Yo la vi. Iba acompañada de un animal pequeño. Tenía los labios recién pintados, las manos rojas y la ropa rota. Caminaba y miraba al cielo como pidiendo, pero sin llorar. Entró y tomó el pomo sucio. Su olor alcohólico le sacó las lágrimas y mojó su cuerpo. En la pared un encendedor le dio una llama primero amarilla y después azul. Un pequeño ardor y grandes gritos, corrió a la calle y el animal que le acompañaba ladró dos veces y corrió a su lado. Vi sus labios arrugarse y desgarrarse a gritos. Sus ojos rojizos, arrepentidos, desesperados, inseguros, se cerraron por última vez y calló frente al edificio. El animal ladró más fuerte, varias veces y nadie había llegado. Desde el pavimento el dolor tenía su voz sonora y fina, pero esta vez irritada por el esfuerzo. Sé que oyó pocas cosas antes de apagarse.
– mamaaaaaaaa-
– Ana coño, ella es solo una amiga –
Yo la vi. Pero desde mi balcón no podía hacer nada por ella.
OPINIONES Y COMENTARIOS