La Rosa Roja

Tenía 14 años cuando Andreiida fue en busca de una cura para liberar las angustias, el miedo y los dolores, pero ustedes dirán ¿Porque una niña de 14 años tendría tales angustias, dolores y miedo? He aquí la historia de una niña valiente y con mucho coraje que hace todo lo posible por ser feliz.

Todos le decían que aquella cura era una Rosa Roja la cual emanaba una vibra de magia en sus pétalos, que tenía una esencia cuya verdad podría ser desconocida, que calmaría sus angustias con tan solo tocarla. La niña inocente haciendo caso a lo que las personas le comentaban decidió buscar aquella Rosa.

En el pueblo donde ella vivía le dijeron que había un señor llamado Galieth el cual conocía el paradero de aquella Rosa y que tenía un mapa el cual podía utilizar para llegar a ella. Andreiida antes de emprender su viaje decidió despedirse de su padre cuyo estado de salud era demasiado grave (una enfermedad terminal). Antes de irse le prometió a su padre que le llevaría la Rosa para que se sintiera mejor, con lágrimas en sus pequeños ojos color café oscuro emprendió su viaje para aliviar el dolor de su padre y poder ser feliz junto a él.

Fue a casa, abrió la cartera de su abuela sacó dinero y se fue. Tomó un taxi y se dirigió hacia la terminal de autobuses rumbo a un pueblo llamado Megglinthon donde vivía el Señor Galieth, para después emprender su viaje hacia la Rosa Roja.

Al llegar al pueblo, las personas la miraban y se comentaban entre sí… “Que hace una niña tan joven en tal lugar” … Andreiida con su voluntad firme comenzó a preguntar donde vivía aquel hombre, las personas la miraban, pero nunca le respondieron, hasta que una señora de unos 70 años le preguntó… ¿Por qué quieres conocer a tal hombre?… Andreiida le contó toda su historia y por qué buscaba al señor.

La Señora la quiso ayudar llevándola lejos del pueblo, adentrándose al bosque donde había una cabaña un poco abandonada, era como si nadie viviera en tal lugar, en ese momento un señor alto, cabello blanco, ojos grises va saliendo del bosque con un par de leñas; La anciana le comenta que una niña lo buscaba que era muy importante. El señor Galieth con un rostro amargo le dijo a Andreiida que pasara.

Andreiida al entrar a la casa se sentía un poco inofensiva ya que no conocía a tal señor y recordando la frase de su padre… “Nunca debes hablar con extraños, Ni tomar nada de alguien que no conozcas, ni hacer caso a lo que te puedan decir”. Luego de varios minutos el señor le brinda a la niña un vaso con un líquido rojo, la niña asustada sin saber que podría ser tal líquido decidió no beberlo, pero el Señor con su rostro amargo y en voz alta le dice… “No vas a tomarlo, pero has venido por una Rosa que no sabes si existe”. Andreiida con sus ojos llorosos sin saber que hacer y con la voluntad firme le dijo… “Vine aquí buscando la cura para mis dolores y los de mi padre, sea cierto o no, haré lo imposible por encontrarla”, el señor sonriendo le dice… “Niña eres muy valiente y eso lo respeto”.

Luego de contarle su historia, el señor le brindó el mapa y le dijoo… “Siempre sigue el camino Rojo”.

Andreiida continuó con su viaje, durante días camino y camino adentrándose más y más profundo al bosque. Mientras tanto la abuela de la niña preocupada porque su nieta no aparecía y sin poder decirle a su padre por qué Andreiida no iba a visitarlo, comenzó a preguntar y buscar por sus propios medios ya que la policía tampoco le daba noticias.

Pasaron 20 días desde que la niña se fue y ya su padre convencido de que algo pasaba con su hija comenzó a sentirse más mal de cómo estaba que tuvo que ser internado en cuidados intensivos. Su abuela no detenía la búsqueda; Pero mientras tanto en un bosque cuyos árboles eran tan altos que podrías pensar que eran edificios, cuyas hojas eran tanto verdes como amarillas, cuyo césped era tan suave que podrías pensar que era casi un sueño, se encontraba aquella niña valiente con sus zapatillas manchadas de lodo, cansada y sedienta, pero aún con la voluntad de encontrar aquella cura.

Días después la abuela se enteró de todo lo que había hecho y tanto la policía como su abuela, como el señor Galieth y la Señora que la ayudó comenzaron a buscar en el profundo bosque, ansiosos de encontrar cualquier pista, el señor Galieth se culpaba así mismo por haberle dado el mapa y sin saber que tal niña iba a ir en busca de la Rosa Roja rebuscaba por todos los rincones del bosque, pero ni siquiera una pista podían encontrar.

Por otro lado La Niña, recostada a un tronco viejo y seco se preguntaba… “Será que de verdad existe tal flor, Será que todo fue una mentira”, La Niña cansada ya no sentía las piernas de tanto caminar, con mucha hambre y mucha sed se quedó dormida en el tronco; luego de varios minutos comenzó a escuchar una voz que le decía… “hija aquí estoy, levántate tú eres igual de fuerte que yo, no sabes lo mucho que te amo y sabes que siempre estaré contigo, te amo con todo mi corazón, recuerda que nada de esto es tu culpa, levántate mi princesa y sigue tu camino que ya estás cerca”.

La Niña se levantó con lágrimas en sus ojos y siguió su camino, miró su mapa y al ver que estaba al final de la línea roja comenzó a buscar por todos lados la Rosa Roja hasta que vio que alrededor de un árbol habían 5 Rosas, corrió hacia el árbol, cayó de rodillas y llorando dijo… “lo logre, lo logre”, tomó una de las Rosas y cuando vio la raíz de tal rosa se percató que algo brillaba demasiado, observó la raíz de la rosa y era dorada, confundida solo tomo la rosa y corrió, corrió como si no hubiera un mañana.

La abuela, los policías, el señor Galieth y la Señora ven que a lo lejos se acerca una niña corriendo con una capa amarilla, las zapatillas manchadas de lodo, toda mojada y pálida gritaron… “La niña, es La Niña”, su abuela corrió y cuando vio a Andreiida la abrazó y comenzó a llorar, La Niña confundida y sin saber qué sucedía y por qué tantas personas a su alrededor, solo dijo… “abuela lo siento si te hice pasar por un mal momento, pero lo logré”, todos miraban a La Niña con una cara triste, su abuela nerviosa y llorando le dice… “Hay mi niña, que voy a hacer mi niña, como te digo esto hija mía”.

Andreiida confundida preguntó a su abuela… ¿Que sucede, decirme que abuela?, la abuela le contó: tu padre se puso delicado hace 10 días atrás, lo llevaron a cuidados intensivos, pero ya era muy tarde, se ha ido al cielo hija mía, lo último que me dijo fue… “Madre dile a Andreiida que la amo mucho y que siempre estaré con ella, dile que no fue su culpa, que sé que cuando crezca será una gran mujer”.

Andreiida en shock cayó de rodillas al suelo, de repente para ella todo fue silencioso, era como un vació dentro de su cuerpo, era como si le hubieran enterrado una estaca al corazón, se preguntaba “porque, porque, porque pasó esto, porque vine en busca de una estúpida flor!, porque no me quede con mi padre!, PORQUEEEE”, comenzó a gritar, a llorar, se golpeaba el pecho, preguntándose una y otra vez “Porque, Porque, Porque”. Al pasar las horas se calmó y recordó que cuando estaba en aquel tronco su padre había estado con ella, levantó la mirada y dijo… “Si te despediste de mi, Si estuve contigo, Papá te amo demasiado, perdóname por no haber estado contigo”.

Luego de haber salido del bosque, Andreiida y su abuela regresaron al pueblo, Andreiida con la flor en sus manos la miraba y se preguntaba… ¿Esta rosa es para curar o para empeorar?… se bajó del auto y tiró la rosa, su abuela la vio y la recogió la puso en agua y la dejó en el comedor.

Pasaron los años y Aquella niña ya era mayor de edad, su abuela le dijo que tenía un regalo para ella, Andreiida sin saber que era cerró sus ojos y su abuela le puso un envase de vidrio en sus manos, cuando abrió sus ojos se le salieron las lágrimas y dijo… “cómo es posible, cómo es posible que aún sigue viva”, así es la rosa de hace 4 años aún seguía entera y reluciente, Andreiida llorando dijo entonces cuál fue el propósito de ir a buscar la rosa ¿es esta rosa el espíritu de mi padre?. La abuela le dijo que tal vez la rosa si curo a su padre y le calmó los dolores, que ella sentía que el espíritu de su hijo estaba en aquella rosa ya que después de haber pasado 1 año nunca se marchitó.

Aquella niña se hizo grande, tuvo su trabajo, se enamoró, tuvo sus hijos y la rosa seguía igual de hermosa y reluciente como la primera vez que la obtuvo.

Esta historia no es de amor, pero es una historia la cual relata un sentimiento que tuve cuando mi padre murió de cáncer, yo quería tener la cura como Andreiida quería tener una rosa mágica para poder salvarle la vida, pero sabemos que algunas personas no tienen la misma suerte de poder salir de ese dolor, pero sí sé que ahora está en un mejor lugar.

Moraleja: Las personas que ya no están con nosotros y que hemos amado demasiado, ya sea, tu abuela, tu madre, tu padre, tu amigo, tu hermano o tu hijo, tu novio u esposo, siempre estarán contigo, vayas donde vayas siempre estarán contigo en tu corazón los recuerdos de esas personas siempre estarán firmes como una roca, y nunca debes rendirte siempre tienes que seguir adelante aunque estés lo más cansado y agotado posible, recuerda que vida solo hay una y hay que gozarla y disfrutarla porque el día de mañana, podrías perder a alguien y no estarás con esas personas.

Etiquetas: rosaroja

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS