Llevo conmigo la calidez de mi gente, los olores de mi tierra, el color de tus montañas y la inmensidad de tu mar, Llevo la belleza de tus ríos, el sonido de mis gaitas y las luces de navidad en cada balcón y en cada puerta. Me llevo la gratitud de haber estado nueve maravilloso y cortos, pero intensos días. Aunque el 2019 me deja muchos momentos de nostalgia y aprendizajes, también me ha regalado el poder ver a mis padres después de tantos años sin pisar mi tierra, de comer los platos típicos de mi País.

Cuánto agradecimiento tengo con cada una de las personas que me regalaron lo más grande que tienen: Su tiempo para compartir conmigo, una subida a la montaña, un compartir en mi hermosa bahía de cata, los paseo por mis calles, el volver a abrazar a mis amigos de toda la vida. Cuántos agradecimientos y cuántas sonrisas llevo dentro de mí.

Gracias hermana y cuñado por haber sido los mejores anfitriones y compañeros en este viaje. Gracias papá por los paseos en la montaña y por compartir tu filosofía de vida. Gracias mamá y papi por ese cafecito a las cinco y media de la mañana acompañado con las largas charlas.Y a ti mami, por cada plato que con tanto amor me hiciste. Gracias a quienes cuidaron de mi seguridad, gracias a todos mis amigos que vinieron a verme. Me falta tiempo y palabras para agradecer, tan solo puedo decir gracias, gracias, gracias.

Me marcho con el corazón arrugado por regresar a mi segunda patria donde ahora mismo soy más útil, pero sé que volveré a sentirte mi Venezuela amada porque te llevo en el único lugar de donde nadie podrá borrarte ni robarte. Te llevo tatuada en mi alma a ti a todos quienes compartieron conmigo y a quienes ya no están ni físicas ni espiritualmente.A cada uno de ustedes también los llevo conmigo por siempre.

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