Invierno que quema mis pulmones.

Abril esta tocando a mi puerta y el frio se comienza a sientir en mis huesos,

oh no, ¿volverá esa época oscura donde la única luz presente peligraba con apagarse?

Oh no, ¿volvere a encerrarme en la soledad interminable?

A sentir los ojos pesados, como si piedras colgarán de ellos.

A retorcerme en el dolor de estómago que ya es tan familiar en mi pieza fría.

Oh no, ¿quien podrá salvarme de este infierno en la tierra?

Al final solo quedo yo en este dolor autoprovocado, al final seré la culpable y la vez la salvadora, al final seré egoista y pensare mas en mi, pero no de la manera que me hubiera gustado.

El inicio del invierno es como ver a un viejo amigo, uno que te hizo mucho daño pero al final no te puedes alejar de el, no puedes vivir sin ese dolor tan cordial que te abraza con tanta delicadeza, es patético y tan salvador.

Me siento tan sola, pero no quiero a nadie, no necesito la salvación de alguien, pero el dolor es tan insoportable que daria todo por un abrazo y una caricia en la cabeza.

Oh no, no hay nadie que pueda salvarme de esto, solo soy yo y el invierno que quedará grabado en mi alma y corazón, rascuñando mis interiores por toda la eternidad hasta que ya no quede nada de mi.