LA PRIMERA VEZ
Me pregunto qué hago aquí,
si pues, cuando terminó, me entregaste pedazos
de tu corazón. ¿Y qué hice? Con certeza no lo sé.
Entiende el texto de mi pasión, pero no leas los errores que dejé.
Esas son hojas arrancadas de mi ser,
que no las menciono, pero que luego las recojo
en su simple interpretación,
y que, después de un rato, me dispongo a leer.
Contigo cuento cincuenta crónicas,
con curativos cantos clérigos,
confinarse cuanto carnero y consignar
al conspirador chacotero.
¿Te das cuenta que no es tan fácil?
Así pasas de relajarte a masticarlo,
no huyendo en vestiduras ornamentales…
Se me hace menos engorroso.
¿Cómo fui yo tan distraído,
recibiendo lo que la gente descarta con normalidad?
¿Cómo no supe que miles de rosas
merecían mejor contigo estar?
Acaríciame por esta vez, porque desearía
que jamás lleguemos a nuestra parada,
que no se corte la llamada
de mi amor y el tuyo, de camino al primigenio.
Por fin regresaste. No digas que es tarde.
Intuye que las visitas son para recordarte
el lugar donde escribo tus frases,
y creemos ser diferentes… Es lo contrario.
No quiero decirte que ocupas tú toda mi mente,
mas sí quiero sugestionar: estarán para toda mi vida, hasta en la muerte.
Porque no hay nada mejor como la primera vez,
y cómo me arrepiento de no haberlo hecho con usted.
OPINIONES Y COMENTARIOS