La última pelea

Hoy decidí quedarme en la cama un rato más, escuché a Juan preparando un café y aunque el olorcito llegaba hasta mi, esta vez no me apetecía acompañarlo. Después de la fuerte pelea que tuvimos las cosas no están muy bien. Los escuché hablar, al parecer Celia ya estaba despierta también, pero no quise interrumpir su charla de padre e hija, a ellos les gusta mucho conversar solos, al menos hace un tiempo que vengo notando que no soy bienvenida en su tiempo juntos. Cuando al fin la casa quedó libre y silenciosa me levanté para recorrer cada rincón y olerla como queriendo grabar su aroma en recuerdos, me senté sobre la cama abrazada a una foto familiar del día en que Celia se graduó, parece mentira que mi pequeña ya sea toda una profe, no sé que me está sucediendo últimamente que extraño mi casa y mi familia como si estuvieran lejos de mí o yo lejos de ellos… estoy mas sensible que de costumbre y con sensaciones que me son difíciles de explicar.

Intento reconciliarme con Juan pero vuelve tan cansado en la noche que solo quiere dormir, lo entiendo, no es fácil su trabajo, y mi pequeña Celia es tan compinche de su padre que ni me habla. Lo mejor es darles tiempo, de seguro van a aflojar en cualquier momento.

Los días fueron pasando y no hubo cambios positivos, creo que hasta las cosas empeoraron aún más, Juan ya ni me dirige la palabra y hace meses que no come en casa, ni me da una explicación cuando regresa, solo entra, tira el maletín sobre la mesa del living y se dirige a la pieza. Estoy esperándolo como cada noche sentada en la cama pero él actúa como si yo no estuviera allí, con una expresión mezclada entre tristeza y enojo, se quita el traje y se funde en la cama junto a mí, intento abrazarlo pero me arrepiento al instante en que mi mano esta a centímetros de él, cierro en puño y me resigno a que quizás ya no me ame y lo que es peor, otra esté ocupando el rol de mujer en su vida.

No pegué un ojo en toda la noche, de hecho no se cuando fue la última vez que dormí, siempre me quedo junto a mi hombre, disfruto de tenerlo ahí aunque ya no sea mío, lo amo con toda mi alma y aunque él ya no lo haga, mi amor por Juan no cambiará. Esta vez la pelea fue muy lejos, no va a perdonarme fácilmente.

Mi mente trabajó tanto en pensamientos absurdos que no me percaté de cuán rápido desapareció la noche para dar paso al sol que llegó para cegarme con furia cuando Juan corrió las cortinas, – buen día – le dije, pero no obtuve respuesta, así que me levanté y lo esperé en la cocina. El se preparó una taza de café y se sentó junto a mí a leer el diario, lo noté aún distante, creo que miraba el diario solo para evitarme. – Juan podemos hablar?- le dije con voz de ruego- pero sin mirarme ni responderme tomó las llaves del auto y se fue. Otra vez sola en el silencio de la casa, tanto lío por una pelea de tantas ?. No recuerdo como llegamos a esto, no encuentro explicación alguna, es como estar viviendo una pesadilla.

Después de pasar horas mirando por la ventana vi llegar a Celia, al fin mi pequeña volvió temprano a casa, ideal para pasar tiempo juntas y charlar un poco. – hola hija – le dije ni bien entró – como estuvo tu día? hija!, Celia!. grité tras ella hasta que dio un portazo en su habitación dejándome parada como una idiota frente a la puerta. Comencé a estallar de bronca, acaso soy la única culpable por la pelea con Juan?? comencé a gritarle que quería una explicación, grité con furia hasta que al fin Celia se asomó lentamente y aterrada, al parecer le grité tanto que la asusté. – hija, perdón no fue mi intención- intenté disculparme pero mi pequeña comenzó a mirar para todos lados, corrió hacia la calle como si hubiera visto un fantasma y mientras agarraba las llaves de casa y su celular me gritó. – mamá por qué me haces esto??? Yo solo quiero una explicación, intenté decirle pero ya se había ído.

Luego del incidente y ya un poco más calmada tomé mi celular para hablar con Celia, debía disculparme con ella, jamás en toda mi vida le había gritado de esa manera. Lo prendí nerviosa y la busqué entre los contactos pero….- la puta madre !! – grité indignada, acaso Juan hizo que me cortaran la línea? ahora sí es momento de dar punto final a toda esta pesadilla, Juan al fin me va a escuchar. Lo esperé sentada en el living enfurecida y decidida al fin a que me dijera de una vez que carajo les estaba pasando, ya era imposible vivir así, ignorada por mi esposo y mi hija solo por una pelea de pareja. Acaso fue tan grave? No puedo recordar con exactitud el motivo, solo recuerdo los gritos, creo que estoy perdiendo la memoria.

Al fin lo escuché llegar, la puerta se abrió, Juan como cada noche tira las llaves y el maletín sobre la mesita y ni siquiera se detiene a mirarme, ni tampoco es capaz de dar un puto saludo cordial motivo que alimentó mi furia y sin mas comencé a gritarle exigiendo una explicación, -que te hice ? tenés otra mujer? Juan se detuvo en mitad de camino para escucharme, pero noté que su expresión no fue mas que de confusión, como si no entendiera que es lo que le estaba diciendo e hizo el mismo acting que celia mirando sorprendido para todos lados, hasta que al fin decidió hablarme… – acaso de esto hablaba Celia? mi pequeña tenía razón? -me dijo. Yo solo le respondí que deseaba que olvidemos el enojo y que ni recordaba el motivo de la pelea.

Juan se llevó una mano al pecho y comenzó a llorar, me sentí mas desconcertada aún, no sabía que hacer ni decir. Tomó mi foto que estaba sobre la cómoda y susurró. – cuanto te extraño Julia, es tan difícil vivir sin vos!!

Me acerqué para abrazarlo y decirle que nunca lo dejaría, pero cuando lo rodeé con mis brazos, éstos traspasaron su cuerpo, en ese momento entendí que ya no volvería a tocarlo y que aquella pelea terminó peor de lo que había pensado.

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