Los pájaros volaban en lo alto del campanario principal de la iglesia, ya era tarde en la ciudad de Araban, un viejo puerto marítima dedicado a la pesca. Era Agosto, mes de mucho calor en la ciudad, las parejas paseaban en el parque central con sus perros, o ha las orillas del puerto. Como de costumbre el trafico era un dolor de cabeza en la avenida principal, pasaban de las 7:22 cuando entro la llamada al 911:
-Buenas tardes 911 ¿Cuál es su emergencia?-
-Mi nombre es Geraldin Pars, de la calle Centro Prisma, esquina Pirazuli 23, acabo de llegar a casa y al entrar vi a mi hermano tirado sobre la alfombra de la sala. ¡Creó! ¡Oh Dios mío! ¡Creo que esta muerto!, porque veo que tiene sangre en la boca y no se mueve.-
Yo me encontraba en el Ministerio de criminalistico, realizando mi ultima diligencia del día, cuando nos dieron la información pertinente de la llamada y el domicilio.
-¡Vaya Viernes! Verdad Franklin, parece que el trabajo nunca termina los fines de semana-
Me dijo Jun Elbor Capitán en turno del departamento de labores internas y criminalistica, mientras me guiño su ojo izquierdo, indicándome que atendiera la emergencia.
– Claro- Conteste sin renegar, mientras tomaba los informes que tendría que llevarme para la investigación de ese caso.
Al llegar ya nos estaba esperando una patrulla y la persona que había realizado la llamada, pasaron unos veinte minutos en lo que llegaron también al domicilio los médicos forenses y la ambulancia correspondiente donde llevarían al cadáver.
Una barda con herrería exagonal rodeaba la casa, el portón de color negro, una sola entrada, adentro un pequeño jardín, la casa era de una sola planta, con varias habitaciones, pasillos y puertas en su interior.
Ya adentro del domicilio, el oficial nos indico donde estaba el cuerpo, en frente un enorme reloj de péndulo de caoba, de dos y tres cuartas hacia abajo la alfombra de color vino con dibujos marrón se extendida en el piso y sobre ella, el cuerpo inerte de Don Leonardo.
A su lado una pequeña mesa de centro y sobre ella un viejo jarrón de porcelana y un velero que le había regalado su difunta esposa, del lado izquierdo otra pequeña mesa con un cartapacio abierto y el cenicero aun con el puro encendido y humeante.
Entre lo sillones y las mesas había unos 3,2 centímetros de distancia. La mesa de centro estaba de pie, lo que indicaba que no había rastros de violencia o forcejeo aparente, solo un pequeño circulo de polvo bien trazado que me hizo pensar que faltaba algo en esa mesa y la mancha de sangre en la boca del occiso, la entrada no había sido forzada.
Geraldin, quien fue la persona que había hablado al 911, estaba siendo interrogada en el cuarto subyacente a la escena del crimen por uno de lo forenses, mientra otro perito tomaban fotos de cada parte de la habitación especialmente de la alfombra, la cual fue llevada al laboratorio de criminalistica.
Era evidente que Don Leonardo era un hombre ya mayor, de unos 66 años, al que le gustaba hablar de política, ir a misa dominical, jugar ajedrez y alimentar a las palomas del parque, Don Leonardo no era una persona rica, al contrario, era un hombre jubilado que hace 7 años había quedado viudo y que dependía directamente de su pensión como contador para sobrevivir, más había varias cosas de su muerte que no nos cuadraban del todo, era evidente que su muerte era algo más que la de un anciano pensionado quien vivía con su Media hermana en una casa vieja de centro Prisma.
Por la declaración de Geraldin supimos que era media hermana de Leonardo, y desde pequeños no habían convivido mucho. Leonardo era hijo del matrimonio legal de Juliano Pars y de Marta Celan. De lo cual dedujimos que Marta, paso por alto el adulterio de su esposo y centro su energía más que en pleitos maritales, en dejar las cosas claras para su hijo en el testamento, heredando la casa de Prisma, cuando ambos progenitores fallecieron.
Gerladin también notifico en su declaración, que la esposa de Leonardo Clara enfermo de cáncer hacia 7 años. Y que fue ella, Clara, la que le pidió como ultima voluntad a Leonardo que se llevara a vivir a Gerladin a esa casa, ya que al parecer ellos no tuvieron descendencia.
Geraldin era una mujer de complexión robusta, de ojos azul profundo, de unos 57 años aproximadamente, estatura mediana de piel blanca y con manchas por la edad, y una pequeña cicatriz en el labio inferior de la boca, cabello corto y rizado, con clara evidencia de tinte rubio para ocular las canas producidas por la edad.
Los forenses levantaron el cadáver, de igual forma se llevaron la alfombra como evidencia principal, la declaración de Geraldin, fotografías y algunas otras cosas como el cartapacio de la mesa, se acordono la sala y se le informo a Geraldin que la casa quedaría requisada hasta revisar todas les evidencias, a lo que ella accedió a irse con una amiga a vivir por unos días. Después de algunos tramites más, me dirigí a mi departamento, llevándome el expediente de Geraldin. Antes de llegar a mi departamento, compre algunas cosas, el calor era intenso y necesitaba hielos y café, porque seria una larga noche.
– ¿Encontró todo lo que buscaba señor?– me pregunto la cajera -Si, gracias- conteste sin mucho entusiasmo. Mi mente no podía apartarse de ese gran reloj de caoba y la mesa de centro de aquella casa.
Al llegar a mi departamento me hice mi café y coloque los hielos en una bandeja para estarme refrescando, ya en la camas saque la declaración de Geraldin, en ella mencionaba que realmente era poco el tiempo de haberse mudado con su medio hermano, pero un dato curioso que llamo mi atención de su declaración fue lo siguiente:
-Mi Medio Hermano, es muy conservador, muy extraño para mi gusto, a veces lo escuchaba horas hablando con el reloj de péndulo, reloj que no me dejaba tocar por nada del mundo, siempre me dacia que era una reliquia muy importante para él y que nadie podía tocarlo, de igual forma, mi trato con él era más como su sirvienta, que como su hermana o media hermana, realmente evitaba cualquier contacto conmigo, solo era la comida y la cena donde solíamos frecuentarnos y a veces ni eso.-
Al pareces la relación que ellos llevaban no era muy buena, lo que me llevo a preguntarme una sola cosa, ¿Porque la esposa de Leonardo, Clara, quiso que Geraldin se fuera a vivir con Leonardo? Tal vez ¿Por algún remordimiento de conciencia?.
-¡Dios! mi mente esta divagando-Deje el expediente de un lado y cerré los ojos, -Un día de estos, tengo que dejar este trabajo- -Este horrible trabajo-
Prendí la televisión para distraerme, eran la 3:48 de la madrugada. El cansancio termino por vencerme y mi mente comenzó divagar, entre el sueño y lo vivido. Y ahí estaba el reloj de péndulo y la alfombra, el humo del puro y unas sombras parecidas a brazos que se extendían en la penumbra de las paredes de aquella casa.
Ya a las 5:22 me levante, me fui a correr como era mi costumbre, y después de bañarme y desayunar me fui al Ministerio. Al llegar analizamos cuidadosamente la declaración de Geraldin entre los fiscales y los peritos. Pero entre más la analizábamos, más sospechábamos que ella era la asesina.
Leonardo había sufrido un infarto provocado por algún medicamento suministrado de forma inadecuada, al menos eso es lo que pensé al principio cuando vi el cuerpo tendido sobre la alfombra. Pero tenia que comprobar mis sospechas.
Edgar, uno de los forense leyó el informe de lo que determino la autopsia del cuerpo la noche anterior:
–El cuerpo presentaba espuma en la boca y moretones en algunas partes inusuales del cuerpo, moretones que no eran por golpes o por el tiempo de muerte, si no por un flujo excesivo en los vasos sanguíneos que solo un químico podría haber alterado en la sangre. El examen toxicologico arrojo, que efectivamente el hoy occiso Leonardo Pars había si do asesinado por una hematotoxina que llego de la boca hasta el estomago y la cual fue absorbida por el torrente sanguíneo, provocándole la muerte-.
El fiscal me pregunto que si era pertinente girar la orden preventiva de aprensión contra Geraldin Pars, a lo que yo le dije que no era necesario, pero que mantuvieran una vigilancia discreta de ella en la casa de su amiga, ya que Geraldin era la principal sospechosa del asesinato de su medio hermano, tal vez por la casa o por venganza, lo cierto es que ella era nuestra principal sospechosa.
Sin embargo, Geraldin tenía una cuartada, cuando el perito le pregunto: -¿Que donde había estado ese 22 de agosto, entre las 4 y las 7 de la noche? -Ella contesto había salido al cine con una de las vecinas, la señora Dalila Silva, y que su hora de salida había sido a las 4:25 de la tarde, llegando a su casa a las 7:17 pm, hora en la que había terminado la película. Cuartada que fue confirmada por la señora Dalila Silva a la cual también se le tomo su declaración al día siguiente. Ante esto, uno de los forense descarto su argumento, exponiendo que el envenenamiento pudo haberse dado antes, en la comida.
Lo que llevo a la detención inmediata de Geraldin Pars quien fue puesta a disposición de la fiscalia y quedo en prisión preventiva. El día estuvo pesado, pero había una cosa que me seguía molestando del caso, y que era ¿Porque Clara había querido que Geraldin viviera con Leonardo? Entonces se me vino a la mente el circulo de polvo de la mesa central y las fotografías tomadas ese día.
Al revisarlas las fotografías encontré en una de ellas algo que no había notando y que era como si en vez de haber se llevado algo de la mesa, hubiera sido puesto ese circulo de polvo intencionalmente sobre ella.
Este dato nos impuso a ir de nueva cuenta a la casa de Leonardo Pars, al llegar, cual seria nuestra sorpresa la puerta estaba abierta y había sido forzada, en el interior las cintas que habíamos colocado al rededor de los sillones estaban cortadas, y en las paredes en distintas partes estaba dibujado con aerosol el numero 48. Ante esto, la huella de aquel 48 nos dejo claro que no había sido ella. Ya que Geraldin había estado siendo vigilada constantemente. De regreso a la fiscalia me toco notificar de lo sucedido , mi mente eran un mar de preguntas; si Geraldin no era la asesina ¿Entonces quien había sido? ¿Quien y por que? estaba en ese análisis inmerso en pruebas, declaraciones y fotografías, cuando fui interrumpido por una voz, bastante conocida por mi:
–Ya es tarde Franklin, es mejor que te vayas a descansar-. Me dijo Jun Elbor
Yo voltee a mirarlo sin mucho afán de contestarle…
–No seas necio Franklin, ve a casa, mañana sera mañana.¡Anda vete ya!- –Y no hagas que te saque de aquí- Asintió riendo.
De regreso en mi departamento mi mente tenía más preguntas y dudas que respuestas, ¿Si Geraldin no había sido entonces ¿Quien? ¿Quien era realmente Leonardo Pars? Y ¿Quien tenia los suficientes motivos para envenenarlo de esa forma tan desalmada?
Al otro día por la tarde llegaron los resultados del muestreo de la alfombra. Alberto uno de los criminalista me entrego los resultados. En ellos se encontraron que la alfombra tenia varias manchas de sangre importantes, las cuales junto con pestañas y algunos cabellos encontrados en ella, dictaminaban que eran de 4 mujeres distintas y que dos de ellas eran mujeres entre 23 y 24 años de edad según las pruebas de ADN recopiladas en el estudio. Mujeres que habían sido reportadas como desaparecidas años atrás y que según los archivos una de ellas había ido a una entrevista de trabajo cuando desapareció.
Ante esto volvimos a ir a la casa de Leonardo, esta vez con una orden de revisión expedida por el juez, así buscamos cada lugar de la casa, cada puerta, revisamos los cuartos, cada una de las habitaciones. Pero no habíamos encontrado nada contundente que vinculara la sangre de la alfombra con algún crimen. Entonces recordé la declaración de Geraldin, y el reloj… ese famoso reloj de péndulo de la sala.
Entre varios oficiales y yo lo movimos, la madera del piso crujió y un olor pestilente salio de atrás de aquel enorme reloj. Fue hasta aquel momento, que me percate que el reloj marcaba las 12: 48 y que era la misma hora que había notado cuando entre por primera vez a esa casa 48…48 era evidente ahora para mi aquel enorme numero de color rojo que había sido pintado en las paredes.
Adentro un pasaje secreto conducía a una habitación muy peculiar, en su interior una mesa de metal y encima de esta, un cuerpo mutilado y en estado evidente descomposición, del lado derecho un refrigerador y en su interior los cuerpos descuartizados y congelados de aquellas mujeres desaparecidas años atrás, en la pared una bata de doctor colgada en un clavo y en el piso una cierra eléctrica, entre otros objetos punzo cortantes, sobre el refrigerador también encontramos una pequeña libreta que en su interior se leía a lápiz lo siguiente:
Mi nombre es Clara Zukerman, fui secuestrada desde los 25 años por este hombre, él me ha mantenido cautiva aquí hasta el día de hoy, dando me distintos medicamentos en contra de mi voluntad. Temo por mi vida- En las noches escucho gritos y llantos de otras mujeres que él trae. Yo solo se que él me esta dando veneno en la comida y que ya no tengo fuerzas ni para levantarme. Por favor, ¡si estas leyendo esto ayúdame¡
Dentro de la habitación también encontramos el documento que estaba en el cartapacio, al parecer Leonardo Pars había tomado las escrituras de la casa y las había roto en pedazos, en esa misma libreta con tinta azul remarcada arriba de la escritura anterior Leonardo escribió lo siguiente:
-Clara. Estoy cansado, harto de que me atormentes todas las noches. ¡Ya no puedo vivir así! Llevo años sin conciliar el sueño desde tu muerte. Pero hoy sera la ultima vez que lo hagas. ¡Y SI…SI! te merecías todo, todo lo que te hice. Pero hoy sera la ultima vez que me torture tu presencia espectral-
Desde aquel día Leonardo Pars, fue conocido por el departamento de Criminalistica, como el asesino serial de la alfombra de Centro prisma 23.
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