La sociedad de las focas

La sociedad de las focas

Ema UB

25/08/2025

El acto de dar valor a las acciones de una persona depende pues de su impacto en su vida propia y en la de otros, por ejemplo, mis acciones repetitivas por sobrevivir a veces para mí mismo me parecen un sinsentido, pero para mis allegados es la perseverancia en toda su expresión. Dar valor a las acciones de una persona por sus consecuencias, mis acciones casi no tienen repercusión y por tal razón me denomino el observador. Sin embargo durante este tiempo de observación he sido testigo de acciones carentes de lógica, ricas en estupidez ante el sentido común y con un impacto profundo, por ende hemos de decir que estás acciones son de gran valor, de gran valor social quizá o de gran valor de aprendizaje, pero de una u otra forma acciones de gran valor.

Estúpida es la acción de intentar enseñar a los peces a volar, de intentar que los camellos sean buceadores del inmenso océano. Estúpidas y extrañas acciones, pero que ante el pensamiento colectivo casi domado por el estatismo, casi es una obra de arte. Estás acciones son de tal valor que casi se pueden comparar con la creación de un nuevo hombre a manos del mismo Dios. 

Maravilloso decían y aplaudían como focas de circo recién adiestradas, de esas que por un pescado son capaces de saltar desde un tobogán a un agujero casi seco. Focas, eso es lo que son ante los ojos del espectador. Animales que gozan de ternura, gracia y cierto grado de curiosidad disfrazada de estupidez, pego que al finalizar la jornada siguen siendo parte del circo, esclavas de un nefasto destino escogido por ellas.

Focas, focas sentadas sobre un pequeño banquillo de madera, que aplauden cuando los peces lanzados por los aires, no vuelan y caen con sonido seco en el asfalto del patio. Focas que aplauden cuando los camellos no salen de las aguas y que las burbujas de su último aliento convertidas en muerte hacen eco de la hipótesis; los camellos no bucean.

Hemos dado valor a acciones inútiles desde el origen, al espectador lo han educado, a las focas le han servido de espectáculo y a la sociedad de alimento. Si, porque está es la verdad de las cosas, vivimos en una sociedad de acciones estúpidas bien valoradas, de acuerdo a la cantidad de focas que paguen por ver.

Y esto es el motivo por el cual está acción de contar no provoca, no despierta y no tiene consecuencias y Pero importancia, porque las focas ya no leen, las focas solo aplauden. Aplauden y se rien entre chillidos.

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