Me he puesto a pensar y me parece importante, la forma en la que una mente joven se podría desanimar al no sentirse relevante, no me falta atención ni un amigo, porque cuando todo lo tengo se que el problema es conmigo, como luzco no es lo escribo si es de lo que mi inseguridad quiere venir y contarte, sino como todo lo ven mis ojos pero ignoto y diferente, como es que monto un dilema por que no puedo nadar en la corriente, porque cuando se trata de dolor nunca me consuelo, o tal vez si lo hago, pero luego de la nada viene la quietud y la secuencia optimista acabo. Deshago el ciclo y doblo en la carretera, suena en mi pecho sé que estoy entera, pero la oquedad es inexplicable, no te entiendo, mi pobre compañera.
Me he encontrado a mi misma y a corta edad fastidiada por los dilemas que se vienen encima, no es porque quiera negar la responsabilidad que viene con el tiempo, todos los retos que trae la vida, todo el dolor que conlleva ser feliz, pero es que no entiendo cómo podría yo renunciar a mi inconsciente lleno de lo que ellos llaman preguntas sin reforma, porque debería retenerlas porque nadie puede darme respuestas y dejar que el tiempo se las coma y las lleve en su estomago lleno de sueños de mi niñez. Todos siempre me dicen que cambiare todo mi pensamiento cuando tenga que confrontar la vida y con solo esas palabras el temor me consume ascendiendo desde las uñas de los dedos de mis pies, porque me conozco y sé que no me considero auto-suficiente y las palabras de los demás son como redes que alejan las armas de defensa que debería tener en mí inconsciente.
Me encuentro a mi misma odiando las diversidades, pero porque no encuentro una cosa en la cual ser diferente, ni siquiera considero mi problema el gran dilema, porque allá fuera hay un mundo humano desarrollándose en el poder y codicia, sabiduría y necesidad, no puedo mesclar mi existencia con tan problema común, con las guerras, con la sexualidad, con la aceptación. Porque mi único problema no viene en paquete, yo soy el paquete y no puedo abrirme con un cuchillo porque no quiero hacerlo, preferiría poder simplemente enviarme, pero eso tampoco viene al caso, porque lo que anhelo es ser recibida en cuerpo, en mente.
Una mente incomprendida no es aquella que se niega a dar una forma específica a pensamientos ajenos, es la que no encuentra forma para ser, para materializarse, para hablar. Es inexplicable la forma en la que no puedo expresarme, es retorica la forma en la que contraigo mis residuos, es metafórica la parte en la que digo que no encuentro como hacerlo, porque sé que puedo, pero no entiendo cómo, porque sé que tengo que dar en la vida pero la bandeja se llena de expectativas y nunca llena a la mesa correcta, no te digo que creo que nadie me entiende te digo que yo no puedo entender, te digo que no culpo las pinturas porque no les encuentro color, te digo que no desprecio los sabores porque no les encuentro sabor, te digo que no odio a las personas porque me odio, no me odio, pero si te digo que quiero ser algo porque quiero serlo, porque sé que puedo… ¿puedo?
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