Mareas de amor y desencanto.

Había mucha arena,

admiraba un horizonte prometedor.

La marea había bajado,

nuestras linternas nos contorneaban la tempestuosa noche.

El viento soplaba para advertirnos que, estando juntos, nos consumíamos.

Quizá me adelantaba a los hechos,

me aterraba pensar en sentir la calma.

Las olas seguían retumbando en mi cabeza,

arrojándome una duda: «Si el movimiento era caótico, ¿mi ser más puro era repugnante?»

Pernoctar por tus ojos delirantes me ha extasiado,

lujurié tantas veces por tu figura desbordada.

Permanecí y quedé naufragando en los desiertos,

volví al mar para aplacar mis generosos pensamientos.

Grité hasta consumar mi agonía por no tenerte.

Incluso te aborrecí.

Decapité mis esperanzas,

creí amarte por siempre.

Medité despacio para no fatigarme,

logré olvidarte.

O eso creí.

Volví a casa y me senté en aquel sillón con aroma a ti,

entre líneas y versos moribundos voy dejando lo que alguna vez fuimos.

Mi tinta se desgasta, pero mi sangre continúa destilando palabras acerbas.

~yess🦋