Dedicatoria
Quiero dedicar este pequeño texto a alguien que me hizo sentir varias cosas que nunca había sentido, no quiero dar nombres, pero solo daré su inicial.
D
También a todas aquellas personas que se sintieron decepcionadas por haber amado a alguien, por favor no se alejen de ese sentimiento tan hermoso, sean luchadores, sean guerreros de su corazón, el mundo es hermoso y bello y existen personas tan hermosas con bellos sentimientos.
Si el amor no existiera, este mundo no existiría.
Mas allá de lo que Siento
Una de las cuestiones más grandes, aparte de que hay después de la muerte, que nos intriga a todos llegado un momento especifico en la vida es, ¿qué es el amor? Todos tienen una idea de que es el amor. ¿Pero que realmente es el amor? Varios conceptos se fueron creando con el pasar del tiempo, en la historia de la humanidad. Definiciones desde las más dulces, hasta las más científicas, nos dijeron que es un impulso como el hambre o la sed que posee cualquier cuerpo que tenga vida. Pero, ¿que realmente es el amor?, yo aun no estoy seguro de que sea, o si lo habré llegado a sentir o percibir, solo sé que el amor transgrede muchas barreras, no hay una medida en el mundo o en el universo que lo pueda cuantificar, y que puede pasar a cualquiera que crea y tenga un alma que quiera compartirla por la eternidad, y que si en él, lo suficiente, no existiría ni un lugar de oscuridad en la que pueda ocultarse tan hermoso sentir.
Esta historia puede que no se parezca a muchas que se hayan escrito, contado o llevado a la pantalla grande, no es una historia común como cualquier otra, bueno, talvez muchas personas lo pasaron, o quizá no. Pero dejemos de lado los discursos largos y empecemos con la narración de esta serie de eventos.
Oscar es un joven de 23 años, que vive en el centro de la ciudad, un administrador de empresas recién egresado, trabaja en una pequeña empresa de alimentos muy cerca del lugar donde vive. Tiene una vida modesta y rutinaria. Todos los días al trabajo, después a su hogar, fines de semana sale de su pequeño departamento para hacer una pequeña caminata por la ciudad. Una vida tranquila al extremo. Fue una tarde de enero donde su vida cambio por completo. El compraba los productos para su vida rutinaria, he ahí que, al darse la vuelta, chocó con ella, una muchacha de 21 años, cabello castaño oscuro, largo y lacio, delgada con piel rosada, ojos de color café claro, su mirada llena de ternura, su nombre era María. Fue un momento vergonzoso para Óscar, tras el encuentros hizo caer varios productos que ambos estaban comprando. Ese momento él se quedó sin habla por la impresión que ella le provocó, ese momento intercambiaron miradas, y el sentimiento se apoderó de ambos. Quien diría que el amor empezó a surgir solo por el cruce de miradas, él no podía explicar lo que estaba pasando en ese momento. Su corazón empezó acelerar sus latidos, no podía dejar de parpadear, y las palabras no salían de su boca. Ella lo miro y sonrió con una calidez que lo puso más nervioso aún. Fue entonces donde se rompió el silencio, y ella comenzó a hablarle con una dulzura que invadió su corazón. Y entonces ella le dijo:
– Lamento mucho por esto, perdona algunas veces soy un poco despistada y no sé por dónde camino. Enserio lo lamento. Te encuentras bien.
Entonces el bajo la mirada, y tartamudeando le respondió:
– No te preocupes está todo bien.
Algo muy cortante, con todo el nerviosismo que se apodero de el en ese momento. Se agacho para recoger todos lo que se cayó, en ese momento ella dijo:
– Descuida yo te ayudo, igual tengo que recoger todo este desastre.
Y ese momento ella soltó una pequeña sonrisa, y su corazón de el empezó a latir aún más.
– Mucho gusto, me llamo María, y cuál es tu nombre.
– Mi nombre es Oscar
– Eres un poco callado, yo también lo era antes, pero mi trabajo me obligo a que sea más sociable, trabajo de camarera en un restaurante del centro, y tú, ¿a qué te dedicas?
– Soy administrador de empresas, trabajo en una empresa de alimentos e igual trabajo por el centro.
Terminaron de recoger lo que su encuentro había ocasionado, y ella sonriendo le dijo:
– Bueno mucho gusto Oscar, yo tengo que ir a la zona de lácteos, estaba pensando hacerme una pizza esta noche. Espero verte un día por el centro, adiós.
En ese momento él se quedó quieto y apretó la mano de aquella muchacha que le había causado ese sentimiento que él nunca había sentido. Y la vio alejándose por medio de los pasillos. Dio la vuelta y se fue.
Desde ese día el no dejo de pensar en ese momento en que cruzaron sus miradas, no dejaba de pensar en la mirada llena de ternura de aquella chica tenía. Pasaron los días de esa semana y llego el fin de semana. El decidió hacer su caminata acostumbrada por las calles del centro aun teniendo en sus pensamientos ese momento.
Entonces decidió olvidar ese momento que tantos pensamientos le ocasiono. Y decidió entrar a un restaurante para comer algo. El destino volvió a juntar a ese par de jóvenes que tuvieron ese encuentro.
– Oscar, como estas, que tal la vida, yo trabajo aquí, y dime, ¿Qué te servirás hoy?
Él se quedó callado y no podía creer que la encontrara después de ese tiempo pensando en su anterior encuentro, y el mirando a la mesa le dijo con una voz fría y cortante le respondió:
– Solo un café y un pedazo de torta
– Está bien y, ¿no deseas nada más?
– No, gracias
Ella se fue un poco intrigada, y sus miradas se llenaron de tristeza, y se alejó de él.
Oscar se sintió un poco tonto por cómo había tratado a María, preguntándose a cada momento que le estaba pasando, porque tenía ese sentimiento hacia ella, porque las palabras no salían. Se sintió completamente mal.
María, ya con su pedido, volvió a su mesa, y de una forma muy diferente y secante le dijo:
– Aquí está tu pedido, esta es la cuenta y lo puedes pagar en caja.
Y ella se empezó alejar de la mesa, fue en ese momento donde un impulso de el hizo que agarrara la muñeca de él brazo de María, la agarro con firmeza le miro a los ojos y un poco tartamudeando le dijo:
– Te gustaría que salgamos, bueno si lo deseas
Ella de esa cara seria que se tornó por la actitud de Oscar hace momentos, una sonrisa surgió llena de esperanza.
– Claro, dime que días tienes tiempo
– Pues entre semana por las noches, por mi trabajo, y fines de semana todo el día
– Excelente te parece el otro fin de semana, tengo libre y podemos vernos en la mañana
– Si me parece excelente
Entonces la timidez se apodero de él, por ese momento que aun él no lo creía
– Me puedes dar tu número para que estemos en contacto
– Claro – entonces agarro una pequeña hoja que tenía ella y anoto su número – este es mi número, bueno tengo que seguir atendiendo, nos vemos el fin de semana.
El termino lo que pidió, fue a caja para pagar lo que había consumido, y se despidió de ella a lo lejos con una sonrisa.
En ese momento ambos sonrieron sin que el otro se diera cuenta. Paso esa semana y esperaban con ansias que llegase ese día tan esperado.
En el trabajo de Oscar todos se dieron cuenta que la energía que tenía era muy diferente a los demás días antes de él encuentro de ambos. Siempre con una sonrisa sin que nada pueda hacerle cambiar de ánimos. Igualmente, ella todos los días en el restaurante atendiendo con una sonrisa por más duro que sea el trabajo.
Paso la semana y llego el día que se encontrarían, ambos nerviosos por el encuentro, no decidían con que vestirse, buscaban diferentes opciones con la cual puedan destacarse, pero nada los convencía, pero el tiempo fue pasando y ya llegaba la hora del encuentro. Así que el decidió llamarla para quedar el lugar y hora exacta que se encontrarían.
Y llego el momento. El la esperaba mirando a todos lados, y ella apareció entre la multitud, su corazón empezó a latir viendo cómo se acerba María lentamente.
Y ya frente a frente, los dos llenos de nervios no sabían cómo saludarse, se dieron primero la mano, luego un pequeño beso tímidamente en la mejilla. Empezaron a caminar y un silencio se apodero del momento, y de repente María empezó a hablar:
– Y, ¿qué haremos?
– No sé, no estoy muy acostumbrado a salir con personas, ¿Qué te gustaría hacer a ti?
– Pues, me dio ganas de comer un helado, ¿te parece?
– Claro – Oscar empezó a buscar en todo lado una tienda donde pudiera encontrar la petición de María
– Tranquilo – María lo agarro de la mano y empezó a caminar jalándolo – Yo conozco un lugar donde sirven helados deliciosos y a un buen precio
El siguiendo a María empezaron a caminar, y fue un momento lleno de dulzura, que nunca había experimentado anteriormente, fue algo nuevo para él.
Y así comenzaron su día, se quedaron hasta la hora del almuerzo, fueron de paseo por diferentes parques hablando de diferentes cosas, del trabajo, de su niñez, diferentes tipos de temas.
No había límite de lo que se les ocurría para hacer platica, llego la tarde y el sol empezó a ocultarse, en ese momento María suspiro y con una voz un poco triste y mirando hacia un lado le hablo:
– Tengo que irme, es que solo vivo con mi padre, y no quiero dejarlo solo, al menos en la noche, fue un día muy divertido.
– Claro, no hay problema, y, ¿nos volveremos ver?
– Por supuesto, igual ya estamos en contacto, quedamos por mensaje ¿te parece?
– Está bien, te acompaño, hasta tu casa
Y siguieron hablando y riendo, como si ya se conocieran hace mucho tiempo atrás. Llegaron a su casa y ella volvió a suspirar
– Bueno, yo vivo aquí, gracias por acompañarme
Ella se acercó a él y con un abrazo tímido se despidió de él y entro a su casa. Él se sintió triste al ver como una puerta lo separaba de esa persona que le hizo sentir cosas que nunca antes había sentido, se despidió con una sonrisa de lejos, y se alejó.
Desde ese día todos los fines de semana se encontraban, caminaban por todas las calles, entraban a diferentes lugares, parecían niños, siempre los días estaban llenos de alegría. Sus amigos de ambos no se explicaban porque la actitud de ambos, cambio rotundamente, eran otras personas, cada vez mostrando una sonrisa llena de ternura, cada noche les invadía una nostalgia pensando en todas las veces que se vieron, de todas las cosas que hacían juntos, como reían como si en el mundo no hubiera ni existiera maldad. Así comenzaron a darse cuenta que ese aprecio, se fue convirtiendo en cariño, y se fue convirtiendo en amor.
Él no podía creerlo, nunca en su vida había sentido ese sentimiento que le llenaba la vida con alegría. Ella no paraba de cantar y bailar canciones de amor en su cuarto hasta horas de madrugada.
Pasaron tres meses, desde que se conocieron, y el decidió declarar el amor que por ella sentía, compro un pequeño obsequio. Y llego el momento de su rutinario encuentro, entonces él le dijo:
– Conozco un lugar que me gusta caminar mucho por ahí, es una vía de tren abandonada, ¿te parece ir por ahí?
– Claro, compremos algo para ir comiendo.
Llegaron al lugar, y nuevamente un silencio se apodero del momento, entonces ella empezó la plática y le dijo:
– Te hago una propuesta
– Dime – le dijo Oscar un poco intrigado
– Contémonos un secreto que tengamos ambos, comienzas tú y luego voy yo. Así que, comienza
Entonces el reflejo en sus ojos un poco de tristeza, y mirando al horizonte el empezó a hablar.
– Soy huérfano, mis padres murieron en un accidente de auto, fue el día que me gradué de la secundaria, yo había salido antes porque teníamos que preparar el número que estábamos preparando con los de mi clase. Me acuerdo que ese día mi madre me preparo un desayuno gigantesco – su voz empezó a quebrarse y empezó a lagrimear – y mi padre me abrazo por el día de mi graduación. Yo no les hice caso porque ya me estaba atrasando, y salí de casa sin despedirme de ellos y solo diciéndoles que los esperaba ahí. Los espere todo el momento, me acuerdo que lo deje mi celular en los casilleros, y me moleste pensando que el día más importante de mi vida mis padres no estaban ahí, la graduación termino y todos se fueron, me quede solo en los casilleros molesto y me empecé a cambiar, cuando vi mi celular y note que tenía muchas llamadas perdidas de mi tío, decidí llamarlo, y en ese momento el me dio la noticia, arroje mi celular y me arrodille, pensando en porque no me despedí de mis padres, porque no comí lo que mi madre había preparado para mí, y porque no recibí ese abrazo de mi padre. Aun no me perdono de ese momento. Desde ese entonces fui a vivir con mis tíos y terminé mis estudios y empecé a trabajar. Ese secreto nunca se lo conté a nadie que conocí desde ese entonces.
Entonces ella con lágrimas en los ojos lo abrazo, y le dijo que lo sentía, entonces el igual la abrazo fuertemente y siguieron caminando entonces él le dijo a María:
– Y dime algún secreto que nunca contaste a alguien
Ella suspiro como era de costumbre y empezó hablar
– Yo perdí a mi madre cuando tenía 10 años, ella estaba enferma, tenía cáncer, los médicos dijeron que no había tratamiento que pueda servir y le dieron tres meses de vida, yo y mi hermano quedamos devastados, pero el que quedo peor fue mi padre, por eso no me gusta dejarlo solo y me gusta hacerle compañía. Desde ese día nunca fue el mismo, se distancio mucho de nosotros y aun continua así.
– Lo siento – Oscar le dijo y la abrazo – sé que ella siempre estará contigo en todo momento y siempre te cuidará desde allá arriba.
Terminaron ese momento tan emotivo que tuvieron, y Oscar un poco intrigado le pregunto
– Me dijiste que vives sola con tu padre, ¿Qué paso con tu hermano?
María un poco triste y melancólica le dijo
– Mi Padre y mi hermano nunca se llevaron bien, cuando falleció mi Madre mi hermano cambio de actitud, siempre peleaba con mi Padre, cumplimos 15 años después de unos días él se fue de mi casa y me dejo una nota diciendo que algún día volvería por mí, y nunca más lo volví a ver, tampoco se nada de él, pero siempre llevo su carta en mi billetera pensando el día en que el volverá – María pauso con su relato y complemento – me olvide decirte que es mi hermano gemelo se llama Jorge. Somo idénticos solo que con sexo diferente.
Entonces terminaron de intercambiar secretos, y el silencio volvió a hacerse presente, y esta vez el rompió el silencio diciéndole:
– Yo tengo que hacerte otra propuesta, y espero que no te rías y que aceptes
– Está bien – dijo María un poco intrigada
Él se arrodillo y saco de su bolsillo ese presente que se lo compro anteriormente y mirando a María de frente le dijo:
– Estos días a tu lado fueron grandiosos, fuiste lo mejor que me pasaste, y quiero tenerte en mi vida por siempre y para siempre, me harías el honor de ser mi novia.
Ella con lágrimas en los ojos, y riendo se agacho y lo abrazo y le respondió
– Claro, quiero estar contigo por siempre y para siempre
Fue un momento inolvidable para ellos, después del abrazo que se dieron, terminaron el atardecer con un beso, fue un momento mágico que vivieron ambos, lleno de amor y muy emotivo.
Y así pasaron los días, cada día que pasaba su amor se fortalecía más y más, cada momento fue aprovechado al máximo, fue un amor de aquellos que se ven en épocas de verano, pero este prevaleció por cualquier circunstancia.
Pasaban algunos pleitos, pero nada que un abrazo y un beso llenos de amor pudiera resolver, fueron días grandiosos.
Así pasaron tres años, llenos de amor, y el decidió dar el paso final, decidió casarse con ella. Fue una tarde de agosto cerca de una pequeña laguna, él la espero unos minutos como siempre, cuando llego María, él se puso delante de ella y con el ocaso de su parte le pidió que fuera su esposa.
– Este tiempo juntos, me demostraste que eres una persona perfecta, y doy gracias a Dios por haberte puesto en mi camino, eres la única persona que me hizo acelerar mi corazón. Te amo María y quiero pasar la eternidad contigo, quiero que seas parte de mi vida y mi alma, con este anillo te entrego mi vida, mi ser y mi espíritu, por el resto de la eternidad. ¿quieres casarte conmigo?
María no podía creerlo, y rompió en llanto, se agacho junto a él y repitieron esa frase que siempre utilizaban.
– Por siempre y para siempre amor mío
Esa tarde fue perfecta, el amor no podía disimularse en sus ojos de ambos, se podía percibir como dos personas decidieron unir sus almas en algo que estarían juntos hasta la eternidad.
Ese día como de costumbre Oscar fue a dejar a casa a María se despidió con un beso y nuevamente se alejaron momentáneamente, ella entro a su casa para contarle la noticia a su padre.
Ella lo encontró a su padre como siempre sentado en el sofá viendo la televisión, cubierto con una sábana, ella entro se sentó a su lado y le dijo:
– Papa, tengo que darte una noticia muy importante que cambiara nuestras vidas.
Su padre un poco despreocupado, y siguiendo viendo la televisión le dijo
– Dime hija, que hiciste ahora
– Papa, te acuerdas que te comenté que estaba saliendo con alguien por ya mucho tiempo
– Si, me acuerdo, que paso ¿estas embarazada?
Ella molesta se puso delante de él obstruyendo su visión del televisor
– Papa, porque eres así, que paso contigo, necesito al Padre que eras antes, yo sé que Mama se fue, a mi igual me dolió, nunca pude tener una amiga a mi lado que me ayudé con todos los asuntos que me pasaron en este tiempo. Ahora necesito que me escuches por favor necesito decirte esto.
Su Padre agarro el control del televisor lo apago, se paró y mirándole de frente le dijo:
– Dime cual es esa noticia
– Papa, Oscar me propuso matrimonio, y yo acepte y necesito tu bendición para seguir con esto
Su padre la miro de frente, se sentó, apoyo sus brazos en sus piernas, miro hacia abajo y empezó a llorar. En ese momento María se arrodillo y se puso delante de él y le dijo.
– Papa, no llores por favor, te amo mucho y no quiero dejarte solo, pero quiero hacer mi vida, sé que pasamos momentos difíciles y te entiendo, yo siempre los pase a tu lado cuidándote, pero ya no podre estar contigo, pero si no quieres que me aleje le llamare a Oscar para terminarlo.
En ese momento María se levantó con lágrimas en los ojos camino a su cuarto decidida a llamar a Oscar para desistir de lo que ella soñaba tanto tiempo. En ese momento, ya cuando ella estaba en la puerta, camino a su cuarto, su padre se levantó y le llamo por su nombre y se acercó a ella.
– María, yo te amo mucho y te agradezco que hayas estado conmigo estos tiempos, más que todo te agradezco que te quedaras conmigo después de que tu madre se fue, hija mía, quiero que seas feliz, es lo que hubiera querido tu madre, y sé que ella estará feliz desde el cielo y ese día te acompañara en ese día tan especial. No sabes que tan feliz estoy de que hayas encontrado a la persona con la que pasaras el resto de tu vida. Y si tu estas segura, no te preocupes por mí. Estaré bien, mañana mismo buscare trabajo para poder regalarte algo el día de tu boda, pero eso si hija desde ahora tienes que pensar en tu felicidad, te amo mi pequeña.
Ese momento María y su Padre se abrazaron y ella volvió a ver a su padre que hace tiempo no lo sintió, y fue el momento que ella esperaba por mucho tiempo.
Pasaron los días y el momento tan soñado por ambos, llego al fin. Fue una boda muy sencilla, Oscar estaba acompañado por sus tíos, los que lo criaron desde que perdió a sus padres, María estaba con su Padre y algunos amigos de trabajo.
Fue una ceremonia muy sencilla pero inolvidable para María y Oscar, termino ese día y se fueron a una casa que Oscar compro. Una casa modesta pero el amor la llenaría y haría de esa casa un hogar enorme y lleno amor.
Su convivencia fue hermosa, cada día no podían creerlo ambos, que su felicidad estaba completa.
Paso un mes después de el grandioso día, María esperaba con comida preparada por ella misma, un viernes por la noche, Oscar ansioso por llegar a su hogar cansado por el trabajo y con esa alegría que solo al ver a María tenia, entro a su casa, vio a María arreglada por haber cumplido un mes ya de casados, entro y la abrazo y vio en la sala de estar toda una cena magnifica preparada en la mesa del comedor.
Él se sentó y saco de su bolsillo un presente que el compro días antes. María fue a preparar los platos y acercándose a la mesa para poner los platos, algo paso.
Ella desvaneció, se desmayó, Oscar completamente asustado la agarro entre sus brazos, y con lágrimas en los ojos se preguntaba en su interior porque paso eso y gritaba con mucha desesperación.
– ¡María!, responde María
El llamo con su celular a emergencias, la ambulancia llego y se llevó a maría al Hospital. Oscar sin pensarlo llamo a su padre por la preocupación que él tenía.
Llegaron al Hospital y la llevaron rápidamente a urgencias, el espero horas por alguna noticia sentado en los pasillos, sin saber que había pasado. Llego su padre donde él estaba, y justo en ese momento salió ella de urgencias en una camilla y el medico dijo a Oscar y el padre de María que tenía que estar en observación, y les pidió que volvieran a sus casas, que el hospital se encargaría de llamarlos para darles el diagnóstico e informales que había pasado.
Oscar no quería alejarse de ella, pero el hospital no dejaba que familiares se quedaran junto a los pacientes. El y su padre de María fueron a sus casas.
Al día siguiente Oscar fue a su trabajo, con un nudo en su corazón, pensando que es lo que pasaba con su amada. A medio día recibió una llamada del hospital, pidiéndole que se apersone al hospital que el doctor quería informarle de la situación de su esposa.
El sin pensarlo salió de su trabajo, y fue corriendo hacia el hospital donde ella se encontraba, llego al consultorio, y ahí estaba el padre de Mariah, esperando al doctor. Pasaron minutos, que parecían horas, hasta que al final llego el especialista que se encargó de María.
Ahí el Doctor les explico que ella tenía cáncer, que fue por causas hereditarias, y que los tratamientos ya no iban a servir, que, si hubiera sido detectado antes habría posibilidad de salvarla, pero que la enfermedad ya estaba avanzada y que no podían hacer nada y que solo le quedaban meses de vida.
Oscar sentía como su alma se desmoronaba, y una tristeza se apoderaba de su ser. Se quedó callado por un buen tiempo, y tomo las pocas fuerzas que tenía para preguntar por ella.
– Doctor, ¿Cómo esta ella?, quiero verla por favor.
El doctor le respondió:
– Ella está estable, puede verla mañana podrá ir ya a su casa. Y enserio lo lamento.
En ese momento el padre de Mariah se levantó sin decir nada y se fue, con la mirada perdida, y se perdió.
Oscar salió a buscarlo, pero el desapareció por completo. En ese momento el sin pensarlo se dirigió donde ella se encontraba, y la encontró en una cama echada, mirando hacia la ventana. El entro al cuarto se acercó a su cama se arrodillo y le dijo con una voz rota.
– María
Ese momento María vio a Oscar y lo abrazo, el momento fue lleno de tristeza, ella y el no dejaban de llorar, y ella le dijo en la oreja con el alma quebrada.
– Oscar, amor, no quiero morir, ahora que encontré la felicidad a tu lado no quiero apartarme de ti. No de esta forma.
Él no sabía que decir lo único que hizo fue abrazarla y llorar a su lado.
Al día siguiente María ya camino a casa, no dijo ni una palabra, el silencio entre ambos fue como nunca. Llegaron a su casa y se quedaron toda la tarde sin dirigirse la palabra, la tristeza invadió ese hogar que estaba colmado de alegría hace unos pocos días. Llego la noche, ella se acercó a Oscar lo abrazo y le dijo:
– Amor – ella lo agarro de la cara y acercándose a él le dijo – no importa lo que pase, antes de que me vaya, quiero pasar todos los días a tu lado, quiero olvidar por completo todo esto, seamos felices no dejemos que nada nos ponga mal. Estoy agradecido con la vida y con Dios por haberte puesto en mi camino, y por hacerme sentir el amor, antes de que deje este mundo, estoy feliz porque conozco que es la felicidad.
Oscar llorando abrazo a su amada, y con llanto le dijo:
– Gracias a ti por darme los mejores años de tu vida, te amo y siempre te amare.
Paso ese día, y desde ese entonces no paso ni un momento en el que ellos no estuvieran juntos, fueron días colmados de amor, la felicidad se volvió apoderar de los días.
Como se dice, después de la tormenta salió el sol, que, aunque fue por poco tiempo alumbro sus días.
María en sus últimos suspiros de vida, como forma de despedirse de Oscar, con esa sonrisa que era muy particular de ella le dijo:
– Prométeme, que pase lo que pase, solo busca tu felicidad. Quiero verte desde el otro lado feliz no importa con quien sea. Te amo.
Pasaron dos meses, y María se fue. Su última petición de ella antes de que dejara este mundo, fue ser enterrada al lado de su madre. Oscar cumplió su petición, y se despidió para siempre de su gran amor.
Pasaron varios meses, Oscar no podía creer lo que estaba pasando, al final decidió alejarse de esa ciudad en la que conoció el amor de verdad, he intentar comenzar.
Pero como comenzar cuando sientes un vacío en el corazón, cuando la mitad de tu alma ya no está a tu lado, como levantarte cuando sabes que te caíste en un hueco que pareciera que no tuviera fin, sentir como tu alma y corazón se van destrozando al pasar los días, y que solo queda de ti un cuerpo sin emociones, hasta donde puede pisarte la tristeza y soledad.
Oscar se alejó, y volvió a su vida rutinaria antes de conocer a Mariah, de su casa al trabajo, del trabajo a su casa.
Pero a diferencia de antes, ya no salía de su apartamento los fines de semana de paseo, se quedaba encerrado viendo televisión, escuchando música, buscando alguna forma de llenar ese vacío que tenía tras la pérdida de su amada. Y fue que así pasaron los días.
Una noche, como cualquiera, Oscar se olvidó comprar algunas cosas que necesitaba. Decidió ir al supermercado, y empezó a seleccionar todo lo que necesitaba. Y no percato que alguien se acercaba por el pasillo. Al darse vuelta choca con esa persona, era un empleado del supermercado, que llevaba cosas para acomodarlas en su sitio.
En el momento del impacto ambos soltaron todas sus cosas que agarraban en las manos.
Oscar sin verlo a la cara le dijo:
– Lamento haberlo chocado ando muy distraído estos días.
Al levantar la mirada y mirar como el joven recogía sus cosas, percato que en su gafete había un nombre que escucho hace mucho tiempo, Jorge.
Y al mirarlo de frente, fue su sorpresa que era idéntico a María. Se quedo completamente enmudecido. Entonces el joven respondió ese momento:
– Lo lamento debí anunciar que venía por acá, lamento el momento.
El joven se retiró, pero Oscar se quedó completamente inmovilizado. Por su mente paso que, si trataba de su hermano de María, que ese día había confesado que tenía. Si se trataba de Jorge, porque la similitud de ambos era sorprendente, tenía los mismos ojos, la misma sonrisa.
Se quedo en el supermercado buscando donde podía estar Jorge. Pero él no volvió aparecer, y ya era hora de cerrar el lugar, así que Oscar pensó que solo era un juego de su mente por todo lo que había pasado, y que solo eran coincidencias que pasaron, y decidió olvidar lo que había pasado.
Paso los días, y Oscar olvido aquel momento. Un día estaba lloviendo y Oscar iba conduciendo por la calle a media noche y paso justo por ese supermercado, cuando vio a lo lejos a un joven mojándose y esperando el transporte público, que a esa hora no transitaba mucho.
Oscar vio mejor y se dio cuenta que era Jorge con el joven que se chocó, condujo lentamente por su lado, y paso una cuadra más arriba. Se detuvo, y decidió ir a su casa que era muy cerca de ahí, guardo en auto y entro a su departamento. Pero la curiosidad y la intriga no lo dejaban en paz, y decidió salir a ver si Jorge seguía en ese lugar. Se alisto saco su paragua y decidió ir donde él estaba esperando el transporte.
Oscar salió pensando que ya no encontraría a él joven ahí, donde lo vio, pero fue su sorpresa que él seguía ahí. Se acerco y se paró a su lado. Estaba muy inseguro de hablarle, pero se animó y Oscar dijo:
– Jorge ¿Verdad?
Jorge muy intrigado le respondió
– Si soy yo, ¿nos conocemos de algún lugar?
– Si – dijo Oscar – nos chocamos el anterior día dentro del supermercado y me ayudaste a recoger todo lo que vote
Jorge se acordó y con una sonrisa le respondió
– Si me acuerdo, y como ha estado, ¿Cuál es su nombre?
– Me llamo Oscar
– Mucho gusto yo me llamo Jorge – extendió su mano para estrecharla con la de Oscar
Oscar no podía creerlo, era la misma forma de hablar, mismos gestos, misma sonrisa, los mismos ojos de María.
Él no podía creerlo, estaba más seguro que se trataba del hermano de María. Pero no lo estaba por completo. Se quedo mirando a Jorge, entonces Jorge se incomodó un poco y le respondió:
– Paso algo, porque se quedó tan callado
– Perdón – dijo Oscar – es que me hiciste mucho recuerdo a alguien, y, ¿Por dónde vives?
– Vivo un poco lejos de aquí – le dijo Jorge riéndose – a una hora de aquí, estoy esperando hace media hora el bus y no aparece
– Te puedo llevar si quieres – le dijo Oscar mirando a otro lado
Jorge lo miro a los ojos y sonrió, y un poco desconfiado le respondió
– Muchas gracias, pero no lo conozco bien, espero que entienda mi desconfianza
– No hay problema – dijo Oscar – mira yo vivo allá si no logras conseguir el transporte vienes y te llevo donde desees
– Gracias – Le dijo Jorge extendiendo su mano hacia él y sonriendo – lo tomare en cuenta
– Bueno me tengo que ir ya es un poco tarde – se despidió Oscar y le dio el paragua que él tenía – cúbrete y ya sabes donde buscarme.
Oscar se alejó y en ese momento Jorge a lo lejos le pregunto
– Disculpe ¿Por qué hace eso?
Oscar se dio la vuelta y con una sonrisa le respondió
– El mundo necesita de buenos actos hacia el prójimo
Oscar se dio la vuelta, y fue a su departamento. Llego a su cuarto vio de la ventana y justo en ese momento paso el bus que estaba esperando Jorge. Pero él no dejaba de pensar en lo idéntico que era a María, viendo las fotos que el guardaba con tanto amor.
Al día siguiente, domingo, mientras estaba en su departamento, viendo televisión, escucho el timbre, y grade fue su sorpresa cuando abrió la puerta era Jorge, con el paragua que la anterior noche le había dado y le dijo
– Como esta Oscar, ¿verdad?, le traje lo que me presto ese día, quería agradecerle por ese acto.
Oscar recibió el paragua, y Jorge en ese momento se despidió de él. Cerro la puerta sin dejar de pensar en las intrigas que tenía. Y decidió buscar a Jorge, que ya estaba bajando las gradas del edificio y le pregunto.
– Disculpa, ¿tienes algo que hacer hoy?
– Dm no – respondió Jorge- ¿Por qué?
– Te gustaría ir a comer algo, me mude hace meses acá, pero no conozco esta ciudad, tampoco tengo a nadie conocido y pues, quiero conocerla y como creo que tú la conoces podrías darme un pequeño tour. ¿o tienes que ir donde tu familia?
– No – dijo Jorge – vivo solo hace tiempo, y claro, puedo hacerle conocer algunas partes que son atractivas de la ciudad
– Espérame unos minutos que me aliste, ¿quieres pasar a esperar?
– No se preocupe – respondió Jorge – tengo que ir a dejar algo al supermercado y lo espero ahí afuera
– Está bien, salgo lo más antes que pueda
Oscar en ese momento fue rápido a su departamento, se cambió, y salió y ahí estaba Jorge esperando
– Y, ¿Dónde quiere que lo lleve?
– A cualquier lugar la cosa es conocer esta ciudad
Empezó la caminata por la ciudad, Jorge le explico varias cosas de la ciudad, pero Oscar no podía dejar de pensar en María y la similitud que tenía con él. Ya era tarde y fueron a almorzar. El silencio se mantuvo por un momento hasta que Oscar dijo:
– Y, ¿Qué me cuentas de ti?, ¿Qué hay de tu familia?
– Bueno – Jorge suspiro – yo vivo solo desde mis 15 años siempre trabaje en ese lugar, solo eso
– ¿y tu familia? – dijo Oscar mirándolo de frente
– No me gusta hablar de eso, disculpe
Oscar cada vez estaba más seguro de quien era con el joven con el que hablaba y le dijo
– No me trates de usted, dime Oscar
– Está bien – Jorge sonrió – Oscar
Terminaron de almorzar, y se despidieron se dieron la mano, y Jorge se fue alejando, avanzo unos metros Jorge se dio la vuelta, y se despidió a lo lejos con una sonrisa.
Oscar no puedo apartar desde ese momento a Jorge, paso la noche preguntándose qué estaba pasando, que estaba pasando con ese sentimiento que estaba apareciendo. Después de ese día al otro fin de semana fue de nuevo a su antigua ciudad, a visitar a María, contándole que pueda que haya encontrado a su hermano. Se despidió de ella y volvió donde estaba actualmente.
El volvió al supermercado, a comprar algunas cosas, y ahí apareció Jorge, quien con una sonrisa le saludo
– Oscar como estas que tal los días, que tal el trabajo
– Por el momento todo tranquilo – mientras miraba los productos – y, ¿tú qué tal?
– Igual la vida rutinaria – dijo Jorge riéndose – solo el trabajo, y que tal ¿conoció otros lugares?
– Pues no – se rio Oscar – te parece ¿darme otro paseo?
– Claro – le dijo Jorge – el domingo igual estoy libre, puedo pasar a las 10 de la mañana y de ahí te llevo a conocer más lugares.
– Está bien, entonces te espero el domingo – dijo Oscar
Oscar hasta ahora no entendía que pasaba, porque cada vez que veía a Jorge sentía un sentimiento de felicidad, talvez la nostalgia del amor que sintió por María, y verla reflejado en alguien como él.
Llego el domingo y se vieron como quedaron, empezaron a caminar y de repente Jorge dijo:
– Compremos algo para ir caminando, conozco una heladería que venden helados deliciosos y a buen precio.
Ese pequeño comentario, le hizo recuerdo mucho a María, el solo afirmo con la cabeza, y siguieron su recorrido. Fue pasando el tiempo y la tarde llego. Oscar fue a dejar a la parada de transporte público a Jorge y se despidieron con una sonrisa.
Jorge vio como Oscar iba alejándose mientras él tomaba el camino a casa. Él no podía saber que sentimiento estaba creciendo, por lo que estaba empezando a sentir por Oscar. Pero no podía apartarlo de sus pensamientos, y de ese día que Oscar se acercó en medio de la lluvia y le presto su ayuda.
– Que me está pasando – decía Jorge en su mente – nunca sentí esto por alguien.
Así fueron pasando los días, Jorge y Oscar confundidos por todo lo que estaba pasando, pasaron algunas semanas y no se vieron por ese tiempo. Un día mientras Jorge trabajaba vio a Oscar escogiendo algunos productos en el supermercado, pero él no quiso acercarse y continuo su trabajo. Cuando volvió a ese lugar no volvió a verlo, lo intento buscar, pero no lo encontró. Paso las horas y Jorge termino su turno al salir se percató que Oscar estaba ahí, sentado en la parada de donde siempre esperaba su transporte. Jorge decidió no acercarse a él, y caminar hacia la otra parada, empezó a caminar, pero Oscar se dio cuenta, y fue corriendo donde él porque estaba seguro que él era hermano de aquella muchacha que tanto había amado y quería contarle la historia que había pasado, y del terrible acontecimiento que había pasado.
– Jorge – fue gritando y corriendo hacia el – ¿qué paso?, ¿Por qué te vas hacia allá?
Jorge lo miro y le dijo un poco cortante:
– Por nada
– ¿Estas molesto por algo? – pregunto Oscar un poco intrigado
En ese momento Jorge se quedó callado porque se dio cuenta del sentimiento que surgió, ese sentimiento que sentía por Oscar, y se dio la vuelta y mirándolo de frente le dijo:
– Por favor, no quiero volverte hablar
– ¿Por qué? – dijo Oscar – podrías decirme por favor, la verdad no entiendo porque tienes ese comportamiento conmigo
Jorge se dio la vuelta y siguió caminando. Oscar se quedó parado por un momento, luego camino rápido hacia él, lo agarro del brazo y un poco molesto le dijo:
– Escúchame, ¿Qué paso?
– Suéltame por favor – dijo Jorge un poco con la voz lagrimosa
Empezaron a discutir, hasta que Jorge de un jalón, hizo que Oscar soltara su brazo y alzando la voz le dijo:
– Te quiero, ¿sí?, no sé qué paso, pero no logro sacarte de mis pensamientos, sé que esto no es normal, pero que puedo hacer, solo quiero alejarme de ti, no entiendo porque ese día, tenías que ayudarme de esa forma.
Jorge se dio la vuelta y se fue corriendo. Oscar se quedó completamente perplejo, vio como Jorge se alejaba y el sin poder hacer nada. Oscar empezó a caminar por todas las calles pensando en lo que Jorge le dijo, sin apartar todos esos momentos que había pasado con María.
Pasaron semanas que ellos no se vieron, ambos pensando en todo lo que había pasado esa noche. Oscar empezó a sentir otro sentimiento muy diferente, empezó a darse cuenta que lo que estaba naciendo no solo era un sentimiento de aprecio por ser el hermano de su anterior amada, si no, que se fue volviendo en cariño por todos esos momentos que pasaron juntos.
Así fue pasando el tiempo y Oscar por fin afirmo que ese sentimiento era realmente cariño, pero aún seguía confundido, por la historia que había pasado con María. Y acordándose de sus últimas palabras que ella le dijo
Una noche, Oscar completamente cansado por el trabajo, se quedó profundamente dormido. el soñó que estaba en un campo de flores de diferentes colores, miro hacia atrás y vio a María acercase a él, con un vestido completamente blanco, con una presencia completamente angelical, Oscar se emocionó y fue corriendo donde ella se encontraba, la abrazo y le dijo:
– María, te extrañe tanto, no sabes como la pase sin ti
María como siempre con una sonrisa en su rostro, le agarro la cara y le dijo.
– Siempre estaré contigo tonto, pero acuérdate que siempre te dije que seas feliz, y eso es lo que quiero que hagas, deja de pensar en mí, yo estoy muy bien, piensa en ti y en lo que quieres, tu felicidad siempre será la mía.
María lo abrazo lo volvió a mirar de frente y sonrió, fue alejándose soltando su mano lentamente, se dio la vuelta y se fue alejando. En ese momento Oscar se levantó y vio que ya era de día, un día hermoso con el sol brillando y los pájaros cantando. Comenzó su día con una alegría que nunca había experimentado desde que María se había ido, se fue al trabajo y fue transcurriendo el día. Oscar seguro de lo que sentía y estaba decidido a hablar con Jorge. Termino su trabajo y fue a el supermercado donde había conocido a Jorge, decidió esperarlo donde siempre, en la parada donde había comenzado la historia entre ambos. Pasaron horas hasta que Jorge salió de su trabajo, Jorge no se percató de que Oscar estaba ahí fue y se sentó en la misma banca donde él estaba.
Oscar se fue acercando poco a poco, hasta que Jorge se dio cuenta de que era el, la persona que hizo cambiar su mundo por completo, y muy sorprendido dijo:
– Oscar, ¿Qué tal?, ¿Qué haces aquí?
– No puedo estar aquí, la calle es para las personas – se rio Oscar, hablando con un tono sarcástico
– Bueno, creo que tengo que ir a la otra parada, un gusto verte – se levantó Jorge de la banca y empezó a caminar
Oscar aun sentado lo agarro del brazo, se paró y empezó a caminar agarrando a Jorge, empezó a caminar rápido, hasta que Jorge soltó su brazo de su mano de Oscar y le dijo:
– ¿Qué es lo que te pasa?
– Sabes – Oscar se dio la vuelta y lo miro – pensé en mucho lo que me dijiste ese día, y pues te quería responder
– ¿Qué? – dijo Jorge un poco molesto
– Yo igual – Oscar se rio y se dio la vuelta y empezó a caminar
En ese momento Jorge se quedó sin habla, y tartamudeando le respondió:
– ¿Qué?
– Lo que escuchaste, yo igual te quiero, ¿algún problema
En ese momento, Jorge se dio la vuelta y empezó a caminar apresuradamente, Oscar corrió hacia él y lo agarro del brazo, lo dio la vuelta y lo abrazo fuertemente.
– No juegues conmigo por favor – dijo Jorge con lágrimas en los ojos – no lo soportaría
– Me costó entender lo que realmente sentía, pero, ahora me doy cuenta – le dijo Oscar mientras lo abrazaba
Fue un momento hermoso, ambos se miraron, se besaron con tanta ternura, sin importar que dijeran los demás, y empezaron a caminar.
Pero quien diría que ese momento tan perfecto duraría tan poco.
Cuando empezaron a caminar, a Oscar se le cayó su billetera, Jorge se percató de eso y corrió y recogió lo que se cayó de Oscar, y jugando con la billetera en mano empezaron a jugar
– Haber quiero ver que tienes en tu billetera – Jorge empezó a reír
De repente, la cara de Jorge cambio por completo, sus ojos cambiaron de esa ilusión, a una completa tristeza.
– ¿Qué hace la foto de mi hermana en tu billetera? – Jorge completamente molesto le pregunto a Oscar – ¿Qué?, nosotros estábamos en un juego que tenías que completar supongo
Oscar bajo la cabeza y con lágrimas en los ojos le empezó a explicar a Jorge
– Quiero que me escuches por favor – lo agarro del brazo y empezaron a caminar – yo y ella nos conocimos hace mucho tiempo atrás nos enamoramos, y nos cazamos
En ese momento Jorge se paró y de sus ojos comenzaron a salir lágrimas, y con la voz quebradiza le dijo:
– ¿aun sigues casado con ella?
– No, eso es lo que te quería decir hace tiempo – dijo Oscar un poco exaltado – ella murió hace tiempo, por el mismo cáncer que murió tu madre, yo te empecé hablar porque ella me comento que tenía un hermano, pero como tú no sabias nada, por eso quería asegurarme que eras tu verdaderamente.
Jorge, se arrodillo y comenzó a llorar, por la noticia tan desgarradora que había recibido, y empezó a decir repetitivamente que no era cierto.
En ese momento Jorge se levantó de golpe y empezó a correr por las calles, Oscar se quedó un momento quieto y empezó a seguirlo gritando su nombre
– ¡Jorge espera!
Oscar ya se iba acercando a Jorge, pero Jorge no se dio cuenta de que un carro venia por la calle. Jorge por la impresión del carro y con la noticia que había recibido, se quedó completamente quieto.
El carro se acercaba rápidamente a Jorge, pero en ese momento Oscar se acercó rápidamente y de un empujo boto a Jorge a un lado, poniéndose en lugar de él y sufriendo el impacto que Jorge tenía que sufrir.
Jorge con lágrimas en los ojos grito el nombre de Oscar, corriendo donde él se encontraba
– ¡Oscar! – completamente desesperado- perdóname por favor, perdóname
La noche se tornó completamente negra, oscura, y las sirenas de las ambulancias empezaron a sonar. Jorge con Oscar entre sus brazos no podía creer lo que sucedió y rompió en llanto.
Al momento que llego al hospital, Oscar ya había perdido la vida, Jorge salió del hospital y con lágrimas en los ojos empezó a llorar, no podía mantener su cuerpo de pie y cayo arrodillado en medio de la acera.
Pasaron los días sin consuelo para Jorge, pensando que él había sido el culpable de la muerte de por quien había sentido ese sentimiento tan grande. la decisión que Jorge tomo fue enterrar a Oscar al lado de la que antes había sido su amada, lo enterró al lado de su hermana.
Desde ese día Jorge siempre iba a visitar a su hermana y al que hubiera sido el amor de su vida. Uno de esos días de visita Jorge se dio cuenta que alguien estaba detrás de él, gran sorpresa que se llevó, era su padre con una flor blanca, Jorge lo vio de tanto tiempo, y lo abrazo, juntos se quedaron con su hermana y se fueron para comenzar una vida ambos como una familia.
Bueno esta historia no es como muchas que se hayan escrito, pero que es lo que opinan, el amor puede transgredir cualquier tipo de barreras.
No hay una definición exacta del amor, puede que algunos lo lleguemos a sentir, puede que nunca en la vida lo lleguen a sentir, pero, dejemos y no nos cerremos a ese sentimiento tan hermoso que nos puede hacer sentir tantos sentimientos.
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