Kate era una conejita muy bonita, llevaba una vida “normal”, vivía con sus papás y sus seis hermanos, le gustaba leer, escuchar música, bailar, cantar, salir de paseo, también hacía ejercicio, se podría decir que hacía cosas para su propio bien, para sentirse bien con ella misma, se dedicaba el tiempo suficiente, no necesitaba de nadie para que le diera afecto, no necesitaba depender de una persona, o llenar espacios vacíos con cualquiera, en primer lugar estaba ella y solo ella, esto se debe a que sus padres estuvieron con Kate mientras crecía pero nunca le daban muestras de afecto, solo cumplían con el papel de ser padres responsables y hacer lo posible porque a Kate no le falte nada.
El problema es que ella era demasiado tímida, tenía problemas mentales, sufría de ansiedad y nadie lo sabía, también empezaba a tener problemas de pérdida de memoria, mientras hablaba o contaba algo, se le olvidaba lo que decía, se le olvidaba el tema de conversación y solo empezaba a hablar y a hablar sin que ella misma supiera de lo que estaba hablando, cuando apenas se daba cuenta de lo que le sucedía, le daba un poco de gracia y pensaba que era porque no tomaba agua y su cerebro estaba deshidratado pero cuando esto le empezó a ocurrir con mayor frecuencia, Kate comenzó a preocuparse, pues ya no era normal que se le olvidaran las cosas o que hablara y hablara sin saber lo que decía, en una ocasión se puso a llorar porque estaba desesperada por todo esto, incluso, se le olvidaban las palabra o no sabía cómo se pronunciaban y aunque tenía todos estos conflictos dentro de su cabeza, también era muy inteligente, solo se le dificultaba un poco por todo lo que le pasaba.
A veces caía en depresión porque no entendía el por qué le pasaban las cosas, intentaba encontrar un motivo, una razón del por qué Kate pensaba que tenía más defectos que virtudes, se sentía insuficiente, incluso creía que todo lo hacía mal, vaya que era una coneja con muy baja autoestima y es que vivía en una madriguera donde abundaban muchos estándares de belleza, y Kate no contaba con un cuerpo bonito, o al menos, a ella no le gustaba.
Le tenía miedo a muchas cosas, a las alturas, a la oscuridad, a no estar bien, a enamorarse, a todo. Era una conejita muy negativa, pensaba que era mejor pensar negativamente porque así no esperas nada a cambio, y si lo obtienes, bien, y si no, pues no te decepcionas tanto. No le gustaba experimentar con cosas nuevas porque le daba mucho miedo lo que pudiera pasar, por supuesto, tampoco le agradaba la idea de empezar desde cero, por esa razón, no le gustaba hacer cosas nuevas, porque para eso tienes que empezar sin saber nada y a Kate no le agradaba la idea de no saber nada.
Otro defecto que tenía es que se rinde fácilmente y no le gusta perder el tiempo en cosas que probablemente no podría conseguir, no tenía metas claras en la vida pero si sabía que no quería fallarle a su familia ya que sus anteriores hermanas ya habían decepcionado a sus padres, dejaban de estudiar o cometieron el gravísimo error de embarazarse. Es por eso que Kate tenía que terminar de estudiar, tener una carrera y una vida en donde ella se sintiera feliz, para complacer a sus padres y también para beneficiarse de ello. Era un camino largo por recorrer, era cuestión de tiempo y dedicación, nadie lo podía estropear porque ella ya estaba decidida y sabía muy bien lo que tenía que hacer
Así era en todo, en la escuela tenía muy pocos amigos y se la pasaba muy bien con ellos, le gustaba ayudarles en lo que podía, era muy aplicada pero no participaba por miedo a que estuviese mal, aunque siempre o al menos, la mayoría de veces estaba bien, y es cuando se arrepentía por no haber participado.
Todo iba bien, tanto en la escuela como en su casa, lo único que no estaba bien eran sus problemas de pérdida de memoria, pero de ahí en fuera, todo estaba bien. Hasta que un día llego a su grupo un compañero nuevo, era un conejo muy apuesto, interesante, Kate quedo cautivada ante la llegada de este, su nombre era Ander.
Ander era todo lo contrario a lo que era Kate, pues Ander era completamente seguro de sí mismo, positivo, todo le salía bien, o al menos, todo salía tal y como él lo planeaba, era listo, veía las cosas desde otra perspectiva y tenía algo que hacía que te desenvolvieras con él y tuviesen una plática como amigos que se conocían desde hace años. Sabía perfectamente cómo ganarse a las personas en cuestión de segundos.
Era encantador a más no poder, enamoraba con esa sonrisa brillante que tenía, idiotizaba a todas por completo, era jodidamente perfecto, pero él no buscaba una relación ni nada de eso, solo alimentaba su ego hacia él.
Hasta que cuando conoció a Kate sintió una atracción física indescriptible, tuvo la necesidad de hablarle, Kate era tan cerrada que no daba ni el más mínimo interés en entablar una conversación con Ander. Él intentaba conversar con ella pero Kate solo respondía con monosílabos o daba respuestas cortantes que no daban para más y así era imposible tener una charla. Ander nunca se rindió, siempre hizo lo posible por hacerse amigo de Kate, le costó mucho trabajo, pero al fin lo logró, se hicieron amigos, se apoyaban en todo, compartían momentos juntos, Kate le dio a conocer cada parte de ella, le contó todos sus problemas, cada uno de sus defectos y conflicto que tenía son ella misma, a lo que Ander estuvo siempre para apoyarla, solo él era capaz de hacerle olvidar a Kate todo lo malo que le pasaba, Ander se convirtió el lugar seguro de Kate.
La conejita insegura por primera vez se sentía tan bien estando con una persona, todo iba bien entre ellos dos, hasta que Ander empezó a tener sentimientos por Kate, él le confeso todo lo que sentía, a lo que Kate, le dijo que no podía corresponderlo, se sentía muy bien con él, pero lamentablemente no lo veía de otra forma, ella solo le podía ofrece una amistad porque no quería que su amistad se perdiera a causa de esos sentimientos encontrados por parte de Ander, por eso mismo, Kate le pidió al conejo que le diera tiempo.
-Sé que es díficil, pero necesito tiempo para tomar una decisión, no sé si deba arriesgarme a tener una relación que probablemente no funcione, no quiero que nuestra amistad se vea afectada por esto, así que podemos seguir siendo amigos-, dijo Kate.
-Kate, yo sé que es díficil, y te entiendo porque sé que no te gusta empezar desde cero y mucho menos hacer cosas nuevas, pero te aseguro que haré todo lo posible por hacer que te sientas segura conmigo, quiero que estés bien y sobre todo, te entregaré todo de mí, haré que todos tus días sean felices, quiero hacerte feliz cada segundo de mi vida y no te arrepentirás de aceptarme, claro, si es que algún día llegas a aceptarme- respondió Ander.
Kate quedó conmovida, casi convencida pero su miedo era mucho más grande, Kate solo dijo, -en serio, lo único que te pido es que me des tiempo, no sé si estoy completamente segura de querer una relación ahorita, por favor, no insistas, no quiero hacerte sentir mal-.
-Está bien- fue lo único que respondió Ander.
Después de lo sucedido, se distanciaron un poco, ya no era como antes, de una u otra forma se perdió la bonita amistad que tenían, Kate se lamentaba de lo sucedido, pues ya no se sentía igual, en verdad extrañaba a Ander, empezó a cuestionarse el por qué se sentía así, tal vez también tenía sentimientos por él, pero ya era muy tarde para confesárselo.
Un día se encontraron casualmente, platicaron y se pusieron al tanto de todo lo que les había pasado durante ese tiempo que no se vieron. Kate muy decidida le iba a decir a Ander todo lo que sentía por él, –Ander, tengo que decirte algo muy importante-.
A lo que Ander respondió -adelante, dime lo que tengas que decirme-.
-lo que pasa es que en este tiempo que no estuvimos juntos, me he dado cuenta de que siento algo por ti y de verdad quisiera intentarlo- dijo Kate.
Ander suspiró y respondió – mira Kate, eres alguien especial para mí, y es difícil decirte esto pero he encontrado a alguien más, ella si demuestra que me quiere y me pone atención, además estamos intentando tener algo- dijo.
Kate toda destrozada respondió –está bien, creo que fue mucho el tiempo que pedí, tanto, que no me supiste esperar, en verdad espero que ustedes si logren tener todo lo que nosotros no pudimos tener, ahí se ve bien cuanto era el amor que sentías por mí, no me arrepiento de nada, porque ahora sé que no ibas en serio conmigo- dijo para después irse rápidamente de aquel lugar.
Ander intento ir detrás de ella, pero la perdió de vista y ya no hizo nada, se sentía mal por el dolor que le había causado a Kate, él sabía que estaba mal todo lo que había hecho.
Su karma llegó porque la coneja que daba todo por él, no resultó ser más que una interesada, insoportable y sobre todo controladora, lo trataba súper mal, claro, al principio todo bien, pero al pasar del tiempo, ella fue cambiando su actitud con Ander. Él todo arrepentido, buscó de nuevo a Kate, se arrodilló y le suplicó que lo perdonara, que habia sido un tonto y que le diera una oportunidad.
Ella solo lo ignoró respondiendo, -ni en sueños-, sonrió y se retiró de ahí dejando a Ander arrodillado en el piso.
Por esto mismo, Kate siempre ha sido insegura, porque sabe que las cosas no siempre se le dan y por eso prefiere no arriesgarse, si desde el primer momento hubiera correspondido los sentimientos de Ander, no hubieran terminado en nada, al contrario, Kate acabaría destruida, pero no es así, ahora Kate es inalcanzable.
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