Me gustaria la opinion de ustedes lectores. Toda recomendacion es bienvenida. Estoy tratando de mejorar la creacion de ambientes del tipo romantico para una novela de fantasia juvenil

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Rodri A.F.

15/04/2022

Llegué tarde al lugar de la reunión. Habíamos quedado en encontrarnos en el viejo muelle del lago. Ella estaba sentada en el final de la vieja estructura, había dejado sus sandalias al lado de ella y tenía los pies dentro del agua. Aminore la marcha porque no quería llegar agitado y sudoroso no quería que ella notara que había llegado apurado. Cuando puse el primer pie en el muelle de madera, hinchada por pasar tanto tiempo en contacto con el agua, me di cuenta que ella estaba tarareando una melodía que yo no conocía, tenía los ojos cerrados y la cabeza echada hacia atrás como si le cantara a la luna y a las estrellas. El viento le agitaba su cabello negro hacia un lado, la luz nocturna le daba un tono azulado precioso, parecía salida de un cuento de hadas. Respire hondo para serenarme y enfocarme en la estupidez que estaba dispuesto a hacer. Así que camine muy despacio hasta el final del muelle, tratando de no hacer ruido y aprovechando los últimos segundos para tranquilizarme.
-La guerrera más importante del país no puede enfermarse justo la noche antes de que comience el torneo- dije poniéndole mi campera sobre los hombros.
Ella sonrío y continuó tarareando esa melodía por unos segundos antes de tornar la cabeza hacia mí y mirarme.
-Gracias- dijo entonces, ruborizándose levemente al abrir los ojos y encontrarme sentado tan cerca de ella.
Le esquive automáticamente la mirada, echando la cabeza hacia atrás imitando la posición en la que se encontraba un instante antes. Cerré los ojos, muy consciente de que ella me miraba y esperaba a que dijera algo. Nos quedamos en silencio un momento que me pareció larguísimo. Yo había pensado mucho en la forma que le hablaría y que diría, pero temía que al tenerla al frente mi lengua me traicionara.
-Tenía miedo de que no vengas- dijo ella con un dejo de reproche.
-Me entretuve en el camino, lamento haberte hecho esperar – me disculpé.
– ¿Te entretuviste?- Pregunto. – eso es raro -Siempre pareces tener todas las situaciones bajo control, como si nada ni nadie pudiese interferir en tu camino. Todo seguridad y confianza.
– Lo que opina la mayoría es que soy un creído y que miro a todos por debajo de mí-. Dije divertido-. La verdad es que soy tímido y me pongo un poco nervioso cuando hay muchas personas mirándome.
-Sé que no eres un creído. Y que te preocupas mucho por los demás.- dijo Julie.
-Que sorpresa, justamente aquello que me entretuvo en el camino me dijo claramente que nadie me quiere porque solo pienso en mí y solo me importa ser el mejor. Dije mirándome las manos, jugueteando con una astilla que había arrancado del borde del muelle.
-pues yo no creo que eso sea cierto. El que te diga eso es que no te conoce o que te tiene envidia, no dejes que te afecte. -Dijo ella.
Yo quería explicarle que en realidad el que me lo dijo es la persona que más me conoce, mi único amigo. Y que el motivo por el que me dijo eso era en parte por ella.
-Eres muy amable-.le respondí agradecido.
Entonces el silencio nos invadió nuevamente. Yo notaba la mirada de Julie sobre mí, pero no me atrevía a devolvérsela. Me sentía un estúpido, debería estar respondiéndole con frialdad y alejándola de mí. Pero en vez de hacerlo me estaba dejando consolar por ella.
-Es la primera vez que hablamos a solas, aunque somos compañeros desde hace tres años. – Dijo entonces, moviendo la vista hacia sus manos.
– ¿Enserio?, no lo había notado. – mentí.
-enserio.-aseguró- siempre que hablamos lo hacemos cuando estamos en grupo o en medio de alguna misión. La verdad es que hace mucho tiempo que quiero acercarme a ti, pero me sentía insegura. -me miro a los ojos y se sonrojo levemente al darse cuenta de que yo le devolvía la mirada, pero me la mantuvo. – Aunque no lo creas eres bastante intimidante.
– Lo sé, soy frio y distante. Si no fuese por Felipe seguramente andaría solo por los rincones y nadie hablaría conmigo.
– Eso no es cierto, tienen un grupo de amigos fantástico. Se nota que se llevan muy bien entre ustedes. Además, más allá de las individualidades, ustedes son los ídolos de la escuela de armas y todos quieren acercarse a ustedes.
– Yo no participo mucho la verdad- dije tristemente- la verdad es que los demás me aceptaron y me tratan bien solo porque vengo incluido con Felipe.
-Pues yo creo que eres muy duro contigo mismo Dante-. Dijo ella.
-Perdón, solo estoy aburriéndote con mis problemas desde que llegué-. Todavía me encontraba muy dolido por la discusión con Felipe y no quería desahogarme con ella.
-Es bueno saber que tienes inseguridades al igual que todos nosotros-. Dijo julie riendo un poco y aflojando la tensión que había.
-Tengo muchas inseguridades, más de las que alguien que lo hace todo bien como tu puede imaginar-. Dije sonriendo también. Pero enseguida me reprendí por dentro; tenía que alejarla de mí, no elogiarla y decirle cosas lindas. – bueno tú me pediste que venga aquí, ¿sobre qué quieres hablar?-. Solté más bruscamente de lo que me hubiese gustado.
Julie bajo su mirada hacia sus manos, el flequillo le escondía su rostro. Luego de un momento subió de nuevo la mirada, en su rostro había rubor, pero en sus ojos una seguridad que me dejo mudo.
-Me gustas Dante. –dijo entonces, con una sonrisa que no pude entender; ¿era una expresión de tristeza? ¿Por qué iría a declarárseme si ello la ponía triste?
-Sé que yo no te gusto.- continuó con firmeza manteniendo aquella expresión que me provocaba tanta angustia.- También sé que esto te causa problemas con Felipe. Pero no puedo seguir aguantándomelo; últimamente paso la mayor parte del día pensando en cómo acercarme a ti, sin que Felipe se dé cuenta y creo que es injusto para todos. Yo le gusto a Felipe desde hace tiempo, lo sé, no es que él lo estuviese escondiendo tampoco.- julie estaba muy sonrojada.
-Julie. Mira la verdad…-comencé a decir.
-por favor déjame terminar. – me interrumpió. Podía notar que le costaba mucho decirme aquello y que no quería perder el impulso, así que me calle. – soy consciente de todo eso, pero no podía seguir así. Hace tiempo que siento enojo con Felipe porque siento que es lo que me impide acercarme a ti y no se lo merece. Me hubiese gustado mantearme callada hasta poder lograr que te fijes aunque sea solo un poco en mí, pero creo que estoy siendo muy egoísta con esto. Sé que les estoy causando problemas y es lo último que quiero.
Yo imaginaba que algo así podía suceder y estaba totalmente mentalizado para rechazarla. Pero no podía. Sentía una felicidad tan grande que quería llorar y saltar y reír. Pero entonces ella comenzó a llorar y se tapó el rostro con el antebrazo.
-perdona, soy un desastre. –dijo con voz nasal, y se le escapó un sollozo. –Esperaba que digas algo.- dijo entonces, apartando su brazo y mostrándome un rostro con ojos húmedos.
Entonces, sin pensarlo la bese. La besé con todo el amor que llevaba guardando dentro mío desde el primer día que la conocí, tratando de trasmitirle todo lo que no podía decirle a través de las palabras.

Dos horas más tardes me encontraba en mi habitación, apoyado en la venta de mi cuarto y fumándome un cigarrillo. Pensando en lo que acababa de suceder. El calor que sentí en mi pecho mientras la besaba todavía no había desaparecido del todo. Pero no podía sentirme contento.

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