Naranjilla, canela y aguardiente,

es la capital, del país de la mitad.

Calles sucias, te levantas con el ruido que emiten esas bestias de motor,

desayunas lo que sea en la cafetería más cercana, te sirves,

pagas, y al salir vuelves a pensar el por qué saliste a estas sucias calles.

Lo recuerdas, suspiras,

llegas a la parada, y mientras fumas un cigarrillo,

esperas.

Pasa una mujer por el otro lado de la calle,

miras con cuidado…..y piensas

Dios…!

Gracias por los culos!

Evitas poner al todopoderoso en el accionar de este dia,

es mejor que no asista, sermones hoy no por favor!

Basta con los vecinos testigos del de arriba,

Que salen y tocan la puerta, vecino,

por vecino, casa,

por casa,

Dios,

Que gente te alava!

Que no deja descansar ni vivir al prójimo,

purga a esas pulgas!

Al fin, llego el autobus,

pero mi suerte como siempre,

falla al sorprenderme.

El tráfico no es el único defecto de las bestias mayores de la ciudad,

al subirse a un autobús,

es una auténtica bendición que esté se halle vacío,

o medio lleno,

tus ojos verán siempre lo mejor,

si hay un asiento para tu trasero.

Mi trasero estaria triste en este viaje,

pues el puto bus desborda de gente,

al inicio voy apegado a la puerta de ingreso,

no alcanzo a subir los escaloncitos,

la gente se aglomera desde el escaño mas pequeño de esta bestia,

si el motor tuviera montura,

Si sea de tres!

Se hace de seis!

Viva Ecuador carajo!

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