En la calle Hidalgo había una niña muy traviesa llamada Marta. Tanto que sus vecinos temblaban de miedo al verla. 

En cada rincon de la colonia no habia lugar donde no habia hecho ninguna travesura. 

Le jalaba las patas a los gatos, les echaba mucha sal al espagueti de los vecinos y su travesura favorita era sacarle canas verdes a todo el mundo. Solo habia una persona que  se salvaba de estos atroces sucesos, su madre conocida por su belleza y amabilidad. Marta era incapaz de hacerle algo a su madre. 

Un dia planeo su siguiente travesura, tendría que ser algo malicioso, su siguiente victima seria Roberto un pequeño bibliotecario de 50 años que llevaba el record de 15 travesuras en un mes. 

Roberto al enterarse de la  travesura :»Chinches en los calzoncillos» solo de escucharlo temblaba de miedo. Pero esto no se quedaría asi si no que planetaria algo perfecto con tra ella. 

A caer la noche Marta  entro sigilosamente por la puerta del perro para llevar acabo su plan, no solamente haria esto si no que le dejaría otros regalitos:Rasgo las cortinas, le echo cloro a los sillones y la cereza del pastel puso las chinches en el cajón de los calzones no sin antes dejar una pequeña carta. 

«Querido Roberto te mando un pequeño obsequio , espero que lo diafrutes tanto como yo» 

Att:La pequeña y tierna Marta

Marta al creerse triunfante escucho una voz familiar detras de ella:»Que bonito comportamiento con razón los vecinos te adoran. 

-Mama no es lo que crees 

Esta vez no se salvaría de un castigo severo,no veria la luz del dia durante un largo tiempo. 

Al estar encerrada Marta no reflexionó sobre sus actos ya que sus travesuras eran parte de ella y jamas las dejaría por lo cual se gano el odio y desprecio de los demas. 


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