Meditaciones en una Parada de Autobus

Meditaciones en una Parada de Autobus

Bob Moriarty

05/05/2023

I.’EL FANTASMA EN LA MAQUINA

Pensé que ya a estas alturas podría haber superado cuando menos, los síntomas más básicos de esta ansiedad, ya que, desde años, esta ha venido siendo de forma devota, pero a la misma ves, de indeseable compañera de este solitario Apátrida; viajo hacia nuevos destinos, conozco gente nueva, tengo trabajos nuevos en los cuales, me podrían exigir un poco más de mi persona, para asi, aferrarme, a la errática ilusión que al momento, de  mi anhelado regreso a mi tierra natal, llegue mi alma y mi mente con nuevos bríos ,nuevas ideas, y que las mismas, funjan cual combustible, para de esa manera poder superar todos aquellos pensamientos malogrados que me aquejan, que encierran y detienen, el potencial de cualquiera, pero oh! cual es mi triste sorpresa, que al llegar a mi hogar, si bien, soy consciente y valeroso los primeros días, el ambiente común envuelve todo mi ser,que la ya conocida y cansina apatia voraz, inundan tanto mi mente como mi corazón, que sumergen todo dentro de  su ya bien conocida y miserable cadena de consecuencias fútiles y olvidables vivencias.

Es bastante extraño que estando lejos (y entre más lejos mejor)de mi tierra natal, pueda sacar fuerza de alguna manera. No es ningún secreto ni para mi familia y amigos, mi falta de creencia en algún dios de alguna religión, de alguna cultura, ya sea este personal o impersonal, cuando estoy lejos, solo me tengo a mi mismo, mis trastornos y mi lucidez, mi razón y mi experiencia, mis aciertos y mis errores, véaseme como una entelequia, una razón por sí y para sí misma, un principio y un fin, una acción actual y a la vez, una acción en potencia que aún no pasa, pero pronta o lejana a suceder, pero que sucederá a fin de cuentas?, si se le da claro el tiempo suficiente para florecer, siempre y cuando las circunstancias sean las óptimas, sin importar, si estas son favorables o adversas; acabo de darle a la palabra «Optimo» un nuevo significado dentro de mi filosofía particular, «Optimo» cobra un sentido aquí de soledad, de introspección, de tiempo para mi persona al fin, más que un ambiente beneficioso, pero ahí está el problema, he dado al fin con él, al ir escribiendo estas letras, podemos decir, que no dejo la semilla germinar? entonces qué derecho tengo de recriminarle a mi espíritu los síntomas de la odiosa enfermedad? La respuesta es ninguna.

Recuerdo estar sentado en aquella banca de metal, en la parada del camión, en un pueblo que apenas días antes, ni con toda la potencia de mi mente, me imaginaria que existía en este mundo, es verdad entonces lo que dice el filósofo inglés, “el conocimiento se genera de la experiencia”, ni aunque el mejor escritor de todos los tiempos, me hubiese descrito aquel lugar con riguroso detalle, se puede uno, con el mero uso de la razón pura, llegar al grado de conocimiento de alguna parte de este mundo de forma ya ni que decir exacta, digamos algo más o menos, cerca a la realidad del objeto en cuestión, dejemos pues el uso de la razón pura a los conocimientos de aplicación universal y confiemos de mejor manera en la información que los sentidos pueden proporcionar a la mente, aun así es lamentable e insuficiente, al menos para mí o para los espíritus sensibles. ¿Porque siempre hemos de pedir más claro, como podría contentarme con tan solo esperar mi transporte para llegar a casa a descansar después de un dia laboral? Una simple espera en una simple banca de metal, puede ser suficiente para tener una epifanía y es que las revelaciones lo escogen a uno y no al revés.

Mientras caminaba al lugar donde habría de tomar el camión, esta deberia ser un transcurso de lo más común; la caminata de alguna forma, oxigena el cerebro y puede suministrar de cierto neurotransmisor llamada serotonina, la cual se puede traducir en un estado de ánimo favorable , al menos eso me ocurre a mi cuando tomo una caminata, no importa que piense demasiado mientras camine, estos pensamientos son más o menos optimistas, el problema es cuando me detengo, al llegar a la banca metálica fue cuando el mundo se vino encima, cuando todo perdió la importancia, mi cuerpo se detuvo pero mi mente no, realmente lo que diferencia el hacer o el dejar de hacer, dejo de existir, mi familia, mi verdadera casa ahora se encontraba tan lejos de mí, que más daba si ahí mismo me arrojara a las llantas del próximo camión que llegara a la estación, estaba tan lejos de todo que este sentimiento de que ya nada importa se apodero de mí, puedo presumir que en ese mismo instante sentí como un indigente que no tiene nada, puede sentirse en su dia a dia, esa opresión espiritual no dejaba tregua para ni una minúscula parte de mi cuerpo , esa opresión lo llenaba todo, un sentimiento de anhedonia total, deje de ser.

II.’EL FENIX

Trascurrieron lo que al parecer fueron un par de minutos, a diferencia de otras ocasiones en donde con tan solo sentir unos segundos esa sensación hacia lo posible por evitarla, ahora deje que me ocupara por completo, el camión pasaba cada hora así que aún tenía tiempo para perderme en mi mismo, dejar que avanzara sin oponer resistencia alguna, justo ahí en una banca metálica en la calle, todos y todo parecía tan lejano ya, la sensación me ocupo tano mi espíritu como mi cuerpo sentía los síntomas de la opresión, prácticamente lo llenaba todo, pudo a ver sido la cosa más sencilla y lógica del mundo dejarme llevar por el momento por la situación, y haberme rendido en ese justo momento y porque no? Podía al fin poner fin a esta carrera sin sentido, todo esto de; tengo que demostrar, tengo que soportar, tengo que ser el mejor, podían terminar ahí mismo en ese mismo instante y eso era reconfortante pero así como en los momentos más inoportunos pensamientos negativos me invaden, de la misma manera pensamientos … me invaden en los momentos más oscuros, como dije antes, nunca nada están sencillo para las personas sensibles, siempre habremos de complicarnos la vida más de lo necesario, ya que en ese mismo instante vino a mi mente unas ideas ;

Primera idea; definitivamente nunca me había asentido tan vacío como lo me estoy sintiendo ahora, es un hecho innegable.

Segunda idea; ¿qué pasaría si por esta vez, solo por esta vez, de la forma que sea empiezo a escalar, empiezo a reforzar mi mente y mi cuerpo? ¿Y si logro superar esta opresión? ¿qué tan fuerte seré una vez que lo haya logrado?

Tercera idea; definitivamente sería interesante llegar a saberlo.

Eran ya por mi bien conocidos estos estados alterados del ánimo, ojala pudiera haber dicho estados alterados de conciencia, pero no, la realidad era más pueril, menos interesante, la mera realidad pues, tal cual es, estos estados eran extremistas, bipolares, como una barca maltrecha que se mecía al ritmo de las olas, al ritmo de la tempestad y estaba a merced de forma determinista del súbito aumento del nivel del agua lo cual resultaba en el deslizamiento inevitable hacia un nivel más bajo, así dentro del surcar de esta dicotomía, el espíritu se movía sin voluntad, sin tiempo a detenerse a pensar en lo que ocurría o a donde se dirigía, para mí las circunstancias que circundan al espíritu eran la mitad del compuesto de eso que llamamos individuo la otra mitad es tan solo un instante ínfimo en el infinito universal, es instante en el que decidimos, las circunstancias entre más cercas del individuo más influyentes son en el mismo, son la carga, el ancla, las raíces, que nos han de denostar, el lugar en que nos encontramos dentro del tiempo y espacio.

Ese ínfimo momento del cual hablo, saberme consiente y capaz de decidir fue la epifanía que experimente, ¿qué gracia hubiera tenido encontrarme de niño cuando por lo general nuestras decisiones son más someras, decisiones las cuales parafraseando a kierkeegard se toman en un sentido estético, en un sentido Hedonista, donde el criterio de la elección recae, en la sencillez de elegir aquello que nos causa más placer que otro, pero podría decir que en el momento ,en ese momento vivido era todo lo contrario, tomar una decisión ahí mismo de levantarse cuando la circunstancia, la otra mitad de ti, esta por los suelos y te atrae gravitatoriamente hacia él, cuando lo natural y más lógico era seguir en ese estado lúgubre y esperar a que pasara de forma natural ¿no es acaso lo que normalmente todos hacen? pero ahí es cuando la gracia de la vida comienza, no es elegir entre helado de Vainilla o Chocolate, como bien podría haber sido la decisión más “difícil” de cualquier niño, como anteriormente mencione.

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