La camisa filosófica

Si las perlas fueron el atributo de Chanel y la corona de laurel el de Julio César la camisa blanca de popelín de seda, cuello Danton abierta hasta el ombligo es el del nuevo filósofo BHL. Juegos de mangas blancas como alas de cisne ,han puntuado todos sus discursos de pavo real desde las calles plagadas de francotiradores de Sarajevo hasta las ciudades devastadas de Siria pasando por los platos de teles y su mansión parisina vecina del mismo palacio del Elíseo. Del hombre ya maduro y mediático ,del intelectual controvertido ,del pensador cuestionado igual la historia no se quede nada .Pero del estilo inconfundible de sus camisas hechas a mano por un modista de la plaza Vendôme nadie se olvidará. Las hemos visto durante mas de cuatro décadas ,igual de blancas como palomas de la paz en Kosovo agitando sus partes laterales tal un Pelícano que no consigue despegar sus pesados miembros . Las hemos vuelto a ver indignadas e iguales de Inmaculadas que en un anuncio de detergente con las manos a modo de escudo para protegerse más de una docena de veces de los ataques pasteleros del entartador belga que le persigue con sus tartas de nata tan blanca como sus camisas en este siglo y en el anterior.

El hombre tiene estilo cuando escribe cuando habla cuando piensa y cuando viste . Sus camisas blancas de cisne , son su capa de Superman. No sale sin ellas . Sólo ha confesado en alguna que otra entrevista que no las llevaba cuando escribía sus ensayos o sus obras de teatro ,ya que en la intimidad le gusta ir desnudo .

Si un día BHL decidiera prescindir de ellas sería peor que si se dedicará de repente a la prensa del corazón en vez de a la filosofía. El quiere ser el nuevo Sartre o mejor el nuevo Voltaire que se ha inmortalizado en bata ,y en la memoria colectiva es este joven moreno de tez y camisa blanca ,mangas amplias y gesto atormentado híbrido del autorretrato de Courbet el hombre desesperado y del pensador de Rodin.

Icono intelectual más que figura filosófica, BHL ha creado un estilo más que una moda . Su camisa es más suya que su pelo de azabache que con el tiempo se llenó de escarchas. El cuello de pico inconfundible, las mangas expresivas y voladoras son su marca de fábrica. Más que lo que dice se mira como se mueve , sin una mancha sin un rastro de sudor o de polvo por todos los escenarios de guerra de nuestra época Tal un malraux en la guerra civil española , tal un Dorian Gray con su retrato, su camisa parece haberle concedido el don de la eterna juventud , la que seduce , se indigna , se equivoca pero nunca descansa .