La Declaración (Diálogo)

La Declaración (Diálogo)

Winston Keane

22/08/2018

PERSONAJES:

Hombre – Policía

ESCENARIO:

Sala de interrogatorio policial de colores blanco y azul oscuro completamente cerrada con sólo una puerta de entrada y salida. Sala opaca, sin demasiada iluminación y con un reloj de pared.


ACTO ÚNICO


(Dos hombres se sientan frente a frente en las sillas con una mesa blanca de por medio)

POLICÍA: Ahora dígame, ¿Quién fue?

HOMBRE: (Indiferente) ¿De qué cosa?

POLICÍA: ¡Vamos! No se haga el tonto conmigo, señor.

HOMBRE: (Distraído en la luz blanca del techo) Realmente no sé por qué me trajo nuevamente a esta aburrida sala. ¡Mírela! Es monótona.

POLICÍA: ¿Usted cree que tengo todo el tiempo del mundo?

HOMBRE: Pues supongo que sí. Por algo está aquí preguntándome sobre este caso. (Mira fijamente a los ojos del POLICÍA) ¿Será que le influye demasiado, señor?

POLICÍA: ¿Qué sabe usted?

HOMBRE: Lo mismo que usted. Que el dueño de la FUCEM fue asesinado en un oscuro bosque a las afueras de la ciudad.

POLICÍA: ¡Busco pistas, señor! ¡Pistas! ¿Puede ser un poco más específico de en qué lugar ocurrió tal hecho?

HOMBRE: (Con su dedo índice apunta hacia su pecho) ¿Yo? ¿Yo tengo que decirle en dónde queda el lugar? (Recalca con ironía)

POLICÍA: (Preocupado con su mirada hacia la esquina superior de la sala en donde se encuentra una cámara de seguridad finge responder con afirmación) ¡Sí! ¡Usted!

HOMRBE: (Con su rostro sonriente) No se preocupe de quién lo está viendo, definitivamente puede decir lo que se le plazca en éste lugar.

POLICÍA: ¿Tan lejos ha llegado la Organización? ¿Tan así?

HOMBRE: (Pone sus dos manos sobre la mesa) ¿Así cómo?

POLICÍA: De tener casi el control total de la Fundación.

HOMBRE: Es exactamente lo mismo que me he preguntado todos estos años.

POLICÍA: (Apenado) Es algo que había esperado hacer por años, ¿Me entiendes? Nunca pude tener la fuerza suficiente para hacerla feliz.

HOMBRE: ¿No le parece que hemos tenido esta conversación un millón de veces?

POLICÍA: Sí. Sólo que esperaba a que fuera sincero esta vez.

HOMBRE: ¿Quiere saber si fui yo? (Apoya su espalda nuevamente en la silla) No, no fui yo quien mandó a su hija lejos de aquí. Sí, tal vez éramos enemigos, pero no alcancé a hacerlo yo mismo… y gracias a Dios que no fue así.

POLICÍA: (Sorprendido) ¿Y por qué ese “Gracias a Dios”?

HOMBRE: Después de todo era mi media hermana, ¿No? ¿O me cree alguien sin corazón?

POLICÍA: Es eso lo que he estado tratando de averiguar con todas las interrogaciones que le he hecho.

HOMBRE: ¿Y? ¿Lo ha averiguado?

POLICÍA: Con usted siendo distinto cada vez que lo someto a éste tipo de situaciones es complejo, pero sé que dentro de usted hay un corazón latiendo, o eso es lo que quiero creer. Por eso necesito que me dé más información.

HOMBRE: ¿Para qué quiere saber más? Se está torturando a sí mismo. ¿No ha escuchado algo como “Mientras más sabes, sientes que sabes la nada misma”? Se le ha vuelto muy personal este caso.

POLICÍA: (Enojado) ¿Y no es personal? ¡¿Ah?! (Golpea la mesa con su mano derecha)

HOMBRE: Lo que le trataba de hacerle entender era que se alejara de esto.

POLICÍA: No puedo, no pude y no podré jamás. Por eso usted está aquí por… (Pensativo) ¿Sabe qué? Olvídelo. Ya perdí la cuenta.

HOMBRE: ¿Usted estuvo en mi casa con la patrulla esa noche, no? Pues dígame, ¿Qué encontró allí?

POLICÍA: Una nota… Una nota que estaba arrugada y con tinta borrosa. Estuvimos casi una semana, día y noche, esclareciendo lo que traía escrito.

HOMBRE: ¿Y aún así no entendió el mensaje oculto?

POLICÍA: La llamada fue a propósito, lo sé y al llegar ahí lo supe de inmediato, pero jamás se me imaginó, jamás hubiera pensado que el destino de ella estaría en peligro.

HOMBRE: ¿Y lo está? (Silencio) Sólo digo. (Mueve sus hombros hacia arriba)

POLICÍA: No juegue conmigo, señor.

HOMBRE: ¿Sabe que vienen por mí, no es así?

POLICÍA: No soy estúpido como lo cree usted. He escuchado los ruidos de afuera.

HOMBRE: ¿Y entonces? ¿Debería sentirme seguro con su protección?

POLICÍA: Eso depende.

HOMBRE: ¿Depende de qué?

POLICÍA: No nos saquemos la suerte entre gitanos

HOMBRE: Está bien, fui yo… ¡Sí! (Grita) ¡Yo fui! (Sentado mira hacia el techo girando en 90° su cabeza mientras estira ambos brazos)

POLICÍA: (Replica mientras escucha las pisadas que se acercan a la sala del interrogatorio) ¿Y por qué no me lo dijo antes para disfrutarlo un poco más, o para al menos pedirle los detalles?

HOMBRE: (Eufórico) No fue fácil para mí. Era una presión constante. A pesar de todas las cosas malas que hizo mi padre, creo que lo habría perdonado más adelante. Pero las cosas suceden y no tienen vuelta atrás, ¿Usted no lo sabe ya por experiencia?

(El POLICÍA resignado y con cara triste agacha su cabeza besando un llavero que le recuerda a su amada y a su hija. Luego, ambos se levantan de sus asientos, se dirigen lentamente hacia el otro y se abrazan sabiendo del inminente secuestro del HOMBRE y de la inminente matanza del POLICÍA por parte de la Organización Quasar que en ese preciso momento está tratando de romper la puerta a toda costa)

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