Los amos de demonios 1

Näzor:

Un tiempo atrás las criaturas vivientes de la tierra eran atemorizados por vulgares criaturas con cuernos flameantes, seres infernales cuyo propósito era alimentarse de los seres de luz que habitaban la superficie, pensar y matar por diversión eran los pasatiempos de estas criaturas, eran temidos e incomprendidos, eran tomados por amenazas y muchos de ellos fueron asesinados por magos y guerreros mercenarios cuya tarea era exterminarlos de la tierra para dejar de armar estragos en el mundo.
Näzor, un joven Dräth acólito de la oscuridad se encontraba agobiado, su negro corazón se resentía por los demonios que habían escapado del infierno y con objetivo de salvar las almas de estos demonios, utilizó uno de los libros que había encantado durante años, dentro de los cuales había creado un espacio dimensional para ocultar objetos, así decidió usarlos para atrapar las almas de los demonios renegados y ofrecerles un hogar dentro de esa dimensión con la condición de prestar su ayuda cuando él la necesitase.

Los libros de Näzor eran rechazados incluso por sus hermanos acólitos, pues creían que estos libros eran escritos por los ángeles debido a su brillo particularmente similar al de la luz, y fue reprendido incontables veces por portarlos; lo que sus hermanos no sabían eran las miles de almas demoniacas que se encontraban dentro del libro, cuyo aspecto hacía parecer uno de los escritos de los sacerdotes de Pairon. Uno de sus hermanos, su mejor amigo de la infancia, Kalrori, con quien tenía la confianza de compartir la información, le dio a conocer el porqué del aspecto del libro, pues sin saberlo, Näzor había lanzado bendiciones a estos demonios para atraparlos en el libro y que jamás podría hacerlos salir, pues los demonios eran demasiado débiles a las bendiciones, por otro lado, Kalrori, quien era un maestro de alquimia dakari le enseñó a maldecir el libro para así poder liberar a los demonios cuando necesitase de su ayuda.

Juntos, maldijeron los doce libros donde resguardaba los demonios haciéndoles cambiar su aspecto, la gruesa pasta prolija de los libros perdió su brillo blanco hasta tomar un aspecto decrépito, la tapa de los libros se había tornado verdosa y el particular brillo se había tornado en un ligero goteo de líquido verde que circulaba entre las grietas del quebrado cuero que formaba el libro, el demonio que había sido capturado en cada libro se convirtió en un vigía, cuyo ojo se asomaba por el frente del libro, con el que observaban todo a su alrededor, sin poder decir una palabra, hasta haber salido del libro.
Así Näzor y Kalrori había dado una forma física a los demonios atrapados en los libros y los demonios en las dimensiones dentro del libro, quienes no se podían materializar en un libro bendito, tomaron su verdadera forma física en un espacio casi infinito, donde podían vivir en paz, con cielos violetas sobre tierras fértiles de magia, los demonios construían sus viviendas de esta tierra con ayuda de la magia que portaban en su sabre, así habitaron los libros y prestaron su ayuda a quien portara el libro, a todo aquel que dijera su nombre no solo en lengua sino en tiza y tinta.

Näzor y Kalrori compartieron su conocimiento con los habitantes del zigurat y así comenzaron un gran linaje de Brujos capaces de convocar a los demonios que resguardaban en sus libros, llamándose a sí mismos como “Amos de Demonios”, capaces de invocar grandes ejércitos demoníacos para las batallas.

Actualmente Näzor y Kalrori dieron sus almas a la oscuridad y prometieron enseñar su magia por toda la eternidad, donde fundaron del Templo del Demonio, fueron compensados y recompensados por los malentendidos, ahora son honorables señores, a pesar de haber fallecido ya, los nombres Näzor y Kalrori resuenan en el templo del demonio por toda la eternidad.

Forjaron el símbolo de los libros como un emblema propio de los amos de demonios y crearon un uniforme para todos aquellos quienes deseen aprender sobre demonios para protegerlos de su tormento sobre la tierra.