MEMORIAS PROHIBIDAS- EROTICO

MEMORIAS PROHIBIDAS- EROTICO

JORGE LUIS VEGA

05/07/2017

MEMORIAS PROHIBIDAS

Capítulo 1

Tormentas en la habitación 1206


La mire fijamente a los ojos,su mirada reflejaba temor, sutilmente trato de disimular lo y se tomó de las manos no pude evitar ver hacia sus caderas, el ceñido vestido rojo se había subido un poco, me embriague en el deseo de tocarla pero no pude, estaba inmóvil, tenía el corazón a punto de explotar y aun así logre mitigar mis emociones, debía mostrar seguridad era lo único que tenía en mente. De repente un aire gélido se infiltró en la habitación la descortés brisa socavó las llamas que producían las luminarias de cera que con tanto afán prepare para ambientar el modesto aposento.

Me apresure en romper el hielo.Durante varias horas intente acomodar frases para este momento, pero al final ninguna sola de esas palabras pudo ser articulada en mi boca y termine diciendo lo que cualquiera hubiese dicho en esa circunstancia.

-hola. Fue tan simple que hasta sentí pena de mí mismo.

-hola. Respondió ella con un gesto extraño en el rostro.

-Serias tan amable de invitarme a pasar-

-claro.Perdona mi falta de educación. Puedes acomodarte donde gustes.

Mientras le decía estúpido a mi consiente ella rodeaba la recamara, camino con pasos firmes, el largo cabello cobrizo le cubría la espalda, era sin duda hermosa.

Seguí mirándola durante escasos siete segundos que le tomo ir de la puerta hacia el borde de la cama, al sentarse las sábanas blancas sobre el colchón se arrugaron un poco, mantuvo la espalda erguida pavoneando inconscientemente su belleza.

Fijo nuevamente sus ojos en mí y dijo con vos suave y seductora.

-Sabes que esto es una locura-

-Si te parece que la pasión y el deseo son una locura, entonces que haces aquí.

Respondí con fuerte convicción al momento en que cruzaba los brazos, quería mostrarme seguro y algo intrigante.

-en realidad no lo sé aun, pero creo que voy a averiguarlo-

Esas palabras fueron incitantes, sabía que la química y las circunstancias desbordarían el flujo de emociones; pero no contaba con que ella tuviera tal convicción.

Me acerque poco a poco y cuando estuve a escasos centímetros extendí la mano y la puse delicadamente sobre su mejilla izquierda, inmediatamente su cuerpo reaccionó, giro la cabeza como queriendo fundir su fisionomía con mi mano, entre tanto sus ojos se cerraban solo para concentrarse en el sublime placer originado por el calor y el tacto.

Sabía que podía continuar; elimine la distancia entre ella y yo, me recline un poco hasta alinear nuestras miradas y poder respirar el mismo aire que salía de sus pulmones, a esa distancia y con la complicidad armoniosa del silencio hipnótico en la habitación pude sentir claramente las palpitaciones aceleradas de su corazón, no podía negarlo aquel momento era sin duda mágico.

¿Estás asustada Samanta? Susurre cerca de sus labios.

-No lo estoy- respondió ella en un tono suave y agradable.

A mi parecer y según lo que muestran tus mejillas y el galope acelerado de tu corazón. si lo estás.

-Te vas a callar y de una vez, desde que llega estoy deseando que me beses- era lo que de seguro hubiese dicho sino me le hubiera adelantado.

Rose sus labios suavemente, nuestras miradas aún seguían conectadas, hasta aquel segundo en que ella dejó escapar un suspiro y la luz se apagó. Seguidamente se dio el colapso emocional aquellos sentimientos emancipados durante años ahora habían tomado el control y sería imposible echar marcha atrás.

Nos fundimos en un juego frenético de besos y caricias y sin darme cuenta ya estaba acostado sobre ella en el centro de la cama, el concierto de ósculos bloqueaba toda percepción del espacio y el tiempo uniendo en ese momento nuestras almas y convirtiéndolas en una sola, era una experiencia casi celestial era la epifanía de un sublime amor prohibido.

Durante el éxtasis logre quitarle el vestido y como quien descubre un tesoro vislumbre su hermoso cuerpo, el color negro de la ropa interior que llevaba puesta avivó el deseo dentro de mí, enfoque toda mi atención y fije un par de objetivos, el sujetador que cubría sus pechos era el primero de ellos, removí la prenda ágilmente mientras no besábamos, me desprendí de sus labios y me apodere de sus mejillas, su frente y su garganta, lentamente disfrutaba del banquete que me proporcionaba su excitante piel desnuda.

Dedique el tiempo justo a cada lugar, la dinámica me llevo al primer objetivo, jugueteé con sus diminutos pezones dándole besos y rozando con mi lengua a cada uno por igual, poco a poco su respiración se aceleraba y tenues gemidos de placer inundaron con ecos vaporosos la habitación, recargando mis ganas de llegar al objetivo final.

Los minutos pasaban como lapsos perdidos de memoria, el sudor corría en pequeñas gotas que poco a poco empaparon nuestra piel, ni siquiera el frio de esa noche era suficiente para interferir con el calor generado por dos seres mientras hacían el amor, aquel momento simple mente era fascinante y, más aún, cuando la idea de penetrar hacia el interior de su ser se había adueñado de mi razonamiento.

La tome de las manos bruscamente, extendí sus brazos sobre la cabeza hasta que se doblaron por voluntad propia, no tenía que preocuparme por su reacción ella yacíaextasiada perdida en el placerquisquilloso que la consumía y la hacía desear más y más a cada segundo. con mi mano izquierda asegure sus brazos que formaban una x, presioné con fuerza sus muñecas para infligir un poco más de dolor, la mire a los ojos y apreté más fuerte aun, su cuerpo se retorció acompañado de un quejido brutal el cual era la mezcla de dos sensaciones, ese era el momento acaricie el costado de su cuerpo con la mano que tenía libre, busque entre sus piernas el manjar que estaba por comer, y al toque justo ahí, la humedad abundante aceleró mi corazón, sentí un golpe en la ingle esa parte de mí se encontraba aún más desesperado que yo.

La reacción seguida al tacto de mis dedospreparó todo para el último momento, sus largas piernas se deslizaron suavemente sobre la sabana en dirección opuesta, podía notar fácil mente desesperación en su rostro como un vulgar, hazlo ya, mételo de una vez, hazlo con fuerza te quiero sentir dentro de mí, pero sé que se contuvo esa era mi parte yo tenía el control ella simplemente se dejaba llevar.

Me acomode entre sus piernas, aun sostenía sus manos quería que supiera quién dominaba la situación. Muy lentamente empareje nuestros puntos eróticos, y suavemente lo introduje dentro de ella, la sensación de calor, la estreches y el roce de la carne junto a la miel lubricada de su cuerpo colapsó mis sentidos y al igual que ella, luego cuales almas pretendiendo fundirse en una sola nos desenfrenamos en un va y ven desquiciado que intensifico el goce erótico cual llama avivada por el viento.

Extasiados de placer y sumergidos en un abraso eterno nos quedamos dormidos durante varias horas.

CONTINUARA…

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