Mi Estado,

una forma de temblor

su boca expele huaycos.

Ay mi patria.


EL UNIVERSO EN UNA ARENA

Este olor sabe a memoria;

esta gaviota, acaballo y

a lenguaje sin inspiración.

Sir infortunio sueña vinos;

el vino, congargantas.

En torno a la garganta la poesía canta y

este libro, esta América a guayabas y hielo.


El Ímpetu de mis versos pinta pechos, zapatillas y

lámparas en las montañas bañadas de carne añeja

Todos nuestros soldados son escuadrillas de poemas que marchan y marchan batiendo su luz en esta América oscuramente transparente.


Mi madre con sus Naipes viejos tira la suerte y su oráculo le revela una noche de espadas, un as de copas en su mesa vieja y solitaria. Mi vino tendrá sed.


Quizá sea el hado de la gaviota que sabe a caballo o tal vez el destino del Caballo que sabe a siete sabores.


Se oyen versos y una metáfora cae herido entre las antologías del dolor.



Emerge una bandera como fin de fiesta y es golondrina traspasando el horizonte como una gaviota desde el vientre de nuestros sueños.


El terrorista contempla a la soldado y su corazón acaba de ser derrotado.


Mentira, el final será amargo, serán mordidas a muerte sus vidas.

El hombre es máscara mas Dios y demonio sus maquillajes.


Comediantes astutos, los poderes, convierten al Estado en teatro. El elector escoge el trama y el candidato lo camufla alegre en sus promesas.


Canta el villano y la víctima es el público que los eligió.


Trato de cuidar mi olla, en ella vive mi esperanza, mas ella se mueve agujereándome la sopa. El sol busca mi barriga para calentarlo y huyen mis ayunas en los resquicios de cada día. Remiendo mis perezas sobre una fogata. El día se cocina en el tejado y la lluvia es un remedio para el campo. Remiendo la olla, el plato y la sopa ha caído en la ceniza. Y crece mi ayuno.


De pie mi deseo, traspasa mi desolado grito, allá afuera mi pecho se yergue cual tierra baldía y, levanta briznas de vida. Mi mano como si fuera una copa vieja, pobre y cuarteada aguarda la semilla amasando retratos de esperanza.


Mi enmohecida espera, se tumba al piso mis legañas, desafía mis instintos y da cuerda a sus tierras.


De pie mi desolado grito, de pie mi mano callosa, de pie mi vieja esperanza, de pie hombre a pesar del olvido. -Grita- y, Da grito mi pecho, se baldía mi fuerza, pero abona su razonamiento. Mi corazón es una copa vieja, en ella mis esperanzas se fermentan a fuerza de inanición.


Mi espera ya no espera, se torna verbo e iza la bandera y marcha a la batalla.


Falta camino para mis campos, florece la hora y la mesa nunca, la indigencia es agua sentida en nuestros uniformes diarios. El hombre es boca, nombre, viento y rio de sed.


Ese actor es verdugo, víctima y motor de los desastres, su único rival su ambición.

Mi tristeza sangra y el mundo.


El mundo florece en caminos, el hombre siente la hora. La boca es hombre, el nombre se hace hombre, el viento se hace hombre, la sed se hace hombre. La víctima y el verdugo son hermanos. La destrucción es producto de la ambición.


Mi camino, mis campos, mi tristeza son paisajes de la hora, del mundo. Y, la flor del camino florece banderas, espero nunca con cráneo y tibias cruzadas.


EL DAVID DE GOLIAT

Mis libros sueñan casas y le dan cadenas

Mis libros sueñan con un corazón puro y le entregan manos de sal.

Mis libros sueñan con recuerdos hermosos y le entregan pies de cianuro.

Mis libros sueñan con ojos de luciérnaga y le entregan un mar por frazada.

Mis libros sueñan con luz en el ojo de sus lectores, pero ya nadie lee poesías

Mi libro está descuartizado grito a grito y ahora grita su silencio.

El cuaderno bebe ahora oscuras aguas.

En el corazón de mi libro hay una salmuera ahogada arrastrándole al sueño eterno

Bebe mi cuaderno cadenas y muros y una péndola aleja de su garganta las manos de sal y caen sus yelmos y el sueño.

Las cadenas sueñan con mis casas y mis libros.

La sal coge corazones y manos.

El cianuro guarda pies, recuerdos, libros y sueños.

La frazada es un mar de ojos

El silencio, un grito descuartizando libros, cuadernos y manando aguas sin nombre.

El sueño eterno sueña a un niño de treinta y tres años amamantar a su madre.

Y, este es el primer verso en el nuevo cuaderno y añejo libro magullado por la misma insidia.


Qué sombra de cantuta, qué concurrencia de vida y sueño en una sola floresta.

cuánta penaen sus flores

y con su afonía queda sola la escena,

Cuántos pámpanos inclinados y sin lágrima, el sol de mañana no encontrará vida en ella sino una manera de irlo matando.

Al son de la mudez de sus voces, el frío los abraza a fuerza del sol.

la cantuta agoniza.

Gime su augusta alma viviente por el alma buena que muere,

cómo me duele este huayno del silencio. Que trina como ave sin ruido.

Están presentes en esta agonía universal el coro del olvido, de la indiferencia y del silencio.

La pluma y el talento de las aves también agonizan, con esta cantuta humilde

muere también el paisaje entre las nieblas y ojos de la América cafetalera, de la América metalífera, de la América eterna y convaleciente.

Pienso en saberes de mi fe y creo en el credo de la resurrección

Ha muerto para nacer en el espíritu de los demás.

Qué hermosa sombra de cantuta. Concurren en ti mi vida y tal vez mi muerte para dar vida a mi fe.


Yo quiero morir, morir me gusta porque se nace denuevo

Cuántos nos resistimos a la muerte y vivimos muertos

Cuántos muertos viven como paradigmas en los muros de la historia

He muerto una tarde de diciembre en una volcadura

Y he renacido entre piedras y el canto de los gorriones de la mano de un amigo

Mi escenario fue un campo deshabitado, allí donde la muerte ha muerto para ver yo la luz al son de gritos y desesperación.

El parto social es un parto marcado en el cuerpo y recuerdo.

He vuelto a nacer, cuando renuncié el amor de una mujer.

He vuelto a nacer el día que cambié de trabajo.

Yo soy alguien que muere cada día y renace tantas veces.


El caballo es un mar de doble filo

un dolor viejo que sabe a libro y metal

que huele a sangre, sal y lobo marino.

El mar da cría un caballo de doble filo.

Estudian su corazón, sus cascos y sus caminos

para ver si tiene alma y fe

en esta casa de cartón y ficción

El caballo es un mar de doble filo

Cuyo corazón, un mágico motor de vida.

El potrillo y sus colores alimentan el apocalipsis,

cuyo símbolo indefinido e infecundo perturba iglesias .

El mar es un caballo de doble filo

Galopa en mi alma azul e incierto,

Relincha en el olvido y en mi esencia,

buscando, buscando, buscando un jinete.


LOS MUKIS


Su mujer

Duerme ahora junto a otro.

Él, cruz del campo.


Un beso.

Peca, disfruta la otra

e incita el placer.


En este viaje

pon la sien en el amor

y aguarda el agua.


De la ventana

veo flores de cafetos..

Blanco amanecer.


Por las tardes

las flores del cafeto

mi arribo abrigan.


Desfila el tiempo,

las huellas en la piel.

Florecen niños.


Sobre la roca.

el quinual y el gorrión son

Frutos del tiempo.


Nace un niño

mana leche el seno

mujer, hoy madre.


Brota la papa.

agosto se beberá

su vigor y aire.


si somos firmes

el viento su secreto

nos revelará.


Ignoré mi hija.

Filosofía de mamá

¿Y la hermana?


Yo desnudo,

sobre mí mi mujer.

Vientre de sapo.


Calles, gritos

Al gobierno irrita.

“La puerta profesor”


Cautela en mí.

Agítate profesor.

Llueven insidias.


Placer oculto,

Mal de muchos, lluvia

Pasajera.


Estrategia, mas

Conveniencia, doble sol

Libro oscuro.


Tu rostro Bolívar,

el petróleo manchó.

Cae hoy dolor y horror.


Casas cartón.

Sombra al huayco, niño

Todos somos más.


“La huelga, mi luz”.

Pelea tus derechos

Con himno o sin él.


La pradera

Tierra baldía en lluvia,

flor de huayco.


Mueve conciencias.

fe y pan florecerán

del pensamiento.


En el silencio

los detalles del ruido

Se oyen claro.


El dinero

ablanda el corazón y

Corrompe el alma.


Lima es Perú.

Inverna el olvido

Guía de lujo.


La dedicación

Flor de diamante, lluvia.

Medalla, llave.


Libro, llavero,

Expresos esclavos hoy.

Canícula, lucha.


Piedra ligera,

Corazón, cerebro, luz.

Canto sagaz, cruz.


Ha fermentado

lluvia de otoño,

agua de mar.


Nace el poder,

engríe el lenguaje.

Muere el candor.


Polvo, arena,

misterio por descubrir.

Universo.


Este agosto

Las collotas sedientas

Beben la tierra.


Raspa la lata.

Sus dos ojos del disco

Navaja veloz.


Rueda la bola y,

Un hoyo la emboca

tañen los bronces.


Desde la ciudad

un ojo empaña casas.

Fermenta posos.


El escarabajo.

Rueda su conciencia,

bola de estiércol.


De mañanita

el gallo pesca gallinas

y se sacude.


Los perros

Por ella pueblan la calle

y la encadenan.


Un huevo.

Una vida,

Pan.


Al final cruz.


Polvo,

Abono,

Vida.


Luz,

oscuridad,

Enigma.


Mujer,

Barón,

Ajorca.


Jesús,

Fervor,

fábula.


Arena,

Homero,

modernidad.


Abuelo.

Mortaja.

Madre luto.


Papá

omisión

hijo rencoroso.


Cerveza.

Ebrio.

Amor fugaz.


Delirio mental

Huidas, recuerdos, cambios.

Persona nueva.


Un día huevo,

luego irrumpe el ave

Renuncia el nido.


La biósfera

escoge su comensal.

Sufre su muerte.


Ríe si puedes.

Dolor, chantaje bebes.

No sé qué vistes.


Flor tu rostro

El corazón guadaña.

Víctima. Amada.


Pasco, tu día hoy

las calles vibran dolor

Fiesta de un pasado.


Allqu wañun

allpa kushikun

qewa winanampa


pishqu mayllakun

runa qucha upiaqchu.

Qonqash chuyatan.


Qaqa hinanchu.

Qeñwa, pisquwan kaykan

Wata churin.


Wayi hinanchu

Qewa ukshata alpasin.

Pishqupis shukan.


Churin taytata

punusin alpachu

sunqun waqaykan.


Tamya qaparan

Atuq waqan machaychu,

Usha millwa uqusin.


Runa, aruy.

Churin mikunanpa

Allpa wachanqa.


Runakunata

Papahinan puñuqta,

Qasapa yanun.


Papa alaychu.

Aska kulkush Shamushqa

Allpa pañaykan.


Niti uqshawan,

Rumiwan papata.

Tuqush hurqunki.


Inti achiqyan.

Wayi qatananpa

Uqsha rutuy.


Tamia qaparan

Allpa mayu puchkatan

uywan wañun.


Uchkuyakuchu

Atuq, killa mikuy

qallun munaykan.


Watan watan

Qasapamaqan papata

inti quyusiyn.


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