Debajo del pulcro techo blanco, hay un redondo punto de luz, se ven los recuerdos en estas paredes, los recuerdos se ven como en un museo, las memorias se encuentran en desorden, los recuerdos provocan una arrasadora oleada de nostalgia de lo que y pudo haber sido, pero en estas oleadas de nostalgia se distingue olas de arrepentimiento, por tantas cosas, por las que pude hacer y no hice, por lo que pude ser y no fui, pero termina con un sabor más fuerte y diferenciador, y es el ¿ qué soy ahora?, el agua que anteriormente había entrado por mi mente, sale ahora por mis húmedos ojos, no lo sé, no sé quién soy y mucho menos quién seré, las olas ahora están en una aparente calma, pero solo aguardan, nunca tardan en ser turbulentas otra vez.

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