Capitulo I
¡Hola!
Soy Zally, pero algunas veces fui peque, chula y muchas otras veces sigo siendo Chuky. Seguramente se preguntarán porque me llaman con diferente nombre. Tengan calma, será algo largo la historia pero estoy segura que les gustará. Aunque, tuve mucho más sobrenombres. Los 3 que en mayor o menor intensidad marcaron son los 3 que les mencioné.
Nací hace 26 años, en Perú un país de Latinoamérica. Según mi madre un viernes nublado pero tranquilo. Tengo muy pocos recuerdos de mi infancia ¿Ustedes? ¿Qué anécdotas tienes desde su niñez?
Cuando tuve 2 años, estuve asistiendo a un centro de estimulación a dos cuadras de la casa de mi abuela materna donde vivíamos con mis padres y mi hermano. Me acuerdo que un día cualquiera, un compañero cogió un envase de leche y empezó a seguirme en el pequeño espacio de 4×4 que era mi PRONOEI (Programa No Escolarizado de Educación Inicial), un programa donde se paga lo básico ya que es impulsado por el Gobierno. A partir de ese suceso, todos los días a las 9:00 am en el primer receso; me escapa del PRONOEI. Iba corriendo sin mirar atrás esas dos largas cuadras y a pies del puente de madera y troncos apolillados, tenia que dar gritos hasta que mi abuela me escuchará y saliera a hacerme cruzar el puente. 9:10 am exagerando ya estaba en casa comiendo la lonchera que mi misma abuela me había preparado por la mañana y obviamente ya no me hacia regresar a mis clases. Terminé el PRONOEI y por 2 año más no fui a ninguna institución. Aún no sé si porque yo lloraba o tal vez porque igual a las 5 años recién me correspondía asistir al Jardín para cursar el nivel inicial.
Estuve en la sección «Margarita» con mi profesora Nieves, una mujer alta, crespa, de tes blanca, muy impotente pero tierna. Para el día de madre, ella nos había enseñado a hacer una mota donde se podría guardar agujas de coser a mano. Recuerdo mucho, que un viernes la profesora nos indicó que teníamos que guardar ese regalo 1 día más y que el domingo por la mañana recién debíamos entregar el regalo a mamá.
Zally: Entre susurro y la mente me repetía, esconde y guarda hasta el domingo. Tenemos que darle una sorpresa a mamá.
Estaba concentrada, en serio estaba muy concentrada.
Llegó las 12:00 pm era ya la hora de salida y en el patio estaban todos los padres esperando a sus niños. Cuando la profesora Nieves abrió la puerta, vi a mi mamá, fui corriendo a ella. Escondiendo el regalo con mi mano trans mi espalda. Llegué a ella la abrace.
Zally: ¡Mira lo que hice! Y le mostré mi regalo. Justo ahí, me di cuenta que no era el momento.
Zally: Tengo que guardarlo hasta el domingo, lo pensé
Zally: ¡Feliz día de la madre!
De pronto escucho que todos los padres que estaban cerca se reían. Pero mi mamá estaba feliz, lo veía en sus ojos. Ella no podía recogerme todos los días del jardín y ese día sí pudo. Supongo que por eso me emocioné y me lance a ella.
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