¡Las hadas si existen!

¡Las hadas si existen!… las he visto algunas veces, deben creerme.

Aparecen en una muy breve convergencia,  momentos muy pequeños y escasos que se dan como si el entorno y yo encontráramos alguna particularidad única. No sé exactamente qué las hace dejarse ver por mi.

Solo puedo recordar que en ese momento el aire se siente fresco, el cielo parece mas azul que nunca, deja de existir el ayer y el mañana incluso el mas tarde o el antes. No hay dolores ni preocupaciones, no soy más que el que soy y solo eso, nada molesta y sonrío mucho pero no por fuera sino por dentro. Y allí están ellas devolviéndome la sonrisa.

Se dejan ver durante el tiempo que dura el bonito brillo de una pequeña estrella fugaz, ¡pero las veo!

¿Alguien mas las ha visto?, Seguro que si, no están locos porque sí existen y aunque no las vuelva a ver no olvidaré que las he visto. 

Tienen un pequeño resplandor que pega en mi cara, lo siento entrar por mis ojos. Mi cara se ilumina,  lo sé aunque no esté viendo un espejo. ¿No les ha pasado eso? 

No sé el momento en que las veré, solo pasa y ya.

La última vez, recuerdo, estaba sentado en una banqueta del corredor de un pueblo que tiene un tono colonial, hermoso lugar con muchas tiendas, restaurantes, galerías y demás de lado y lado. Gente yendo y viniendo. Recuerdo una música de fondo, un violín creo.

¡Y llegaron las hadas!… miraron a quien me acompañaba, voltearon y me sonrieron, sabían que en ese momento era imposible para mi tener una mejor compañía. Sé que también les gustó la música por sus movimientos y como siempre se fueron.

Y aunque no sé si las vuelva a ver, sé que las hadas existen.