La morgue de los peces. O las mareas lobregosas.

La morgue de los peces. O las mareas lobregosas.

Kevin Ferrer

20/12/2017

No soy nada más ni nada menos, que un pez inutilizable por la marea que aspira ser alguien y ser nada. En las corrientes tetricas del azul me aíslo, me aíslo en mí por repugnancia de la marea, y la asfixia que me transmiten; ¡Me exaspera! Aspiro la tranquilidad, la felicidad o la paz; El grito más fuerte es el que calla. Estoy perdido en las aguas de la desesperación. Ávido estoy por ingerir la aguas del Leteo, y descansar placidamente en el somnífero olvido ¡Ah, qué almohada el olvido! Quiero mutilar los recuerdos y tragarmelos para execrarlos en los mares del Caronte; ¡Olvido fuiste y olvido serás, oh salivazo existencial! Quiero inyectar en mis branqueas la estupidez absoluta para no maltratarme con la mortaja de la aflicción ¡Aspiro, con el baño del Leteo
Y con el beneficio del recuerdo inactivo
Penetrar, oh pez hastiado de vida
El descanso de por vida! ¡Ayuda! ¡Las manos del sollozo me asfixian! ¡El verdugo de los gritos y de lágrimas ejecuta mi voluntad para vivir! Salvame del hastío, vida. Salvame de la locura, vida. Ten piedad de mi prolongada miseria, vida. Ten piedad de mí, y disminuye mi angustia, vida. El remordimiento maldice mi nacimiento.
El pez inutilizable por la marea es un mártir del vacío, y su consuelo son las lágrimas que gritan: ¡Oh mísero individuo, vuelve a ser lo que eras antes de ser…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS