El viento soplaba a todo pulmón alzando a su pasó las cortinas que cubrían las ventanas de la habitación, y el tejado era emboscado por la lluvia. El clima me era de consuelo, apaciguando mi alma, no solo por las gotas que caían, si no también, por los fríos tonos que tomaba el entorno. Me acerque a la ventana apartando las suaves telas azules de ella, para disfrutar de la continua caída de las gotas y el calmado ambiente. Afuera, se alzaban un par de paraguas. Las corrientes de agua se perdían en los agujeros de las aceras. Vague en mi visión por un tiempo hasta que la ví. Hay bajo la lluvia, saltaba y corría sin parar, con una feliz sonrisa y el suave baile de sus rubios mechones. Mis ojos, no encontraron los suyos al estar ocultos tras la amarilla capucha de la ropa impermeable que vestía. No siendo capaz de apartar mi mirada de su pálido rostro descubierto, me resigne a solo observar a quien estaba hay bajo la lluvia.
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