Recuerdo que llego cuando no la esperaba
Me comenzó a tratar como una apasionada
Su risa, sus palabras, su voz al dormir o despertar
Jamás había creído en los ángeles
Hasta que la escuché susurrar
Me imaginaba el aroma de su piel mientras el viento soplaba sobre su cuerpo
Una sensación de paz, felicidad y locura al regalarme su tiempo
Tenía miedo, pues jamás nadie me había tratado como ella lo hacía
Temeroso del mundo, sin mirar a los alrededores
Los niños jugando en el parque sin miedo de caer sobre el pavimento
Deseaba volver a esos tiempos sin preocupaciones
Donde pasaba algo y lo olvidaba a los segundos
Me había distraído un poco pues su alma me transmitía esa hermosa sensación
de calma, el aire soplaba diferente, el agua se sentía tibia,
Las mañanas tomaban un color más puro
Y es que, el hecho de imaginar su rostro me causaba intriga
Como se sentiran sus abrazos, sus besos, sus caricias
Tendré que descubrirlo, un alma sobre el mar libre, sin mi
edo a lo obscuro
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