Una sencilla y subjetiva reseña, sobre la muerte de una mujer

Indira Gandhi (1917-1984)

El 31 de octubre de 1984, minutos después de las nueve de la mañana, dos hombres la acechaban. Otro esperaba sentado a la importante mujer de 67 años, ella iría hasta el “ciudadano del mundo”, un actor británico cuatro años menor; de quien dijeron:»A este hombre jamás se le debe confiar el mando de ninguna unidad de las fuerzas armadas.» Y posteriormente sobresalió por su capacidad multifacética, para lo que realmente servía; obteniendo premios y fama por su oficio de histrión; Eso deslumbró a la dama, líder de un país de 763 millones de habitantes. Se lo imaginaba tan atractivo, que iba caminando sin ver a los lados, sería entrevistada por el sexagenario galán,

Sus asesinos la ejecutaron, en el jardín de su palacio, su guardaespaldas de 22 años, asignado pocos meses antes; descargó su ametralladora estando caída, en el piso; treinta balas le impactaron.

Fue llevada al instituto de ciencias médicas de Nueva Delhi a las 9:30 de la mañana, la historia médica dice que la operaron, para finalmente darla como muerta, cinco horas después.

Diez horas luego del asesinato, comunicaron la noticia por primera vez

Peter Ustinov, no la pudo entrevistar, pero le cobró a la televisión irlandesa, no fue su culpa que muriera antes de hablar y también él fue una víctima, las armas reales lo desequilibraban un poco. Quedó su desconsuelo, no poder mostrar sus atributos a la dama. Seguramente habría un premio para ello. Indagaría.

Indira Gandhi, o su cadáver, fue incinerada el primer día de noviembre. El mayor de sus hijos encendió la pira.

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