Ante la ciencia actual, lo único necesario para que exista vida, son una serie de compuestos y condiciones materiales que facilitan nuestra propia existencia, ignorando totalmente lo espiritual, porque sus conocimientos se basan en lo material y son su sólida fe. Pero así como muchos genios de la historia, sabían de cosas que no se ven, así mismo es lo espiritual. Muchos lo han visto, pero pocos son los que creen que son de espíritu, y pronto lo pondrán como algo físico, pero que no pertenece al espíritu. Esos genios de la ciencia creían en lo que no existía, y su única meta en sus cortas vidas, fue la de materializar esas creencias, puesto que se tiene lo material, para que los hombres vean con ojos carnales y comprendan lo que no existía. Aquellas ideas ocultas en los ojos materiales se encuentran en un estado espiritual, esperando a ser descubiertas, porque ya estaban escritas y personificadas en lo espiritual, y solo aquellos quienes tienen gran poder espiritual, pueden sacar de la fuente de la sabiduría, de todo el poder eterno que creo el universo.
Si en algún momento, los hombres llegaran a creer, en el impacto real de lo espiritual en lo físico, llegarían a una nueva era de evolución, donde lo imposible, el desorden y la violencia, carecerían de un sentido lógico. Un lugar utópico donde la felicidad seria real y no una ilusión generada por la ignorancia; un mundo transparente y puro como el cristal.
En verdad la inteligencia eterna se encuentra escrita en la creación infinita como lo es el universo, y los hombres han descubierto lo poco que pueden hacer para crear nuevas formas de vida o de adaptación a los ecosistemas, por medio de ese ejemplo material, encontraron formas de aplicar los conocimientos físicos y poco a poco con el desarrollo del mismo lenguaje, el orden financiero y social crearon un mundo, donde la filosofía y la acción es puramente material, y donde las mentes de los hombres están destinadas aun desde el vientre a ser carnales y materiales.
Pero aun así existen aquellos, que son persuadidos a pensar, en el mundo que no ven los hombres materiales, aun de forma inconsciente, trabajan día a día, para lograr lo que parece imposible, siendo verdaderamente probados, para ser llamados hijos de la inteligencia que creo la complejidad de nuestra existencia.
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