Mientras sigas reposando bajo la inmensidad del cielo,
el mismo cielo que también cubre por las noches desoladas
a los que no tienen voz y creen ser libres.
Seguiremos escribiendo la misma historia,
la misma voz, la misma ingenuidad,
que con ojos abiertos no es capaz de ver
la cruel realidad de la desigualdad .
Como la inocencia de un niño creyendo
que el dinero es riqueza. Podríamos
tener un amanecer diferente en nuestras manos,
que se convertiría en un espectáculo
mas allá de la imagen.
Somos más que carne, palabras, acciones,
mas de los puedas imaginar.
Si miramos al cielo,
Cielo que también cubre la desigualdad.
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