Salió la princesa del castillo a buscar a su príncipe azul, salió una noche de madrugada con luna llena y un cielo azul.

Llena de miedos y fantasmas que la seguían desde su niñez, tomo fuerzas, no supo de dónde y se fué.

El camino fue largo y tempestuoso, y el principe; no llegó.

Camino por largo tiempo, hasta que cansada se recostó; sobre un manto  verde y de estrellas se  cobijó.

Se percató que alguien la veía, que llevaba días siguiéndole el paso a escondidas.

Era el lobo feroz del que todos le habían hablado, era ese ser tan malo al que  todos le temían.

Asustada de saber que él miraba, decidió hacerle frente, preguntarle qué quiere?, porque la seguía.

Se acercó y lanzo la primer pregunta, no hubo respuesta.

Siguió interrogando y él, no respondía.

Decidió seguir su camino con él siguiéndola muy de cerca, desde atrás, aún sin rumbo fijo, sin un plan.

Sin un lugar donde llegar.

En el fondo sabía que estaba a salvo, por que el lobo la seguía, despacio y sin hacer ruido.

Desde aquel día camina tranquila, sabiendo que a lo que ella temía, la mantendría segura, hasta encontrar su destino.

                                                  Paulina Villanueva Escobedo.

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