Los comienzos

Hoy treinta de julio del año que mejor quieras, me encuentro en el trabajo, un mi cubículo de oficina tratando de iniciar algo que ni siquiera tiene forma en mi cabeza aún, la falta de pasión por algo tangible cada día, estar un trabajo donde sólo vas por la simple remuneración económica, y luego la rutina inapetente donde despierto, me alisto para ir al trabajo, hago que la maquinaría de alguien más trabaje perfectamente por ocho o hasta once horas diarias, luego salgo con los resquicios de fuerzas que me quedan para buscar que hacer en casa y prepararme para el día siguiente, llevo quince años en este frívolo afán, donde no encuentro satisfacción completa en lo que hago; si bien mis relaciones laborales puedo afirmar que son óptimas, la maquinaria para la que trabajo es algo que camina lento y en ocasiones en lugar de avanzar decide que el retroceso es lo correcto, cuanto más vacío e inútil se sienten esas once horas de tu vida entregadas a ello, mientras tus fuerzas se escurren como agua entre los dedos.

Quiero encontrar algo que me llene de vida o como mínimo que me suponga un reto de manera positiva porque problemas sobran, como cuesta encontrar aquello que despierte esa chispa dormida en tu alma, eso que te hace brillar y vibrar de manera constante, que bendecidos quienes encuentran su pasión y logran seguirla; yo aún no determino que será aquello que me llene de vitalidad, que haga que me emocione y que mueva mi propia maquinaria y no la de alguien más.

En ocasiones me examino y solo encuentro una armazón lúgubre y estéril sin nada creciendo a simple vista como si fuera un campo yermo, pero deseo que eso cambie, se me hace tan triste y somera el tener una vida así, sin nada que nos nutra verdaderamente y más aún, cuantos van por la vida llenos de actividades y creen que el hacer de muchas cosas realmente les nutre, pero si pausaran por un momento su ajetreada vida y viesen con detenimiento en su interior puede que se asusten por la vacuidad o tal vez logren descubrir su verdadera pasión y no dejen que solo sea un fuego fatuo que se extinga con el amanecer.

Que difíciles son los comienzos.