Somos hijos de la distancia.

Hijos de una generación acostumbrada al susurro de ese te extraño silencioso.

Hijos de una distancia convertida en costumbre.

Acostumbrados a extrañar con miedo a volver hacerlo.

Distancia impuesta, autora de lo incierto en futuros separados.

Cuándo fue que nos dolió tanto extrañar amando que decidimos no volver hacerlo?

Distancia inconclusa, distancia que paraliza a diario.

Distancia como una lucha interna y silenciosa.

Esta generación ha extrañado tantas veces…

Somos hijos de una generación valiente resignada a extrañar pero a nunca dejar de quererse

– MV

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS