La familia parte 1: Justiciero

La familia parte 1: Justiciero

Sacha Aimale

05/08/2019

5 de Mayo de 1974, Chubut, Argentina.
No puedo describir el poder que sentí en ese momento, era como ser Dios, me sentía la persona mas poderosa del mundo.
Todos querían encontrarme, todos querían matarme, sentían odio, les repugnaba mi existencia.
Para ellos era el pecado más grande del mundo, para mi… mi mayor deseo.
Me llamo Román Almada y les voy a contar la historia de como me convertí en un muerto.
Todo empezó en mi viaje a Estados Unidos, más bien Arizona, ahí lo conocí a el, a mi liberador, el me abrió los ojos, me mostró el sentido de mi vida, me dio un propósito y ese propósito fue hacer justicia, la justicia que no todos ven, pero es la real.
3 meses después, en mi ciudad natal busqué un blanco, busqué por todos lados pero no había, simplemente no habia nadie haciendo «el mal», eso pensé al principio, daba vueltas en mi auto por toda la ciudad, meses de busqueda, hasta que por fin entendí… no hay nadie mas malo que el que promueve el amor, porque por amor todos matan, por amor engañan, por amor se suicidan, por amor roban, el amor es el peor mal de los humanos, nos hace idiotas, nos hace violentos o nos hace ciegos.
¿Y quién promueve el amor?… cualquiera que sea capaz de sonreír. Entonces supe que «el malo» era cualquier persona que vea sonriendo.
Vi a una chica en la calle y a su bebé ella y el sonreían, fui a pedirle fuego y cuando metió su mano en su cartera sin dudarlo saqué mi cuchillo y le corté la garganta, su cuerpo calló en el frío pavimento chorreando sangre la noche del 7 de Agosto de 1971. Después de eso me di cuenta que estaba en la calle, como no había gente, tomé el bebé y lo subí a mi auto, cuando llegué a mi casa me di cuenta que el bebé parecia haber entendido mi acción, porque dejó de sonreir y solo lloraba, lo cuál me parece una acción muy descortéz asique con el cuchillo aun manchado de sangre de su madre, apuñale el corazón del bebe y tal como mi liberador dijo «si apuñalas a un animal en el corazón deberás comertelo» luego de que el mató a su conejo de una puñalada en su corazón antes de cocinarlo. Cociné al bebé en el horno, por desgracia solo pude comerme la mitad ya que no soy de comer tanto, y lo guardé en mi heladera, al otro dia luego de haber cenado muy bien, decidí que queria mas justicia, asique subí a mi auto sin siquiera cerrar la puerta de mi casa, lo que me hizo dar cuenta de todo luego, de un momento para otro todos comenzaron a mirarme extraño, con odio, sentía el rechazo, asique decidí volver a mi casa y ahí es cuando vi que habían entrado a mi casa, y todos empezaron a perseguirme, logre escapar gracias a la confusión de la ciudad, y las áridas rutas de el sur argentino, en el trayecto me di cuenta que nadie es inocente y que mi liberador y nuestra familia somos los encargados que Dios mandó al mundo para hacer justicia…

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