Itros, la ciudad legendaria de los hombres

Itros, la ciudad legendaria de los hombres

L. Bosa

25/01/2023

Por todas las razas era conocido que los humanos no eran, ni la mas mas fuerte, ni la mas inteligente de las razas que poblaban Earalia. Una raza con una estatura media y un conocimiento poco profundo de las ciencias y la naturaleza no eran causa de preocupación entre los habitantes de las montañas, los valles, las profundidades o las ciudades del mundo conocido. Sin embargo una de sus leyendas, la ciudad de Itros, brindaba miedo entre las razas no humanas, y ese miedo era mayor entre las razas menos inteligente que poblaban los lugares. De Itros, casi ningún hombre supo demasiado nunca, aunque sobrevolaba entre ellos una idea como una niebla que no les permitía dejar de creer que esa ciudad existió una vez, o, que aún existía, al menos en las mentes mas capaces de los humanos. Aunque la ciudad no existiera, y lo mas probable es que así fuera, la sola idea de su existencia hacía guardar un profundo respeto en las demás razas y un sopor en el corazón de la raza de los Driators. La idea de una humanidad unida que se recogía en la leyenda de Itros, seguía haciendo de los humanos una raza de estatura media y conocimientos no muy profundos, pero pasaba de ser una raza desordenada y caótica de pensamiento y hazaña, a ser una estructura de colmena al estilo de los Vortis y los Ingers, pero mas poderosa, pues contaría con el talento individual y la suma a su sociedad de sus genialidades.
A pesar de la importancia de Itros, de su fuerza, sus defensas y su localización, la leyenda, siempre que se cuenta, comienza diciendo que no era, ni mucho menos, la ciudad mas importante de los humanos, sin embargo, se acentuaba mucho el hecho de que no era una ciudad gobernada por reyes, y que esa fue la principal causa de su supervivencia en la época de «Los Reyes Corruptos». Siete eran sus senescales y los mismos siete hombres, sus cargos de dirección. Los siete uniformados de verde y blanco en sus ropajes y con malla de plata clara al pecho y plata brillante en los hombros, botas de cuero pardo y vestían gorras de pico de pato verdes y de ala corta y algodon fino en los parlamentos donde se tomaban las decisiones.Nadie fuera de Itros sabía con exactitud como llegar a la ciudad. Las leyendas hablaban de un camino bajo el agua y de una larga subida durante muchas leguas, sin mas compañía que cantos desnudos y viento frío, un sendero que ensanchaba y se estrechaba constantemente y humedad interminable, sonido de agua cayendo a lo lejos y olor a leña quemada intermitente. De la ciudad hablaban maravillas de su arquitectura, de sus colores y de sus modos de vida. Contaban historias de dos estatuas de bestias ancestrales en su entrada del tamaño de veinte hombres corpulentos, una mirando al este y otra al norte, calles empedradas con cantos perfilados y rodados de forma maravillosamente ovalada, olores de crema de pastel en la calle de los artesanos del azucar y de carne guisada en la calle de los maestros cocineros, establos interminables de caballos blancos y grises en las cercanías del único bosque que lindaba con la ciudad. Fiestas estivales donde el agua era protagonista y fiestas en honor a la naturaleza en el solsticio de invierno. Sólo vivían hombres y mujeres en Itros según las leyendas y ninguna raza mas habitaba sus calles ni sus hogares. El ajetreo era constante y el trabajo de acondicionamiento interminable, las bestias arrastraban los carruajes llenos de madera nueva para las construcciones que a su paso dejaban el olor del bosque en el aire, otros carruajes movían comidas y bebidas, barriles de vino en madera del arbol Nulak del bosque de Itros y productos de las huertas de los maestros hortelanos, zanahorias frescas, patatas de tierra seca, cebollas moradas, nabos y calabacines de piel moteada eran sus productos principales. De su ejército, sus costumbres y sus ilustres personajes, otros día os contaré qué dice su leyenda. Itros es hoy un suspiro en el aire, un barniz de mueble viejo, es un sueño y, ni tan siquiera sabe nadie si el sueño es real o no. Es una esperanza, pero nada mas.

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