Ahora mismo prefiero el creer sobre el sentir,

aunque en esencia se parezcan, diferente de lo que pensamos

para sentir mas, se necesita de una gran lógica, una elevada.

La sensibilidad no está separada de la percepción, de los reflejos o de la materia.

Pero ahora mismo, prefiero ese enfoque, decir que sé lo que sé,

por que necesito de mi voluntad y de saberme libre.

Creer que creo para después sentir que siento y nunca al revés.

Esto me arrastra entre oleadas por momentos dulces y amargos, que cada vez más se entremezclan,

pierden el matiz y se vuelve difícil con el tiempo distinguir cual es cual, y yo

melancólico sin remedio busco el desenlace prematuro, los finales no anunciados

y así de esta forma el dolor me traiga paz.

Yo solo anhelo el día que no anhele nada, que nada tenga que decir, ser menos

que un individuo o una mera unidad, volver a ser viento o llegar a ser

perfecta y dulce simpleza.

En mis días peores escojo los finales que generalmente me saben a luto,

los contemplo si es que no han llegado y trato de adivinar su sabor.

Poca dicha mas pura que cuando perdemos lo amado, una causa de efecto contrario,

la mentira mas grande de toda la historia; Que vive lo que no se olvida.

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