Melancholia

Crítica cinematográfica

Melancholia encierra una historia bastante intrigante y visualmente dinámica. El director toma como base principal los dilemas psicológicos de sus personajes para narrarnos un buen drama. La naturaleza de las acciones y diálogos cumple con el objetivo de la credibilidad en el espectador. El conjunto de actores, pero en específico el de los papeles de Justine y Claire, a mi parecer, se encargan de diferenciar y marcar muy bien las características de cada personaje, pero no permite que sintamos una cierta identificación con sus papeles, ni mucho menos llega a generar una empatía.

Cada actor tiene bien marcada su forma de ser y así lo comunica al espectador, nos enreda en sus dilemas psicológicos y en la vulnerabilidad de su accionar, tanto así que por momentos la película llega a angustiarnos un poco.

El estilo que plantea Von Trier en sus películas es un caso muy particular, con obras que giran en torno al pensamiento humano, al gusto por la fascinación, erotismo, sexo, sufrimiento, la muerte, el amor y la venganza. En esta película, sobre todo, se ridiculiza la figura del hombre en la tierra. El director juguetea con la personalidad del actor y con su psiquis, de igual manera con nuestras mentes al momento de procesar ésta dinámica.

En cuanto al estilo visual en general, para comenzar tenemos una cámara todo el tiempo en movimiento, también se utiliza por momentos algunos zooms de cámara intempestivamente, la sensación de inquietud y de desborde está presente todo el tiempo en la narración.

La cámara lenta que se presenta en algunos momentos, cuando parece que el mundo se detiene por unos largos segundos, es el claro contraste entre la vida en la tierra y la pronta extinción del planeta. Es la exaltación de un momento de tal manera que lo veamos como algo divino, algo único, pero también algo muy oscuro y apocalíptico que pronto llegará a su fin.

Este tipo de movimiento de cámara durante el primer capítulo, hace que tengamos la intriga del por qué hay tantos sucesos y comportamientos extraños de los personajes, y ya para el segundo capítulo atamos cabos sueltos que mezclados con el ambiente de angustia hace que podemos darle un significado.

Este tipo de estilo en cámara lenta y muy similar a la dinámica de Anticristo, a mi parecer, no logra conmover, pero sí nos mantiene en tensión.

La escena en la que Justine ve a través del telescopio y logra imaginar el momento exacto del choque entre ambos planetas, es un momento único para la historia. Es básicamente el fin de la historia contada en unos segundos. La actriz entra en un estado de trance y logramos identificar todos sus miedos. El cambio radical de tonalidades entre la realidad y su visión, permite que vivamos toda esa irrealidad de momento, que acompañada de una pausa visual, se vuelve algo divino.

Justine está desnuda e iluminada por lo destellos de luz que caen directamente del nuevo planeta, éste momento es la confrontación clara de sus miedo con Melancholia, es la entrega de su ser hacia él, la rendición ante algo que definitivamente va a suceder. Después de esta escena Justine adoptará una personalidad totalmente sumisa.

Claire comprueba de que el nuevo planeta ha desbordado el aro de medición que tiene en sus manos, éste está creciendo y crece el estado de desborde emocional entre los personajes, Claire carga a su hijo y se lo lleva para intentar salvarlo, pero se da cuenta que no tiene escapatoria y regresa a casa. En este momento ya todo se encuentra alterado, el ambiente es más tenso, la banda sonora se incrementa y hay un conteo regresivo en el espacio y tiempo.

El tema central es la Melancolía, Von Trier la representa a través de la figura de Justine, toda la película es básicamente un simulacro de la muerte en vida, liberándonos y preparándonos para lo que esté por venir, un tipo de reflexión sobre nuestras actitudes frente a la vida.

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