«Te sale mas rentable pillar el tamaño mediano» me comento el chaval cubierto de granos cuando le pedí unas palomitas pequeñas. Lo cierto es que en comparación, las palomitas pequeñas eran mucho menos de la mitad que las palomitas medianas, y a 5,95 en lugar de 4,95 fue en ese momento que recordé el ejemplo que hace unos años me puso un matemático borracho en un bar a altas horas de la noche:
«Imaginemos, que tienes un documento que firmar. firmar ese documento solucionara todos tus problemas y te dará gran felicidad. No firmarlo traerá desdichas para ti y los tuyos. Obviamente quieres firmar ese documento pero hay tres problemas. El primero es que tienes que firmarlo hoy o no tendrá ninguna validez. el segundo es que son las 23:55 y el tercero es que no tienes bolígrafo. Poco a poco entras en pánico, y desesperado pides un bolígrafo a todas las personas de este bar la rubia de la esquina, los hípsters de la pista de baile, incluso el camarero!! todos te dicen que no tienen bolígrafo PORQUE NO TIENE UN BOLIGRAFO EL CAMARERO!! resulta que el único que tiene bolígrafos soy yo y por desgracia para ti, yo se lo importante que es ese documento y soy un cabrón así que te hago la siguiente oferta, te vendo este bolígrafo BIC punta fina por la nada despreciable cantidad de 700 euros. Tu me miras con una mirada de odio capaz de helar el infierno, pero a medida que pasan los minutos mi oferta te parece mas y mas inevitable y justo en el momento en el que vas a aceptarla, yo te digo: mira, para que no te cabrees, en lugar de un bolígrafo te voy a dar 5 por solo 800 euros.»
Le dije al chaval que prefería el tamaño pequeño y entre al cine a ver «Cats». Parece que no todas mis decisiones son correctas.
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