LA HISTORIA DE MI VIDA-La vida se va en un suspiro

LA HISTORIA DE MI VIDA-La vida se va en un suspiro

Joyce Madrid

01/02/2023





GESTIÓN DE TALENTO HUMANO


COMPETENCIAS COMUNICATIVAS


NOMBRE: Karen Madrid

CURSO: 5-4-TSTHQ2

LA HISTORIA DE MI VIDA


LA VIDA SE VA EN UN SUSPIRO


SINOPSIS

Esta es la historia de una pequeña parte de mi vida, yo con 15 años en un mundo adolescente donde los sueños y las emociones de corrompen por la traición de una enfermedad mental, la depresión. Cuenta como esta ataca mi vida y al mundo que me rodea, como una pequeña simple tristeza se puede convertir en un lugar oscuro sin escapatoria, depender de una pastilla para poder sonreír jamás estuvo en mis planes, está fue una lucha contra mí misma donde fui de las pocas personas que pueden ganar y sobrevivir todo el caos que la depresión provoca. Esta siguiente historia ayudara al crecimiento personal y a saber luchar contra los demonios de tu mente.

INTRODUCCIÓN

Esta historia cuenta sobre el momento más vulnerable en mi vida, cuando sentí que la vida no tenía sentido para mí. Soy una persona que ha pasado por una montaña rusa de sentimientos y emociones, escondida en el hoy de la tristeza y desesperación. Hace 6 años en la ciudad de Quito cuando solo era una niña que vivía solo con su padre y con el enorme vacío de la ausencia de su madre. Esta siguiente historia la quiero contar para poder desahogarme a través de la escritura de cosas que me he guardado por mucho tiempo. Quiero lograr hacer entender a las personas que se tomen el tiempo de leer esto que la vida no siempre es color de rosa, que la vida se trata de luchar, incluso si es contra uno mismo y que es muy importante cuidar nuestra salud mental, la depresión no es juego, no es un chiste, es algo real que debemos solucionar con ayuda de un profesional y la voluntad de uno mismo.

DESARROLLO

La vida no es tan sencilla a veces, las cosas no son buenas ni malas, son cosas de la vida que suceden y a mí me toco luchar contra mí misma, contra mi propio pensamiento, todo empezó cuando apenas tenía 15 años, con una vida normal de una adolescente común, con grandes secretos, el primer amor, las amistades, pubertad, sentir que nadie me entiende, sentir que nadie puede darme lo que quiero como una niña caprichosa.

Mis padres se divorciaron cuando tenía 8 años, no fue tan duro para mí como pensé que sería para una niña, mi padre y toda mi familia paterna se encargó de que a mi hermano y a mi no nos faltara nada y no solo hablo de lo material, si no del afecto para no extrañar a nuestra madre, sin embargo cuando crecí esa necesidad de tener una figura materna era notorio, todo eso que de niña me guarde salió a flote cuando empecé a crecer, empecé a tomar alcohol a muy temprana edad, el estudio no me importaba y sabía que hacia enojar y preocupar a mis padres con mi actitud, me desvié tanto del camino que perdí 2 años en el colegio.

Mi madre volvió a comunicarse conmigo y sugirió hacerse responsable de mí, pero nadie podía contra mí, fui tan rebelde que la lastime en varias ocasiones con las acciones que yo tomaba, hasta que un día me obligó regresarme a la casa de mi padre, ella no podía mas conmigo y no la culpo, yo tampoco quisiera tener una hija como yo. Esa noche mi padre me recogió con mis cosas y regresé a su casa llorando, tuve que seguir mi vida como si nada ha pasado.

En el transcurso hubo gente demasiado mala, me hicieron bulliying, mi primera ilusión me rompió el corazón, tuve “amigas” que me criticaron y me juzgaron, licenciados que me maltrataron y mi autoestima por el suelo.

Y ahí fue cuando el miedo de muchos apareció, la depresión, y quiero hablar sobre ella, la depresión se apodera de ti silenciosamente, al principio tienes problemas con las cosas pequeñas, pero luego eliges ignorarlas, es como una jaqueca, te dices a ti mismo que es temporal, que pronto pasará, es solo un mal día, pero no lo es, estas atascada en ese estado mental, te acostumbras a usar una máscara social y vivir así entre los demás, porque es lo que tienes que hacer, pero el problema no desaparece, te esfuerzas por actuar todos los días y empieza a costarte mas y mas, ahí es cuando empiezas a caer más profundo y es entonces cuando empiezas a alejarte de amigos y familia, a veces ignorándolos por completo. Todas las satisfacciones desaparecen, las cosas que solían hacerte feliz ahora son insignificantes, incluso las cosas simples se vuelven dolorosas, por eso es que no se tiene motivación y te empiezas a preguntar ¿Por qué seguir haciendo cosas si nada te hace feliz? Todo esto te hace sentir peor cada vez y te sientes atrapada. Los días son indistinguibles, solo hay ruido blanco y una pesadez que llena toda tu mente y se esparce por todo tu cuerpo, te arrepientes de todo lo que has hecho y lo que no has hecho. Otro fracaso no es una opción, así que eliges estar sola donde te sientes segura, donde nadie te hace daño, donde nadie te hace preguntas, finalmente te das cuenta de que no puedes seguir así y eligen una opción de dos, buscas ayuda o te suicidas.

No se lo dije a nadie, no busque ayuda porque pensé que estar triste era normal, normal por todo lo que he vivido, pero no vi el riesgo de no poder expresar lo que sentía, quizá solo parecía una niña absurda que quería llamar la atención pero la verdad es que no, sufría ansiedad y me autolesionaba, me cortaba la piel y nunca sentí dolor, pero era la manera en que me desahogaba, la vez en que mis padres se dieron cuenta de que necesitaba ayuda fue cuando ya no comía, solo dormía y empecé a tomar alcohol desde esa edad, me llevaron al psicólogo y luego a un psiquiátrico el cual me receto antidepresivos y pastillas para dormir, tal vez ayudo un poco, volví a sonreír, volví a ser una chica normal, pero una recaída y una sola gota de alcohol casi cambian mi vida para siempre.

Me embriague y llegue a mi casa con la mentalidad y la decisión de que no quería vivir más, mala mía de mi padre que ya no me controlaba las dosis de pastillas y me las dejo a mí porque confiaba en mí, y pensé en esa segunda opción, entonces me tome todas las pastillas que me recetaron, antes de eso escribí una carta en la que le pedía a mi papá que cuide de mis hermanos para que no les pase lo mismo que a mí, sentía que no podía mas, una impotencia que llenaba mi pecho y tenía que hacerlo, tenía que terminar ese sufrimiento, no quería seguir así por el resto de mi vida, siendo prisionera de mi mente, llore hasta no poder respirar, me desmaye y pensé que era mi fin. Mi papá me encontró desmayada en el suelo al día siguiente, estaba pálida pero mi corazón seguía latiendo, me desperté en el hospital y cuando abrí los ojos solo pensé en que tenía mala suerte y era la peor persona por ni siquiera poder matarme, ni para eso servía pensé. Mis padres tuvieron la decisión de ponerme en rehabilitación en el centro psiquiátrico San Juan de Dios por lo que perdí 2 años en el colegio, sin embargo no me sirvió de tanto porque luego de salir me sentía igual, con ese vacío en mi pecho y esa soledad, mucha gente me rodeaba pero me sentía sola, continúe con mi vida logre graduarme, pero la tristeza siempre estuvo presente, no logre entrar a la universidad y pasaba sola en casa, incluso antes de llegar a estudiar en este instituto sentía que debía dejar de existir, no me sentía capaz de nada, pero cuando llegue aquí conseguí amigos que me hicieron sentir que la vida no es tan mala y me hicieron tener ganas de vivirla, quiero dar un reconocimiento a Pamela, Melany, Francisco y Joel, que jamás me dejaron sola, que me hacen sonreír con cada locura y llenaron ese vacío que por tanto tiempo tuve dentro de mí.

MORALEJA

Busca un motivo para vivir y si no lo tienes invéntate uno, porque la vida es muy bonita y es muy humano tener fracasos como para perderla en un solo suspiro. Vivir en de valientes y cada uno de nosotros somos guerreros de nuestras propias vidas.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS