LA SOCIABILIDAD HUMANA

LA SOCIABILIDAD HUMANA

Es tan evidente y trascendental como la existencia misma.

La sociabilidad humana nos permite satisfacer necesidades básicas para subsistencia; al pertenecer a una familia, formar parte de grupos laborales y sociales e interactuar con las personas, favoreciendo las maneras adaptativas y constructivas en la interacción social.

Al compartir la cultura influimos y somos influidos formando parte del proceso de socialización. Tiempo trascendental en el cual el individuo asimila e internaliza los patrones culturales y sociales a través de lo que conocemos como los agentes de socialización.

Tomando en cuenta que este proceso de socialización (fundamentalmente en su acción primaria) participa activamente en la formación de la personalidad del sujeto mismo.

Todo esto gracias a la sociabilidad humana, que además nos permite adquirir y satisfacer los motivos sociales. lo que nos lleva a entender los impulsos y motores que guían la sociabilidad (de los cuales hablaremos ampliamente en la segunda parte de este artículo).

Existe un proceso básico, ya mencionado arriba, pero por su trascendencia como eje fundamental de la Psicología Social, resulta imprescindible realizar algunos esbozos sobre la Interacción Social. Ya que la sociabilidad se desarrolla en el marco mismo de la Interacción Social. ¨Esa relación recíproca entre 2 o más partes¨ F.Munné (1986). que es efectiva en un marco espacio temporal y puede adoptar distintas formas de expresión. Relación recíproca que nos socializa, forma y desarrolla nuestra personalidad y reduce la ansiedad.

De manera que entendemos la relevancia de la sociabilidad humana, naturalmente el ser humano es un ente social, viene programado biológicamente para serlo. Algunos hallazgos centrales justifican esta tendencia natural, como los descubrimientos de niños privados de socialización y la repercusión de esta privación en su salud integral y adaptabilidad biopsicosocial.

Licda. Madelin E. Martínez Bonifacio (M.A.)