No temas precipitarte hacia la oscuridad.
Todos hemos caído en ese abismo común.
Ahí en el fondo, donde todo es gris e incoloro,
de ahí todos procedemos,
porque antes de todo,
era la nada,
porque la nada también es ficción,
siempre hubo algo,
no turbes el misterio.
Precipítate.
Sin miedo,
si siete veces caes te levantas otras cien.
Es deber de todo hombre empuñar,
con fuerza, las armas contra el destino.
No temas al aullido ni al grito.
Todo golpe es seco y cada puñetazo
un estallido.
Solo el amor puede traernos hasta acá.
Ahora somo víctimas, reos de lo básico.
No puede ser de otra manera.
Debido a que sería terrible morir en la ignorancia.
Un poco más y le veremos,
un tanto más como consuelo,
contemplaremos la materialización de la energía,
como un cosmos inconmensurable que siempre
precedió a la nada.
En nosotros está el secreto y en ÉL el misterio.
Todas las cosas por ÉL fueron hechas y,
sin Él, nada de lo hecho, fue hecho,
por estas cosas, todo es ficción,
porque todo lo hecho por el hombre es niebla,
conceptos tergiversados y fuente de malos entendidos.
Por eso tengo esperanzas en ti.
Porque tu no fuiste hecho por los hombres.
Están tus labios fuertes que pronuncian el destino,
los palpo y siento,
como quien toca a las puertas para ser escuchado,
permíteme llamar a tu puerta y abre,
escúchame,
desde aquí en mi hueco, te llamo,
ven a mí, con valor y fuerza,
sin temor a la época ni al destino,
nosotros someteremos el hierro a nuestra temperatura,
ahí nos fundiremos y forjaremos la vida.
OPINIONES Y COMENTARIOS