Creía que iba a ser una noche como cualquier otra, pero no, esa noche la luna era la protagonista, estaba grande e iluminaba toda la ciudad,yo no quería salir, pero mí amiga llamo y la insistencia de ella en el teléfono me
hizo decir que si y en unos minutos ya me encontraba preparándome para salir a bailar, me puse mí mejor vestido, aunque mí ánimo me decía que esa noche algo me iba a cambiar la vida, sin saber que alguien sería quien iba a poner mí mundo patas para arriba. En fin, me termine de vestir y salí a encontrarme con mí amiga, al buscarla nos dirigimos al bar de moda, entramos nos pedimos algo de tomar y bailamos, a mí ya se me había ido ese mal humor o ese, no se que. De pronto escucho a alguien que me dice:
¿ Bailamos?
Me doy vuelta y lo veo,no se que pasó ni cómo fue, pero me perdí en esa mirada, en esos ojos negros que serían mí perdición. Obviamente no me negué a estar en sus brazos, el bailar un cuarteto con él, hablamos unas horas en las cuales yo solo pensaba, donde había estado todo este tiempo, de repente me pregunta ¿vamos? Y yo contesté SI, le dige a mí amiga, en lo cual ella me contestó cuídate, yo le di un beso y me fui. Ya confiaba en él y no me equivoque, esa noche sus besos me hechizaron, cómo su cuerpo me hizo esclava de su piel, fue sobrenatural ese lobo había echo de mí todo a su antojo, rindiendome ante sus pies, con sus manos fuertes me apretaba la cintura al mismo tiempo que besaba mis pechos, ese hombre no parecía de esta tierra, y así explorando nuestros cuerpos se hicieron las 11 de la mañana, aunque quisiera quedarme debía irme, pero al despedirnos escuché justo lo que quería oír «nos vemos esta noche» yo sonreí y le dige nos hablamos, así pasaron muchas noches en las cuales yo me enamoraba más y lo mismo pensé de él, que me amaba, hasta que sucedió lo que nunca me imaginé, suena mí teléfono era un mensaje de una chica diciéndome que era la mujer de Gustavo, así me dijo que se llamaba, pero ahí me enteré que no se llamaba así, sino que su verdadero nombre era Andrés, yo ciega sin querer ver lo que pasaba solo le dige que no estaba con ningún Andrés, ella seguía insistiendo y me decía que había roto una familia, enseguida lo llame nos vimos, por ende, luego de pedirle una explicación me confesó que me había mentido en todo, en su nombre, su vida, haciéndome sentir tan ingenua, insignificante e idiota, ahí comprendí que el amor ciega a las personas, que el respeto no existe y que la mentira no es el mejor camino, lástima, pero la vida siguió pintando se de negro, cómo sus ojos,solo por esa mirada que me quito la luz y nunca más la devolvió.
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