchar anoche cuando venia para la casa, y creo que se debe a que un enfermo loco me esta siguiendo-

El simple hecho de decírselo me dio risa ya que me había imaginado su cara y no pude evitar soltar una carcajada de la nada, lo cual provoco que mi madre y mi hermana me voltearan a ver con un enorme signo de interrogación en sus rostros -demonios, y ahora que les digo para zafarme de esta…-

-Paso algo ayer en la escuela, o ¿porque esa risa?

-No, bueno si, Reina se tropezó ayer en las escaleras y casi cae encima de un profesor – que mentira – Perdón, es que se me vino a la cabeza de repente y no pude evitar reírme.

Y aunque lo dije de la forma mas sincera posible, bueno, mi madre no quedo convencida del todo, pero igual sabía que no le diría nada, así que simplemente no me volvió a preguntar. Después de un rato estaba haciendo mis deberes escolares, y estaba tan inmersa en ellos que se me había olvidado que tenía que hablad con Dan acerca de una salida que habían mencionado, pero la verdad había dos razones bastante buenas por las cuales no me había involucrado en esa conversación; la primera no me agradaba mucho la idea de salir a un bar, prefería quedarme viendo series o leyendo libros, y la segunda por que sabia que en cuanto le pidiera permiso a mi mama y empezara mencionando la palabra “bar” un rotundo -NO- saldría de su boca impidiendo alguna negociación civilizada.

Durante las dos semanas siguientes todo volvió a la normalidad, como si nunca hubiera escuchado esa voz, incluso ya me había olvidado de ese asunto, y mis días en la universidad regresaron a ser tan rutinarios como siempre. En mi clase de Termodinámica mientras el profesor explicaba con detenido detalle un problema tipo examen, me pareció ver a alguien parado en frente de la puerta del salón, pero no me gire, ya que faltaban escasos veinticinco minutos para que terminara la clase, y tomando en cuenta que el profesor nos dejaba salir quince minutos antes, imagine que era algún chavo que estaba esperando a un compañero que estaba en mi salón, así que seguí prestando completamente atención a la pizarra y al problema en él. Cuando la clase termino me tome mi tiempo para guardar mis cosas y salir del salón cuando ya la mayoría se hubiera ido.

-Oye, ¿quieres estar en nuestro equipo para la práctica de la próxima semana?

-Si claro- le respondí algo dudosa a una compañera, de la cuál por cierto, no recordaba su nombre.

-Nos vemos en el laboratorio entonces- me dijo cuando ya estaba afuera del salón

– No olvides tu bata- grito en el pasillo-

Solo le sonreí y me quede parada, hasta que mi celular sonó, era una llamada de Dan para decirme que su clase había terminado y que nos veríamos en la plaza cívica de la escuela, abajo del edificio C, y mientras caminaba estaba pensando que tal vez no era tan mala idea eso de tratar de hacer nuevos amigos…aunque eso jamás se me había dado nada bien, y menos con el tipo de cara que tenía. Cuando llegue con Dan, estaba sentado con Reina hablando de un chico que estaba en frente de ellos, y cuando mi amigo me vio, se paró y me pregunto

-¿Y bien, les dijiste que estarías en su equipo?-me pregunto Dan con su rostro serio, preparándose para reprocharme si le respondía un no- O les dijiste que no, para evitar cualquier tipo de relación social como acostumbras

-Les dije que si, así que ya puedes estar mas tranquilo pensando que dejare escapar punto cinco de mi calificación- dije irónicamente

-Bueno creo que deberías de pensar que, si no apruebas los exámenes, o si los apruebas, pero tus calificaciones no son suficientes para pasar, podrás tener ese punto cinco ¡que te ayudara a no perder tu beca!!! – dijo casi gritándome, y en un tono bastante sarcástico-

-De acuerdo, está bien podría serme de ayuda, pero confió bastante en mí misma, y en que podre pasar al menos con un seis o siete

-Lo cual puede hacer que tu promedio baje y de cualquier modo pierdas la beca no? – dijo Reina, quitándome todas mis esperanzas, y lo peor es que era cierto –

-Bien, ustedes ganan, tratare de ser mas sociable, solo dejen de acorralarme cada que pueden con eso, saben que me gusta tener mi espacio y me es demasiado difícil el entablar conversación con gente nueva-

-Con nosotros si lograste crear una amistad- Dijo Dan mientras enviaba un mensaje en su iPhone

-Si, pero después de cuanto tiempo, paso casi la mitad del cuatri para poder sentirme cómoda con ustedes

-Bueno en eso tiene razón- replico Reina, tomándome del brazo

-Bueno, entonces si ya quedamos de acuerdo sobre este tema me retiro, voy a sacar unas copias que necesito estudiar para el examen

-¿Es en serio?, los exámenes son en tres semanas, ya estas estudiando a estas alturas? – dijo Dan con cara de aburrimiento

Mientras terminaba de verme con esa cara yo me aleje a paso firme hacia el centro de copiado que había en la biblioteca, y cuando estaba subiendo las escaleras hacia el edificio A sentí nuevamente la misma sensación de aquella vez, justo en mi espalda

Debo estar imaginándola otra vez, recuerda, solo es por el estrés…solo es eso…si giras no habrá nadie…

– Oye, ¿estas bien?

– No es cierto…es aquella misma voz, pero esta vez no estaba dentro de mi cabeza, ni tampoco era una alucinación…- me giré para mirar a quien pertenecía esa voz, y fue entonces cuando lo vi…a él… Era un joven alto, moreno claro, cabello lacio y negro; sus ojos eran los más profundos que jamás había visto en mi vida, eran grises, escondidos entre grandes y rizadas pestañas. Me basto solo un instante para sentirme intimidada de una forma que jamás había experimentado con nadie. – Si, estoy bien. Gracias – aunque con mi voz parecía todo lo contrario.

– Te ves demasiado pálida – dijo mientras me sujetaba de un brazo y sonreía de una manera malditamente encantadora – te acompaño a que te sientes.

Antes de que pudiera oponerme, estaba siendo arrastrada por el hacia una banca de piedra que estaba justo en frente del edificio, me sentó y él se incoó frente a mí. No tuve mas opción que levantar la mirada y mirarle el rostro –Demonios, es demasiado apuesto que da miedo – mi mente de nuevo comenzaba a jugarme un muy mal juego.

– Estás segura de que estas bien?, ¿no necesitas ir al doctor o algo así?, aquí deben de tener una enfermera o algún servicio medico verdad? – pregunto sin dejar de verme a los ojos, y aunque sus palabras parecían sinceras, algo en su mirada se veía diferente, era como si se estuviera divirtiendo por lo que estaba pasando.

– No estudias aquí?

– No aun, vine a terminar la documentación necesaria para poder empezar la próxima semana

-Que raro… – quise decirlo en mis pensamientos, pero las palabras salieron antes de que me diera cuenta de que lo había dicho en voz alta.

– Por que es raro? – pregunto mientras se acerco un poco más a mí, haciendo que mi respiración se acelerara a mil por hora, y de inmediato sentí como la sangre iba subiendo a mi cara.

– No es nada, siento que ya te había visto antes aquí en la escuela – logre articular para mi sorpresa.

– Puede ser que si, he venido desde que empezó su cuatrimestre. La primera semana vine a pedir informes, después de eso he estado viniendo a arreglar lo de mi transferencia, puede que me hayas visto en una de esas veces,

– Es posible, si, pudo ser eso. Bueno te agradezco tu ayuda, pero debo irme ya, iba camino a sacar unas copias – fue entonces cuando pensé…si el había venido a terminar su documentación, que hacia rumbo a la biblioteca –

– Te acompaño – dijo sonriente – iba a sacar una copia de mi identificación – se puso de pie, extendiendo la mano hacia mi para ayudarme a ponerme de pie – Aun no estas del todo bien, necesitas que alguien te acompañe nena

– Bueno, está bien puedes acom…espera, ¿me dijiste nena?

– Que demonios, apenas lo conozco y ya me esta llamando de esa forma, ¿Quién se cree este tipo?, no por que sea un tipo de Adonis viviente tiene derecho de hablarle así a las chicas que acaba de conocer –

– Sí, así fue como te dije, ¿Por qué? ¿Algún problema con que te diga así, nena?

Una punzada atravesó mi pecho, y un escalofrió me recorrió la columna vertebral mientras decía eso, con la sonrisa mas cínica y malditamente encantadora que había visto, que por un momento me olvide de respirar.

-No lo mires, no lo mires….por Dios deja de mirarlo! –

– Sabes que, creo que ya estoy bien, no va a ser necesario que me acompañes después de todo – le dije mientras me jalaba para soltarme de su mano, que me sostenía por el brazo.

Antes de que pudiera volver a decirme algo, seguí avanzando hacia la biblioteca, y cuando lo vi venir detrás de mi supe que no había sido buena idea venir al lugar al que los dos nos dirigíamos…pero aun así seguí avanzando con la esperanza de salir antes que él, pero para mi mala suerte, estaban las dos empleadas que casi nunca están juntas, y los dos fuimos atendidos al mismo tiempo, lo cual no esperaba, ya que si solo estuviera una ya no tendríamos que encontrarnos. Cuando él se fue, sentí un gran alivio. Cuando baje de la biblioteca, me apresure a las sillas que están en frente de recepción puse mi mochila sobre una de ellas para poder guardar las copias que había sacado, y entonces sentí a alguien detrás mío

-Por Dios, me asustaste…

– Lo siento, no fue mi intención, solo quería confirmar que ya estabas bien, así que me retiro

Sin darme cuenta lo observé hasta que desapareció por las escaleras hacia servicios escolares, pero si me di cuenta de que algo en ese chico se me había hecho increíblemente atractivo, pero también mi instinto me gritaba que debía mantenerme lo más alejada posible de él…por alguna razón que no comprendía, y sinceramente, no estaba segura de querer averiguar la razón…

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