He ahí el problema

He ahí el problema..!

En nuestra historia republicana, ningún presidente en el ejercicio de su cargo ha sido insultado a tal grado de ignominia, como al Presidente Petro. Como dijo la periodista Stella Ramírez: “no critican a su gobierno, sino lo odian por existir”

Ahora resulta que para la hipócrita dirigencia apátrida y la ultraderecha endógena, el que odia es él.

A raíz del criminal atentado al precandidato Miguel Uribe, cuyo hecho repudiamos de manera inmediata, han puesto como telón de fondo de culpabilidad el discurso frentero, sin pelos en la lengua, persuasivo y convincente del Presidente; que no es otro que el arma que utilizan los que esgrimen la verdad. Pero para ellos, esa réplica, que es el simple derecho a defenderse, llaman incendiario y está lleno de “odio”. Qué descaro!

No es secreto para nadie que el objetivo de los medios hegemónicos, al servicio de la derecha privilegiada, en su expansiva onda de manipulación, es mentir, ocultar las verdades, mantener al pueblo confundido, vomitar el odio que emana de las élites económicas, porque se resisten a perder su zona de confort.

El modelo de cambio y los gobiernos progresistas están soportando una implacable ofensiva de terrorismo mediático que no solo busca desinformar y tergiversar los avances socioeconómicos de algunos países, sino que apuestan a desestabilizarlos y hasta derrocarlos.

El pueblo lo sabe, pero está de más recordar, que quienes manejan estos medios de comunicación alcanzaron una gran cuota de poder, que no les viene de la soberanía popular, sino de sus dudosos dineros.

El triunfo del Pacto Histórico, lo que ha querido es meter en cintura a la brutal embestida derechista y autoritaria que de manera tradicional venía apabullando las aspiraciones del pueblo colombiano.

Esta gran conquista popular evidenció que el mito de prosperidad nacional no era más que una mitología oligárquica, construida para encubrir el rostro fascista de un proyecto de nación edificado sobre la base de un único enemigo interior: el pueblo colombiano.

“Entre los años 1980 y 1990, la oligarquía colombiana fue incluso más allá y puso en marcha el autodenominado «Baile rojo», plan que consistió en el exterminio de uno de los partidos políticos más audaces en su concepción de la democracia: la Unión Patriótica. Como resultado, dos candidatos presidenciales, nueve congresistas, setenta concejales, decenas de diputados, alcaldes, dirigentes de juntas comunales, líderes sindicales y miles de militantes de base fueron asesinados o forzados a partir al exilio, por la simple razón de representar un peligro para el caciquismo regional”. Y los medios elitescos, donde andaban cuando eso..?

Qué Petro es un guerrillero, un drogómano, un borrachín. Me extraña araña! No lo exculpamos, ni lo condenamos, que lo hagan los que cargan la prueba. Pero, es de dominio público que ancestralmente por el Palacio de Nariño, han desfilado, alcoholices, pedófilos, ladrones; personajes de dudosa orientación sexual…ahhh, y hasta buenos paracos. Ajá, y qué? Qué dejaran como estela beneficiosas para que el pueblo colombiano lograra la inclusión, la equidad y la justicia? Mejor dicho, le coartaron la felicidad plena.

A un gobernador de un departamento del interior del país, un adversario político lo quiso afrentarlo públicamente al acusarlo de homosexual. Sin inmutarse aquel, le respondió: yo voy a gobernar es con la cabeza no con el culo.

Nuestro queridísimo locutor, Edgard Perea, en el programa nocturno, la Polémica de Caracol, un día, hablando por teléfono con Kid Pambelé, lo cuestionaba el por qué se había metido a la arena de la Plaza de Toros de Cartagena en plena corrida; le dijo que si era que se estaba metiendo algo raro. Pambelé, se echó a reír. Bueno, como sigas ganando, pá´lante. Ripostó Edgard.

Así, habrá que aupar al panita Petro: que beba y siga metiendo el tabaco que sea, porque lo está haciendo exageradamente bien…y el pueblo, ahí.

Berrequeque