Sentada en una esquina la podía ver, ojos a medio abrir, una apariencia nefasta, parecía sumergirse en la tristeza y nadar en la melancolía, jamás había visto un rostro tan lleno de dolor y soledad, sí, esa era la palabra correcta soledad, se había quedado inmóvil en aquella esquina, sentada en el frío suelo arrecostada en la pared de su habitación, tanto tiempo que, parecía un estampado más en aquel muro de lo quieta que se encontraba, o un adorno mal hecho o antiguo de lo estropeada que estaba, sólo me percataba cómo movía lentamente las fosas nasales símbolo de que aún se encontraba con vida, aunque su respiración parecía desaparecer debes en cuando, era como si hubiera decidido quedarse en el olvido o perderse en el olimpo de sus pensamientos por un buen tiempo, tal cual , se encontraba desde horas, una tras otra , sin pestañear si quiera , en verdad me daba lástima , pero no sabía cómo ayudarla, sólo observaba y nada más.

Ella era casi angelical ,un tanto celestial se creía los cuentos de hadas y respiraba romance e inhalaba amor , así de enamorada era ella, solía volar en el cielo y jugar con sus manos agarrando las nubes , tenía en el borde de su labios miles de besos llenos de dulzura, en su mirada llevaba esa chispa que puede hacer realidad el amor a primera vista, no tenía malicia al hacer una caricia, amaba abrazar a los abrazos ,ella era el Amor o al menos así lo sentía, su objetivo era encontrar alguien con la misma salud mental que pudiera y tuviera ganas de entrar en su mundo mágico el cuál solo podría ser habitada por ella y una persona más, mientras encontraba a él, ella seguía el camino de luces que se encendía con cada paso que daba símbolo que tal vez ese él ya estaba en el sendero divino de su destino.

La noche que destrozaron cada parte de su anatomía ,en realidad no fue noche fue día , pero ella miraba tanta oscuridad en cada acción, que se convirtió automáticamente en la peor noche de su vida, aún sentía que daba pequeños vuelos de un lado a otro, pero mientras más le hablaba él se convertían en saltos, luego comenzó a darse cuenta que ya no saltaba , sólo caminaba y es que tanto daño él le había causado, que sus alitas no se habían herido o fracturado , tampoco roto se habían hecho polvo, y en ese instante se dio cuenta que nunca más iba a volar , que nunca más iba abrazar, que nunca más iba a besar, que nunca más volvería a soñar y que tal vez nunca más iba volver amar.

Sentada en una esquina aún la puedo ver sigue ahí, sin ganas de pararse, quien sabe , sin ganas de hacer nada, sólo de llorar y lamentarse, pero yo la ignoro, ya no me da lástima, tampoco pienso quedarme a observarla y es que aún me parece verla a veces, sé que no es real, porque el espejo ya lo cambie de lugar así que nunca más reflejará la esquina que me vio desfallecer en el intento de olvidar un amor que nunca más se repetirá , que aunque me ayudo a construir mi mundo irreal ,ayudo también a destruir mis alas , y saber que nunca más podré volar, ni tocar el cielo, ni jugar con nubes, acabando con la magia que guardaba en ellas, la mariposa de mil colores se extinguió, ahora guarda el luto en su interior, anhelando algún día volver a soñar y ver sus alas revolotear pintando de un sin fin de colores ese cielo que un día la vio volar.

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