Había pasado como diez años aproximadamente, y yo no había dejado de pensar en ella durante todo ese tiempo. Fue una casualidad de la vida que en uno de aquellos limbos me la encontrara, había neblina, árboles, era oscuro pero a lo lejos se veía un poco de luz, no sabría que sitio era aquel exactamente, y entonces me dijo:

M: He tratado de hacerlo

H: Hacer qué?

M: He tratado de volverte a querer, he tratado de sentir lo que había sentido antes y por más que quiera y quiera, es mi vida la que decide y no me permite volver a sentir algo por ti aunque así lo quisiera yo

H: ….

M: Se que en el pasado te amé, pero al tratar de recordar lo que eso me hacía sentir, es como si aquellas palabras estén tachadas, oscuras, imposibles de llegar a ellas. Lo siento, debo seguir con mi vida, y tu deberías hacer lo mismo.

Se fue, una vez más me dejó en ese limbo, y yo sabía que algún día la iba a ver otra vez, solo para decirme las mismas palabras una y otra vez, como si estuviera en una prisión mental y su visita me recordara cada cierto tiempo que no puedo escapar.

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