Anoche estuve escribiéndole a mis temores, esas cáscaras resbaladizas que aparecen en la vida y que nos roban la paz. Es fácil escribir sobre mis victorias y mis triunfos y hacer alarde de mi esfuerzo sobre humano, pero de esos capítulos escondidos arrinconados en una esquina del alma no es fácil. Por eso hoy le perdí el miedo a mi frustración y queme en el patio polvoriento lo que me mortificaba. Encendí en la hoguera mis lagrimas y las cicatrices . Mientras me reía a carcajadas de ellas una inmensa llama las consumió. Allí desaparecieron esas páginas amarillas llenas de fracasos,llenas de insomnio y soledad. Allí bebí el refrescante brebaje de la Libertad. Porque los días cargados de oscuridad es de sepultarlos para siempre , y no volver a transitar por ellos. Es de soltar esa savia de amargura qué un día nos poseyó.
OPINIONES Y COMENTARIOS