Me estoy yendo

Me estoy yendo

Guevaron

28/09/2023

Si la llamada previa me había advertido de algo o si algún presentimiento de hermano me había llevado a estar ahí cuando escuché ese ruido sordo, casi pequeño que sin sospechas me hizo abrir la puerta y entrar en su casa casi vacía de todo menos de dos o tres botellas de fernet y unos papeles con grasa sobre la mesa, dos cenas magras de fiambres malos que se dejaban morir de a poco bamboleadas por el ventilador, y fué ese ruido sordo el que casi se hizo uno con mi empujar la puerta y verlo arrodillado ahí sobre un charco de si mismo admirando un agujero pequeño a la altura del pecho, la pregunta estúpida vino después ¿qué hiciste? Tuvo una respuesta de tres palabras que fueron balazos en el casco en plena carrera, de esos sonidos que llenan el mundo hinchándose y ocupando cada hueco del pensamiento, cada rinconcito de realidad, «me estoy yendo» me dijo antes de acostarse casi suavemente para no levantarse mas. 
Siguieron luego esas ceremonias sordas, un festejo a la muerte y el desgarro en el pecho, se había ido, mi hermano se había ido, y sin embargo el que lloraba afuera, el que se había quedado con la perdida no era yo, era mi versión de unos 20 años menos que se animaba a aflorar en público, a tirarse la remera para que no se le notara lo gordo y llorar fumando despacio, era el yo que conocía a mi hermano en toda su gloria, mi hermano en las interminables noches manejando, mi hermano y nuestras teorías sobre como debía gobernarse, la secundaria y el sentir.
Lloré hasta la insistencia de mi viejo de que pasara a verlo, acostado ahí como durmiendo, como si nunca hubiera estado tan triste como para pegarse un balazo en el pecho, y así no pude llorar, lo pensé como un valiente por irse, por no querer seguir siendo lo que era, lo que el mundo le pedía que fuera mientras retaba a su hijo por que no hizo la tarea, o le prestaba a los 18 las llaves del auto para ver una chica, a sabiendas de que estaba cometiendo el mismo error que él, que se esforzaba por verla mil veces hasta descascararla por completo, hasta convertirla en un ama de casa sosa y sin sorpresas que renegaba y quería mas por que sabía que no iba a volver a reir de verdad. Volando sin ver como un pájaro en colisión al parabrisas.
Hoy ya todo pasó, lo recuerdo siempre, sobre todo si me para un amigo en común y nos quedamos hablando de él, aunque ahora, cuando me preguntan sobre como hago para sobrellevar su ausencia, simplemente respondo «me estoy yendo»…
 

 

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS