Te espero en el andén,
donde presencié tu partida,
una trágica despedida
y el recuerdo amargo de tu amor,
que se desvaneció como bruma
al cerrarse las puertas del corazón.
Buscando las respuestas
que me dejaron paralizado:
el porqué de tu abrupta decisión,
quedando solo con tu recuerdo
y el barullo de la multitud.
Asfixio la sensación
que dejasteis atrás:
tus enormes ojos tristes
anunciaban tus sentimientos
y el olvido de lo nuestro.
Anhelo viajar contigo
por las mismas líneas del tren
que te alejaron de mi lado,
para entender tus intenciones
y dejarte descansar en paz.
Tu silueta me tortura
constantemente en sueños.
Solo permaneces en ese mundo
lleno de ilusiones y melancolía.
Sigo parado en el andén
donde te despedí.
Mi nostalgia invade mi razón,
perdiendo la cordura
y quisiera regresar el tiempo
para detener tu adiós.
Junto al andén
te espero sentado pacientemente,
aguardando tu regreso
de ese viaje misterioso,
sin destino alguno
ni retorno seguro.
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